Me cuenta una amiga que se le ha estropeado un teléfono propiedad de la operadora, así que llama a Averías y le llega un técnico, que lo revisa y le dice que no tiene nada.
-Pero mis amigas me dicen que no me oyen…
-Señora, eso será que sus amigas son también mayores y están sordas.
Y se va.
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Me cuenta un amigo que va a comprarse un chaquetón y le advierte al chico que lo atiende que no lo quiere muy caro. Este le dice con un gesto de complicidad:
-Tampoco hace falta que dure muchos años ¿verdad?
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Me cuenta otra amiga que tiene un televisor antiguo, de los de “joroba” por detrás, se avería y llega el técnico, que pretende colocar una pieza muy cara. Ante esto, ella le dice:
-¿No será mejor que me compre otro?
-A su edad ya no vale la pena, no lo va a disfrutar.
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Me cuento yo misma que le hablo a la chica que me limpia la casa de un premolar que me está dando guerra y que la dentista trata de arreglarlo para no dejarme una mella que se vea al reírme. Y ella dice:
-Claro, como que a tus años no te vas a gastar 2.000€ en hacerte un implante.
¿Debemos disculparnos por seguir vivos?