De nuevo aquí, frente al antiguo convento del Carmen, donde ahora los Caballeros Veinticuatro (que no 24 caballeros) manejan a su antojo y conveniencia nuestra ciudad, contemplo las luces, paso frío y me pregunto con cierto canguelo qué nos deparará el año que empieza.
Amigos, unamos nuestras manos virtualmente y, para que se cumpla, deseémonos los unos a los otros
¡FELIZ AÑO NUEVO!