Se empezó a usar esta terrible expresión después de la pandemia para denominar a las colas que se formaban de personas que acudían a ONGs y Servicios Sociales buscando ayudas esenciales, de alimentos principalmente. Que se formaban y se siguen formando, pues sigue habiendo necesidad y colas que no la solucionan.
Habría mucho que decir de este tema, pero no es de estas colas de las que voy a hablar, sino de otras que no tienen nada que ver con la necesidad de alimentos y que han surgido también a partir de la pandemia.
Siempre ha sido conveniente reservar mesa en un restaurante en fin de semana porque podías encontrarlo lleno, pero después de la pandemia se estableció también en los bares la reserva de mesa simplemente para estar un rato tomando una cerveza. Y hubo que aceptarlo, yo lo acepté a regañadientes y como casi nunca voy en fin de semana, la verdad es que no me ha afectado apenas. Pero ha llegado a algunos otro sistema: la cola. Se forma una larga cola en la que puedes estar media hora hasta que te conceden el privilegio de acceder al local o a la terraza y sentarte. Incluso acercarte a la barra. Y eso ya no, por eso ya no paso. Y no porque me cueste trabajo estar de pie esperando, que también, sino porque me parece absurdo y hasta humillante tener que pagar ese precio por unas tapas o un plato de pescado. Es justo pagarlo con dinero, pero no lo es pedir por favor algo que vas a pagar. Pienso que, con esa cola, lo que estamos pagando es este consumismo desaforado en el que hemos entrado y que los sociólogos estudian dando explicaciones variadas. Que si con la pandemia vimos que todo puede terminarse de la noche a la mañana, que si al estar tan caras las viviendas nadie ahorra para una hipoteca, que si... El caso es que los establecimientos están abarrotados, la gente compra y consume sin freno y hay colas para todo.
Pero yo pido a Dios no verme nunca en una cola del hambre y me pido a mí misma no hacerla para una cerveza. Por dignidad, por puro respeto hacia mi persona. Pero también por respeto a esas personas que hacen cola con su carro para recibir alimentos.
Buenos días. Totalmente de acuerdo contigo. ¡Que agobio de colas, que desesperación!! Yo sí que no tengo paciencia para esperar media hora de pie por una cerveza o un libro. Qué horror la foto que has puesto. No se qué nos ha pasado y por qué tenemos o hay ahora esta necesidad de ir a mogollón a todos los sitios. ¿Es que somos demasiados? ¿O es que todo el mundo va a la vez al mismo sitio a la misma hora? No me verán por ahí, espero. Me aguanto las colas en el hospital o en la consulta del médico porque no tengo más remedio ...
ResponderEliminarYo voy más allá de la falta de paciencia, pues esas colas me resultan ofensivas, me parecen provocadas por el hambre de consumo. Hay que consumir sí o sí, hay que demostrar que tienes dinero para pagar lo que se presenta. Me han hablado de un chiringuito en la costa de Málaga en donde te pones en cola y, de vez en cuando, aparece un camarero que "elige" las personas que pueden entrar según cuántas vayan juntas y según la mesa que se haya desocupado. O sea, que puedes comer en seguida... o a las cinco de la tarde. Pero es que, además, yo me planteo si los que desocupan la mesa lo hacen voluntariamente u obligados. Que esa es otra: los turnos en los bares, saber que tienes que acabarte la cerveza a una hora determinada, beberte el último sorbo a toda prisa porque el camarero espera para limpiar la mesa y que se sienten los del siguiente turno. En esas condiciones yo no me siento cómoda, me parece como si me estuvieran haciendo un favor. Favor que pago, por supuesto. O sea, cornudo y apaleado...
EliminarVivo en la zona del Zaidin y hay algún bar que otro que tiienen cola antes de que abran, todo ello porque se ha publicado el bar y pagado por ello en el diario que mencionas, el Ideal, cuando al lado o cerca, con mejor tapa, más barato y vacio o al menos sin cola estas tranquilo y bien atendido, no comprendo y creo que es del genero bobo hacer cola para una cerveza.
ResponderEliminarNo deberiamos aguantarnos de hacer cola en los hospitales o esperar varias horas para ser atendidos, tenemos que exigir más a nuestros políticos y que los impuestos que pagamos se asignen a atender a la ciudadanía y quqien la cuida.
Pero ahí queda libre tu capacidad de elección. Eliges tú, no te eligen a tí. Y tú eliges si te dejas influir por la publicidad o si prefieres experimentar por tí mismo. Distinto es cuando todos los bares cercanos están lo mismo de llenos y no tienes más opción que quedarte en tu casa.
EliminarEn cuanto a las colas en hospitales y médicos, es posible que haya también un poco de "consumismo sanitario", pues yo veo a muchas personas ir al médico sin necesidad. Ahora llevan a los niños a urgencias cada vez que estornudan, mientras cuando yo era niña, como había que pagarlo y el dinero era escaso, no nos veía el médico más que cuando ya teníamos una enfermedad en serio. Ciertamente, las administraciones deberían cuidar más lo que es importante para la población, pero también hay parte de culpa nuestra. Yo estoy segura de que estoy yendo al médico mucho más que mi abuela... aunque también es verdad que estoy viviendo mucho más que ella.
Coincido plenamente contigo y añadiría que esto se produce incluso habiéndose incrementado los precios una barbaridad. No sé si es porque ya no ahorramos, algo que en España está muy penalizado, pero lo cierto es que todo está a rebosar. Más caro, con peor servicio, pero lleno.
ResponderEliminarNo creo que sea por los impuestos al ahorro, pues hay muchas formas de invertir que no están tan "penalizadas", sino más bien por mentalidad, ya que no ocurre solo en España, sino en toda Europa y, si me apuras, en todos los paises con poder adquisitivo. Y que alcanza también a los viajes y las visitas a monumentos y museos. No hay más que ver esas fotos de personas "no viendo" la Gioconda, porque hay tanta gente aglomerada que así no hay forma de ver nada, pero la mayoría vuelven satisfechos porque han estado allí. Y de eso se trata: de estar allí. Por eso también tenemos tantos problemas con las entradas de la Alhambra cuando la mitad de los que entran se limitan a dar un vistazo rápido porque, en realidad, no les interesa. Pienso que todo esto es lo que he dicho antes: hambre de consumo, consumismo puro y duro. Si lo hace otro, lo hago yo para demostrar que tengo dinero para hacerlo. Me guste o no. Y lo mismo da un plato de pescado que la Gioconda, lo mismo el arroz del chiringuito que la Torre Eiffel. Estoy harta de ver "selfies" con un monumento detrás en los que lo que menos se ve es el monumento...
EliminarEste tema daría para un montón de entradas, pero especialistas hay para eso y yo me limito a expresar mi descontento y mi rechazo. Y mi cargo de conciencia cada vez que caigo en ello, pues ninguno estamos totalmente libres de culpa en un mundo en el que tantas personas no tienen ni un plato de comida que llevarse a la boca.
Es cierto que actualmenre sigue mucho en vigor lo de tener que llamar y reservar mesa. Antes solo lo pedían en restaurantes de caché, pero hoy en día ya está muy extendido, como la carta digital, pues están quitando la de papel. Personalmente prefiero llegar y sentarme sin pedir hora. Si puedo así hacerlo, me es más natural, y más satisfactorio.
ResponderEliminarPues en ciertos lugares es difícil hacer eso. Hoy mismo he comentado con unas amigas que, en lunes y con calor, no había una mesa libre en una terraza en toda Granada. En todas, gente de pie esperando que alguien se levantara y en algunos bares colas tremendas.
EliminarNo soy amigo de las colas y huyo del tumulto. En Barcelona la cosa es tan desesperante que las colas ya son producto cotidiano...y que voy a decir si hay promoción de algo, un desespero.
ResponderEliminarsalut
Yo entiendo esperar unos minutos para ocupar una mesa si ves que alguien está pagando, pero esas colas tremendas me resultan incomprensibles. Vamos, que no me entra en la cabeza que una persona con sentido común pase por eso.
EliminarVuelvo a tu blog a desearte una buena semana y a animarte un poco. NO te vayas por ahí, por favor!
ResponderEliminarMuchas gracias y también buena semana para tí!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEsa imagen de la cola del hambre -o la imagen de la atención sanitaria o de primeros auxilios a la desesperada, tipo víctimas de Gaza- siempre me ha resultado tan espantosa como miserable. No veo yo a ningún dios dispuesto a evitar a los perdedores de la Tierra las colas y las consiguientes desgracias.
ResponderEliminarLos creyentes sabemos que Dios no puede deshacer lo que el hombre, con su libertad, hace, no puede arrancar la maldad que en algunos habita, pero no podemos evitar pensar en él cuando el mundo se nos muestra inhóspito.
EliminarNo me cabe duda de que es consolación. Desde la prehistoria el hombre ante el desamparo y las dificultades ingenió imágenes y representaciones que le protegieran (por las que el hombre necesitaba sentirse protegido), desde magias hasta religiones hasta ideologías diversas presuntamente salvíficas. Y ya ves, en algunos coinciden creencias, y pienso en el caso actual de la confluencia en muchos del Yahvé con el sionismo. ¿Resultado? Ejercicio de gran poder mortífero. El mal anida por todas partes, incluso en las ideas más primigenias.
Eliminar(Permíteme este comentario de debate y polémico, pienso que debatir siempre es útil)
Por algo la Teología, tanto católica como protestante, lleva muchos años tratando de borrar de nuestra mente el "Dios tapa agujeros" y surgió la llamada "Teología de la muerte de Dios". Dietrich Bonhoeffer, aquel pastor protestante que asesinaron los nazis, lo expresa muy bien en Resistencia y sumisión, un libro que debería estar en mis estantes, pero que no encuentro porque mi urgencia en este momento es ir a que me dejen con una muela menos. De todas formas, será fácil encontrar la cita, que fue muy repetida hace más de cuarenta años.
EliminarTal vez decida en algún momento acercarme a ese libro, simplemente por curiosidad.
EliminarEl libro sigue desaparecido, pero, con la ayuda de Google, he encontrado la cita que recordaba
Eliminarhttps://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/bonho_sp.htm
Y este vídeo, que habla más bien sobre su ideología en general, su visión de la sociedad en aquellos momentos tan complicados, a partir de ese libro que menciono.
https://youtu.be/I1ZZkq5DCIU?si=YfB5oCrCSYeqIhfh