Hace unos años, se pusieron de moda unos vídeos de la factoría Disney que se llamaban Baby Einstein y que se suponía funcionaban como estimulación precoz para los bebés, lo que se ha visto después que era falso y que los niños que los tuvieron son ahora tan listos o tan tontos como los que no vieron ni la carátula. Estos vídeos costaban treinta euros y tenían media hora escasa. O sea, a un euro el minuto de estimulación. Que escándalo y que abuso de la multinacional.
El otro día deja de funcionarme un enchufe, llamo al electricista, que levanta el embellecedor, descubre que se ha escapado un cable, lo anuda, pone el embellecedor y me cobra 15 euros. Como el electricista tiene la tienda a pocos metros de mi casa, calculemos cinco minutos para venir y otros cinco para volver a su tienda, lo que sumados a los cinco del arreglo hacen quince. A un euro el minuto.