Con motivo del desgraciado accidente de tren en Santiago y siguiendo el ejemplo de unjubilado, me dediqué a poner lazos negros en todos mis sitios: en el blog, en Flickr y en Facebook, lo que me recordó la cajita de los lazos de tiempos pasados.
No se cuando empezamos a ponernos un trozo de cinta doblado en la solapa o la ropa, ni tampoco de que color fue el primero, pero poco a poco se nos fueron sumando lazos de todos los colores, unos en rechazo de la violencia de ETA, otros a favor de los enfermos de sida, otros….. En mi caso, había veces que me los daban ya hechos en asociaciones o, incluso, por la calle, pero otras tenía que ir a la mercería y comprar siquiera medio metro de cinta, pues daba apuro pedir solo unos centímetros. Me armaba mi lazo y con un imperdible lo prendía en mi ropa durante el día que tocaba ese color, pasando luego a la cajita de los lazos en donde aguardaba a la próxima vez que hubiera que lucirlo.
Pero llegó el ordenador, llegó el blog, Flickr y las redes sociales, y ahora los lazos los buscamos con Google y es bastante más complicado algunas veces ponerlos en nuestras “posesiones” (Leodegundia dixit) en el tamaño preciso y el lugar adecuado. Pero, eso sí, también ahora tengo mi cajita de los lazos, una carpeta donde han ido a parar todos los que he usado en alguna ocasión, pero que, al contrario de la caja de la vida real, la mayoría de las veces me resulta más fácil volver a recurrir a Google que buscar la carpeta y los lazos ya usados.