30/12/11

Nochevieja






De nuevo estamos aquí, frente a la fachada del Ayuntamiento de la Muy Noble, Muy Leal, Nombrada, Grande, Celebérrima y Heroica Ciudad de Granada, con una iluminación un poco “chunga”, que me ha costado dos tardes de frío porque la foto no había forma de que saliera medio decente. Aquí estamos frente a un reloj que dentro de unas horas dará doce campanadas que significan el cambio de un año a otro, doce campanadas con las que dejaremos atrás los sinsabores de estos doce meses para mirar con desconfianza los sinsabores que nos puedan venir a lo largo del año que entra.

Frente a este reloj y el caballo que se adivina encima, levanto mi copa para daros las gracias por haberme acompañado durante este año y pediros que lo sigáis haciendo hasta que el reloj de arena del tiempo deje caer su último grano.


¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!


Un día de diciembre


Que nostalgia del tiempo que ha pasado,
que sin vivir recordando otras horas,
que sin gozar pensando en aquel gozo,
cuando todo sonido era tuyo, era tuyo.

Que sin razón me convoca tu ausencia,
que sin sentido la muerte, ciega muerte,
borrando los caminos, impidiendo el retorno
a un ayer ya lejano, cuando todo tu amor
era mío, era mío.


Escrito un 30 de diciembre de cualquier año.


24/12/11

Nochebuena






Estamos en Nochebuena y es año de crisis, de recortes y de ministras que lloran al anunciar los recortes. Por eso voy a traer aquí un poema quizá no muy propio para este día. No es un villancico al uso, ni siquiera una canción de Navidad, sino simplemente unos versos que escribió una Nochebuena un poeta quizá desconocido para muchos. Y con él quiero proponeros una especie de juego. Veréis que, como en los villancicos antiguos, hay un estribillo que se repite en cada estrofa –Pero no puede ser- terminando el poema con estos dos versos:

Carmen, dulcemente, Carmen.
Pero no puede ser.

Pues bien, os propongo que cada uno de nosotros sustituyamos ese nombre –Carmen- por el de una persona a la que echemos de menos en esta noche un poco mágica. Para no romper el ritmo, tiene que ser un nombre de dos sílabas y sin acento en la última, pero pienso que a ninguno, entre multitud de pérdidas, nos será difícil encontrar un nombre que encaje perfectamente. A ver, probemos:


X, dulcemente, X.
Pero no puede ser.


Se me ocurre pensar que quizá alguno de vosotros no necesite sustituir el nombre por otro, porque sea, precisamente, a una Carmen a la que eche de menos esta noche. En ese caso, podría considerar el poema más suyo.


¡FELIZ NAVIDAD, AMIGOS! (A pesar de todo)

* * * *


BALADA-VILLANCICO DE “LA QUE NO PUEDE SER”

La Catedral. Todo un pueblo
gradas abajo: Belén.
Musgo, casitas de corcho,
molinos, puentes, un rey
mago -¡arcilla santa!- ovejas,
pastorcillos de rabel,
hórreos, estrellas de estaño…
¿Con quién este anochecer,
iría, entre hielo de ángeles

y ardor de estrellas? ¿Con quien?
“Paz en la tierra a los hombres”…
Diciembre de mi niñez,
de nuevo ante mí. –Una mano,

tu mano, ¡lejos!- lo se.
Querría, Carmen, querría…
-Pero no puede ser.

No busco poneros tristes.
La casa alborotaréis
todos: ya cantando al Niño,
ya cantando a Lucifer.
Tampoco que aquí las nieves
sean nieves se prevé….
Pero noche es para hogar,
para una lágrima, que
corra mejillas abajo
sin que la sientan correr.
Hosco, entre cantos y luces,
yo las calles cruzaré.
(No os vuelvo a mirar la cara
si lástima me tenéis)

Esta noche, oye: un silencio…
-Pero no puede ser.

Me diste aquello que nunca
te pedí ni pediré.
El miedo te vino luego
de dármelo. Miedo de
tener que atar a tus actos
tu espíritu, de tener
que oír mis voces de dentro
-campanas de Nazaret.

Cierran en lugar de abrir,
tus besos; antes los se
viático que primera
comunión… ¡Adiós!–Un fiel
río de ángeles crepita.
¡Noche-buena! ¡Noche-en-bien!
Carmen –dulcemente- Carmen.
-Pero no puede ser.


Félix Ros. Barcelona 24-XII-47

18/12/11

Regalos



Hacer clic en la foto para ampliar



A la atención de HOME XXI

Estimados señores.

Ante las repetidas invitaciones por su parte a actos en los que ustedes mismos me impiden la asistencia, les ruego que a la mayor brevedad eliminen mi nombre de sus listas y dejen de enviarme regalos como el de la adjunta fotografía.

Firmado: Alguien sin cónyuge vivo o muerto.


PD.

Les aseguro que podría enseñarles tres billetes de 50 eurillos, pero es algo que no haría ni loca por si acaso vuelan.





PD2.

El euro de la foto lo verán pero no lo tocarán.


10/12/11

Dulce Navidad


Por esta época llegan a nuestras casas (y a nuestra cintura) los dulces de Navidad. Mantecados, turrones, figuritas de mazapán, alfajores de almendra, roscos de vino… Cuanta cosa buena ¿verdad? Pero todos sabemos que como los dulces que hacen en los conventos de clausura no hay ninguno y que en ellos se encuentran especialidades que no hay en las tiendas.

Hasta ahora, pues una asociación –Amplexus- se ha encargado de gestionar la tienda virtual que se ha montado para vender on-line estas delicias de los conventos de toda España. Quesitos de Belen, empiñonados, rebujaítos, delicias de frutas, batatín escarchado… Todo un mundo de exquisiteces que están a nuestro alcance haciendo clic en este sitio. Así que pasen, señores y señoras, entren en la tienda virtual de Monasterios y Conventos y tendrán la mejor Navidad de su vida, la más dulce, ayudando, además, a que a las monjas no se les caigan los históricos conventos encima y todos perdamos auténticas joyas de nuestro patrimonio.




2/12/11

Adventus






El pasado domingo celebró la Iglesia Católica el primer domingo de Adviento, con el que empieza un periodo litúrgico de cuatro semanas que terminará el día 24 cuando se conmemore el nacimiento en Belén de Jesús, el Salvador.

La palabra adviento viene de la latina adventus, que significa venida, espera, y que no es una venida cualquiera ni una espera sin importancia, sino el acontecer de algo que puede cambiar nuestras vidas. No es tampoco un simple mirar atrás, a esa tierna escena de un niño acostado entre pajas, sino que es una mirada hacia adelante, es la espera de un mundo mejor, más justo, más solidario, un mundo donde el poderoso no oprima al débil, donde la maldad no triunfe sobre la bondad, donde el amor prevalezca sobre el odio.

Que, en estas cuatro semanas, todos –creyentes y no creyentes- miremos hacia adelante, hacia un mundo que es posible, pero que, como decía la canción de Labordeta, habrá que empujarlo para que pueda ser.


Nota al margen: Perdonadme el sermón, pero ya sabéis que de vez en cuando me sale la vena teológica.