Compro en un bazar chino un rollo de papel de regalo y luego entro en un supermercado cercano con el papel bajo el brazo. Después, al pasar por caja, la chica mira el rollo bajo mi brazo y me dice con tono autoritario:
-¿Y ese papel?
-No es de aquí.
-Entonces tendrías que haberlo dejado en la taquilla. Aquí no se puede entrar con compras de otra tienda.
-¿Tú crees que esto cabe en la taquilla?
-Pues me lo dejas a mí. No se puede entrar con artículos de otra tienda. Son las órdenes.
-Perdona, no sabía que aquí tuvierais papel.
-Ya lo sabes para otra vez.
-Entonces, ¿si un día vengo de la farmacia con medicinas también las dejo en taquilla?
-Claro.
-No sabía que vendíais medicinas. Ya lo se para otra vez y me traeré la receta.
-Son las órdenes. En todos los supermercados es lo mismo.
Y no, no es lo mismo dar la orden de aconsejar al cliente con carteles de que los paquetes debe dejarlos en las taquillas, que dar la orden de arrear de mala manera contra el cliente que lleva un paquete y lo enseña en caja para que vean que no es de allí. No es lo mismo.