Un oportuno comentario de unjubilado en la entrada anterior, supuso un giro al tema que estábamos tratando de una forma tan negativa, olvidando que también durante aquella guerra cruel se dieron innumerables casos de solidaridad y de ayuda de personas de un bando hacia los del otro. No todo fue odio entre rojos y azules, muchas personas siguieron pensando que todos eran españoles, eran hermanos, y aunque la situación los hubiera colocado en distinto bando, no olvidaron su parentesco, su filiación. Yo conocí muchos casos que nos contaban de niños, supongo que para mitigar la visión negativa que teníamos de los años pasados, para que creciéramos sin odio ni rencor, para que olvidáramos un país dividido en dos bandos.
Pero no voy a hablar de estos casos que conocí, sino de algo concreto que ocurrió en mi familia.
Poco antes de la guerra, la empresa en la que trabajaba mi abuelo lo destinó a una ciudad cercana y allí se fue con toda la familia, quedando mi madre, que era la única casada, sola aquí con mi padre y conmigo recién nacida. Pero estalla la guerra y esa ciudad y Granada quedan en distinto bando, totalmente incomunicadas y, por tanto, mi madre sin saber nada de su familia ni ellos de mi madre. Un mes y otro, un año quizá. Hasta que el ingenio o la necesidad de tantas familias separadas buscan un modo de comunicarse a través de personas que se prestan a ello. Y así mi madre escribe una carta dirigida a su padre, esa carta se mete en otro sobre más grande y se envía a una persona en Argentina, esa persona la recibe, saca el sobre que lleva en su interior con unas señas, le pone unos sellos, lo envía, la carta cruza el charco de nuevo y llega a mis abuelos, que se enteran de que su nieta ya anda y hasta ven una pequeña fotografía de una niña gordita y sonriente. Luego mis abuelos siguen el mismo sistema y, pasado el tiempo, mi madre sabe que están todos vivos aunque pasando muchas calamidades. Como se puede suponer, aquello era tremendamente lento y podían pasar muchos meses entre que la carta se enviara y llegara la respuesta, pero gracias a eso las familias se comunicaron mínimamente y pudieron saber los unos de los otros hasta que aquel infierno acabó. Muchas veces me he preguntado que persona de Argentina sería la que hizo posible esto en el caso de mi madre y he pensado que quizá mi simpatía por ese país venga de ahí.