Hoy hace 180 años que Mariana Pineda murió ajusticiada a garrote vil por su adhesión a una causa en la que creía. No voy a escribir la historia, ni tampoco una biografía suya porque ya otros lo han hecho mucho mejor que yo podría hacerlo y porque en este blog trato de evitar los posts largos. Solamente quiero dejar mi recuerdo para una mujer valiente y desgraciada, con las últimas palabras que pone en su boca García Lorca en el drama Mariana Pineda
¡Amor, amor, amor, y eternas soledades!