Hoy en día hay muchas reformas, además de la reforma protestante, la constitucional, la laboral, la ley de enjuiciamiento criminal, la fiscal, la de las casas, la de la carretera nacional 3542 bis... Lutero plantó la semilla hace la tira de tiempo, y claro se ha ido reproduciendo y hoy en día tenemos reformas hasta en el rellano del portal.
Y supongo que con estos no vale un Concilio Tridentino...
Miedo me dan esos escritos, redactados para que nadie los entienda, bien porque han sido pergeñados para engañar a sus destinatarios -cuando el remitente es desconocido-, o bien porque se muestra un absoluto desprecio por las personas a las que lo dirigen -es el caso de un remitente tan conocido como lo es la Administración-...
Entonces es que entra dentro de la colección de joyas de la literatura bancaria, en la que el interés -a corto y largo plazo-, corre en diferentes dirección a uno y otro lado del escrito, pero la capacidad comprensora del receptor es puesta a prueba en todo momento...
Pero igual que ha desaparecido el interés que daban ellos a corto o a largo, también el nuestro brilla por su ausencia y ya no nos molestamos en buscarle un sentido a sus comunicados. Nos defendemos de ellos... y gracias.
No creo que sepan quién fue Lutero, ¿un jugador del Atlético Aviación? ni mucho menos lo que implica aquella Reforma, pero este tipo de cartas siempre implica que te van a cobrar más. No creo que esa homogeneización implique menos comisiones.
Sin que sea defender a los bancos, no creo que esta carta implique pagar más, ya que no se paga por ese "Contrato Marco" que nos hicieron firmar en los bancos y que se trata solo de una medida de protección para ellos ante las reclamaciones que puedan producirse. Como el "test de idoneidad" que también firmas para lo mismo.
...y cómo se "preocupa" el banco que hasta envían una misiva para anunciar que se ha remitido -o se remitirá- otra abundando en lo mismo. Lástima que el remitente carezca de ironía para haber enviado la carta con fecha 31 de Octubre, día de la La Reforma Protestante, en papel con una marca de agua en la que se entreviera la puerta en la que Lutero clavó la suya.
Lo dicho, que yo creo que el remitente no tiene ni idea de quien fue Lutero. Dirá que es de Ciencias... Pero lo llamativo en todo esto es también que hace mucho que no tengo cuenta en ese banco.
¡Ay si Lutero levantara la cabeza y viera en que terminó "La reforma".
ResponderEliminarSeguro que no entendía nada.
EliminarHoy en día hay muchas reformas, además de la reforma protestante, la constitucional, la laboral, la ley de enjuiciamiento criminal, la fiscal, la de las casas, la de la carretera nacional 3542 bis...
ResponderEliminarLutero plantó la semilla hace la tira de tiempo, y claro se ha ido reproduciendo y hoy en día tenemos reformas hasta en el rellano del portal.
Pero de siempre, decir La Reforma así, con mayúsculas y a secas, era referirse a la reforma protestante.
EliminarY supongo que con estos no vale un Concilio Tridentino...
ResponderEliminarMiedo me dan esos escritos, redactados para que nadie los entienda, bien porque han sido pergeñados para engañar a sus destinatarios -cuando el remitente es desconocido-, o bien porque se muestra un absoluto desprecio por las personas a las que lo dirigen -es el caso de un remitente tan conocido como lo es la Administración-...
Este remitente es conocido y por eso le he borrado la dirección de la web. Y, en esta ocasión, no es la Administración, sino un banco.
EliminarEntonces es que entra dentro de la colección de joyas de la literatura bancaria, en la que el interés -a corto y largo plazo-, corre en diferentes dirección a uno y otro lado del escrito, pero la capacidad comprensora del receptor es puesta a prueba en todo momento...
EliminarPero igual que ha desaparecido el interés que daban ellos a corto o a largo, también el nuestro brilla por su ausencia y ya no nos molestamos en buscarle un sentido a sus comunicados. Nos defendemos de ellos... y gracias.
EliminarEs como un acto reflejo: carta del banco, visita al banco. «Y esto me lo das de baja pero ya». Más o menos.
ResponderEliminarY totalmente de acuerdo, La Reforma implica la ruptura con la autoridad del papa, entre otras cosas.
Te vas a otro y, al año (o menos), carta del banco, visita al banco. «Y esto me lo das de baja pero ya».
ResponderEliminar¿Para qué queremos al banco de España?
ResponderEliminarlo mismo que el senado sobra
Nos hace falta para escribir entradas como esta. ¿Qué sería de mi blog sin los bancos?
EliminarPobre Lutero... qué manera de ningunearlo....
ResponderEliminarEl banco, digo....
Saludos
Ellos son muy modernos y no saben nada del siglo XVI.
ResponderEliminarNo creo que sepan quién fue Lutero, ¿un jugador del Atlético Aviación? ni mucho menos lo que implica aquella Reforma, pero este tipo de cartas siempre implica que te van a cobrar más. No creo que esa homogeneización implique menos comisiones.
ResponderEliminarSin que sea defender a los bancos, no creo que esta carta implique pagar más, ya que no se paga por ese "Contrato Marco" que nos hicieron firmar en los bancos y que se trata solo de una medida de protección para ellos ante las reclamaciones que puedan producirse. Como el "test de idoneidad" que también firmas para lo mismo.
Eliminar...y cómo se "preocupa" el banco que hasta envían una misiva para anunciar que se ha remitido -o se remitirá- otra abundando en lo mismo.
ResponderEliminarLástima que el remitente carezca de ironía para haber enviado la carta con fecha 31 de Octubre, día de la La Reforma Protestante, en papel con una marca de agua en la que se entreviera la puerta en la que Lutero clavó la suya.
Lo dicho, que yo creo que el remitente no tiene ni idea de quien fue Lutero. Dirá que es de Ciencias... Pero lo llamativo en todo esto es también que hace mucho que no tengo cuenta en ese banco.
EliminarPues deben andar apuradillos de clientela para tener que recurrir hasta a quienes carecen de motivos para asomarse al mostrador.
EliminarQuizá no pierden la esperanza de recobrarme como cliente, ya que tuve una salida de allí un tanto accidentada.
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