La serie Isabel, este post de Anarkasis y muchos comentarios que se han visto por ahí sobre la serie, todo junto y revuelto me ha hecho recordar que en el post sobre Fernando Fernán Gómez me dejé sin subir por largo este poema que veis ahora. Poema que largo sí que es, pero que no tiene nada que ver con la serie, ni con Maquiavelo, Gallardón, la Inquisición y la madre que parió al post de Anarkasis, que me he tenido que leer tres veces para seguirle el hilo. Pero la mente humana es así, le das un hilo y te lleva a la oveja de donde salió la lana, me mencionas a Fernando el Católico y, en vez de acordarme de los rientes ojos de Rodolfo Sancho, me acuerdo de Fernán Gómez, que era de todo menos riente. Va el poema, para que no se diga que yo no cumplo.
EL RECUERDO
Se me viene España de pronto como un río
y mi calle,
y mi barrio,
y mi muriente juventud,
y mi irremediablemente cercana infancia.
Me entran por la desesperanzada ventana
de mi soledad
como un río,
como un río que se desborda en esta ciudad desconocida.
Entran verdes, como las ondas del río,
los recuerdos, las cosas de mi infancia,
los juguetes, las chapas de las botellas de cerveza,
las cajas de cerillas con vistas de ciudades,
el pai-pai con un paso de tango,
la criada romántica con olor a brillantina,
como ondas del río las esperanzas muertas,
y los sucios sueños adolescentes,
y los compañeros de clase,
y las amadas imposibles del colegio.
La pizarra, a la derecha, en los Maristas, con palotes…
La fábula de la lechera.
Y el otro colegio:
(“Los oceanos son”… cantábamos a coro. Y el director dijo a su amante,
la maestra: Elena, se dice océanos y no oceanos. Y cantábamos de nuevo:
“Los océanos son”… Quedaba peor ¡que pena!)
Y Arturo, siempre tan malicioso.
Y había a los cinco años el amor de Lucía, la hija de la portera, vestida de negro con ojos del color de su vestido.
¿Cómo podría ser la niña que uno amaba a los cinco años?
Y llegan, llegan como ondas, la aritmética
y el área del trapecio
y Atila, y la reina Isabel en su trono de romance,
y Cristóbal Colón el bueno,
y Fernando el Católico el malo,
que no quiso dar joyas
para comprar barcos.
Y Viriato, que tocaba el caramillo
y luchó contra los romanos
mientras apacentaba unas ovejas que tenía en Portugal.
Y el Cardenal Cisneros, tan antipático,
desde su áspera lección.
Con esa chulería que le dijo a los franceses.
Y la gramática. No mámpara, sino mampara; no méndigo, sino mendigo.
Complemento, y todo eso. Y el verbo amar… Yo amo, tú amas… Y más
tarde el verbo “aimer”… “j’aime, tú aime”… Y más tarde el verbo “amo”. “Amo, amas”…
Y ahora lo quieren hasta en griego, ¡pobres niños!
y en inglés.
¿Para qué, Señor Ministro de Educación,
para qué?
Si por esa ventana abierta
entran solo a remediar mi escocida soledad
esos viejos recuerdos
de mi infancia, de mi calle, de mi tierra…
Que entran como un río
verde ya en la malvada madrugada
y me humedecen las raíces
de la esperanza.
¿Para qué, señor, tanto aprender,
si no va a haber nadie una noche
a quien amar, amo o aimer?
Se me viene España de pronto como un río
y mi calle,
y mi barrio,
y mi muriente juventud,
y mi irremediablemente cercana infancia.
Me entran por la desesperanzada ventana
de mi soledad
como un río,
como un río que se desborda en esta ciudad desconocida.
Entran verdes, como las ondas del río,
los recuerdos, las cosas de mi infancia,
los juguetes, las chapas de las botellas de cerveza,
las cajas de cerillas con vistas de ciudades,
el pai-pai con un paso de tango,
la criada romántica con olor a brillantina,
como ondas del río las esperanzas muertas,
y los sucios sueños adolescentes,
y los compañeros de clase,
y las amadas imposibles del colegio.
La pizarra, a la derecha, en los Maristas, con palotes…
La fábula de la lechera.
Y el otro colegio:
(“Los oceanos son”… cantábamos a coro. Y el director dijo a su amante,
la maestra: Elena, se dice océanos y no oceanos. Y cantábamos de nuevo:
“Los océanos son”… Quedaba peor ¡que pena!)
Y Arturo, siempre tan malicioso.
Y había a los cinco años el amor de Lucía, la hija de la portera, vestida de negro con ojos del color de su vestido.
¿Cómo podría ser la niña que uno amaba a los cinco años?
Y llegan, llegan como ondas, la aritmética
y el área del trapecio
y Atila, y la reina Isabel en su trono de romance,
y Cristóbal Colón el bueno,
y Fernando el Católico el malo,
que no quiso dar joyas
para comprar barcos.
Y Viriato, que tocaba el caramillo
y luchó contra los romanos
mientras apacentaba unas ovejas que tenía en Portugal.
Y el Cardenal Cisneros, tan antipático,
desde su áspera lección.
Con esa chulería que le dijo a los franceses.
Y la gramática. No mámpara, sino mampara; no méndigo, sino mendigo.
Complemento, y todo eso. Y el verbo amar… Yo amo, tú amas… Y más
tarde el verbo “aimer”… “j’aime, tú aime”… Y más tarde el verbo “amo”. “Amo, amas”…
Y ahora lo quieren hasta en griego, ¡pobres niños!
y en inglés.
¿Para qué, Señor Ministro de Educación,
para qué?
Si por esa ventana abierta
entran solo a remediar mi escocida soledad
esos viejos recuerdos
de mi infancia, de mi calle, de mi tierra…
Que entran como un río
verde ya en la malvada madrugada
y me humedecen las raíces
de la esperanza.
¿Para qué, señor, tanto aprender,
si no va a haber nadie una noche
a quien amar, amo o aimer?
Anda que entre Anarkasis y tu, y por supuesto mi manía de seguir buscando información, llevo más de una hora "viajando" por los recovecos de internet, siguiendo enlaces y perdiéndome en el camino, cual barquito de vela navegando por las turbulentas aguas de internet. Te iba a comentar que en la red solamente había encontrado en un fichero PDF, parte del poema que nos presentas, en concreto hasta "como un río que se desborda en esta ciudad desconocida", por lo que vuelta a releerme todos los enlaces, para ver que lo has sacado del libro "A Roma por algo", así que nueva búsqueda y en muchas libreias se vende pero me he quedado con eso ya que en una de ellas el precio oscila entre los 90 a los 200 euros, este último precio con 14 dibujos de Manuel de las Casas y firmado por el autor.
ResponderEliminarEl de 90 euros con tela editorial con sobrecubierta,y en todos los casos son libros para coleccionistas e incluso de segunda mano.
Como dice en el post de Fernando Fernán Gómez que enlazo, yo tomé estos poemas de una revista de poesía a la que estaba suscrita entonces, pero no conozco ese libro, que supongo es la separata de la revista que menciona la Wiki
EliminarSi escribes en la barra de búsqueda de google "A Roma por algo" con comillas, te aparecen las librerías que venden el libro, por supuesto también apareces tu con este enlace : http://el-macasar.blogspot.com.es/2012/02/fernando-fernan-gomez.html
EliminarY ahora sin contestar a nadie en mi blog, me voy a visitar un pequeño belén.
Pues que pena que yo no tuviera el libro en vez de la revista....
EliminarNo suelo ver series de televisión, me gusta más la historia leída y contrastada en más de un volumen que la que fija en la mente las imágenes de la tele. No puedo discutir la pose antipática de Fernando Fernán Gómez, pero no cabe dudas de que ha sido uno de nuestro mejores actores del siglo XX.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y también buen poeta por lo que se aprecia en estos poemas.
EliminarSin duda, Fernán Gomez era un hombre muy singular. Tanto que al morir nos hemos quedado sin él...
EliminarSalud!
En unos años nos hemos quedado sin muchas personas que no parecen tener reemplazo en las nuevas generaciones.
EliminarEs un poema muy curioso escrito supongo en un día de esos que se deja vagar la mente y esta empieza a hacer un recorrido por los años mas lejanos de nuestra vida para terminar con una pregunta que no hay duda se hace una persona mayor:
ResponderEliminar¿Para qué, señor, tanto aprender,
si no va a haber nadie una noche
a quien amar, amo o aimer?
Pues no era demasiado mayor cuando escribió estos poemas, que son anteriores a 1953.
EliminarEs curioso, porque llegue al blog de Anarkasis hace poco y me gustó. No veo la tele, pero me hablaron bien de Isabel, en cuanto a los poemas, ya sabes que se me atragantan. Mejor llevo lo de Fernán Gómez, que siempre me pareció un acorazo.
ResponderEliminarLo del post de Anarkasis reconozco que, probablemente, sea cuestión de generaciones y de "idioma". Y en cuanto a la poesía, hay a quien le gusta y a quien no, pero en eso no hay generaciones.
EliminarOlvidaba decirte que la serie "Isabel" puedes verla completa en la web de RTVE y con gran calidad de imagen.
EliminarGracias. Tengo que intentarlo, pero el problema es el de siempre, que me falta tiempo. Además, hay contenidos que no se pueden ver fuera de España, supongo que por una cuestión de derechos. Menos mal que días de cine sí lo puedo ver.
EliminarEsta serie se que se puede ver en Argentina, así que probablemente en Europa también, pero de todas formas pronto estarás en casa y la tendrás más a mano.
EliminarCuando se habla de esta pareja royal, me acuerdo de un catedrático de Historia que se dolía de que Fernando y Germana, su segunda esposa, no hubieran tenido descendencia... Como no sigo la serie, ignoro el tratamiento que se da a cada miembro de la pareja; aunque titulándose "Isabel", no se habrán detenido mucho en el escamoteo del trono castellano a la legítima heredera, Juana. ¿O me equivoco?
ResponderEliminarLo cierto es que, por encima del Trastámara aragonés, pongo a su tocayo el pelirrojo. Incluso con su mala leche. Un tipo hosco pero con una cultura extraordinaria cuyos escritos se leen con atención y deleite y que en la pantalla aparece inmenso, hasta en esas películas menores que sólo servían "para comer caliente" -palabras suyas-.
Yo solo he visto la primera temporada de esa serie en rtve.es y la segunda la tengo grabada aguardando un momento que nunca llega, pero como ya imaginas, en esa primera parte presenta a una Juana niña manejada por todos y víctima de todos, pero inclinando la balanza a una Isabel que arrasa en su ambición y decisión. Una mujer de pelo en pecho, como decía otro profesor de Santa Teresa. De todas formas, hay tantos escamoteos de tronos en la Historia….
EliminarQué belleza! Toda una historia de vida hecha poema! No averigüé más... Sencillamente adoro la poesía! Saludos.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado y gracias por la visita. Ya he visto tus blogs y en cuanto pueda los visitaré más despacio.
EliminarMis mejores deseos para estas fechas para ti y los tuyos.
ResponderEliminarY lo mejor para toda la humanidad.
El mejor regalo: sonrisas , abrazos y amor. Estaré fuera del mundo virtual, dedicada a la familia
un abrazo
Mis felicitaciones también para ti y los tuyos. Yo sí estaré aquí, pues el mundo virtual forma ya parte de mi vida, de forma que si alguien quiere darse una vuelta por este macasar me encontrá esperando.
EliminarEl estar medio alejada de la web me había hecho no ver este otro poema de Fernan Gómez, tan o mas bello que los que nos habías compartido en tu anterior post. Gracias por recordarlo.
ResponderEliminarQuizá también te has perdido los vídeos anteriores, que es posible que te gusten.
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