Creímos que todo estaba
roto, perdido, manchado…
—Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando—.
roto, perdido, manchado…
—Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando—.
¡Lágrimas rojas, calientes,
en los cristales helados...!
—Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando—.
en los cristales helados...!
—Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando—.
Se acababa el día negro,
revuelto en frío mojado…
—Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando—.
revuelto en frío mojado…
—Pero, dentro, sonreía
lo verdadero, esperando—.
Juan Ramón Jiménez. (Tomado de «Rosas de septiembre», en Olvidanzas, 1906-1907)
Me gusta Juan Ramón Jiménez y lo he leído bastante, pero siento no estar de acuerdo con él en este poema, ya que a lo largo de mi vida, siempre que he creído que algo estaba roto, perdido y manchado… efectivamente lo estaba. Y no había nada verdadero esperando para poder sonreír.