De nuevo en el super, ese tan simpático de otras veces. Miro las mantequillas y veo que, de una determinada marca, hay dos: Con sal y Tradicional. Deduzco entonces que la Tradicional es sin sal, pero como no estoy segura, le pregunto a una empleada que veo por allí.
-¿Esta mantequilla es sin sal?
-Es la tradicional.
-Bueno, pero ¿qué quiere decir eso?
-Que es la de toda la vida.
-De toda la vida ha habido mantequilla sin sal y con sal. Y hasta a media sal la había antes.
-¿Pero usted que es lo que quiere?
-Lo estoy diciendo. Quiero mantequilla sin sal.
-Entonces llévese esta. (Y me señala Tulipán)
-No. Eso es margarina.
-Pues eso, mantequilla sin sal. Lo que usted busca.
Y se va, orgullosa de haber solucionado el problema.
Yo intento ver, sin gafas, la letra minúscula de los ingredientes, pero desisto y también me voy, pues si en un supermercado las empleadas no distinguen entre mantequilla y margarina… mal van las cosas. Así que lo dejo para cuando esté abierto el super donde tienen la mantequilla local, la Puleva, que dice en sus paquetes claramente Con sal y Sin sal. Y hasta tienen distinto color de envase para que no te confundas.