Yo tenía 36 años cuando compramos este piso. Estaban empezando a construir el edificio y, cada cierto tiempo, venía con mi padre a ver como iba la obra, que por algo él entendía de esas cosas. Un par de años después, cuando casi terminaban, mi padre pasó por una mala época y yo venía sola, precisamente en el momento en que había que decidir ciertos detalles e instalaciones, por lo que hablaba con el encargado -esto va así, lo otro de tal forma- y él siempre me decía: Cuando venga su padre... Y aplazaba la conversación. Mientras, los otros pisos avanzaban en esas terminaciones y el nuestro seguía pendiente. Hasta que un día me cansé de la respuesta y le dije muy en mi papel: Le advierto que este piso está a mi nombre, puede usted comprobarlo en la oficina de la constructora. Asintió, pero siguió diciendo: A ver si viene su padre... Y terminé trayendo un plano hecho por mi padre, en el que detallaba donde iban los enchufes, donde los radiadores, para que lado giraban las puertas, etc. Exactamente lo mismo que yo le venía diciendo al encargado y no me hacía caso.
Hoy, casi 50 años después, le he abierto la puerta al fontanero del seguro de la Comunidad, que venía a comprobar si había recalo en un cuarto de baño. Nada más explicarme la razón de su visita, me dice: ¿No está su marido? Me quedo desconcertada porque no entiendo a que viene esa pregunta, le contesto torpemente: No hay marido... y le señalo el camino hacia el cuarto de baño. Cuando se va y cierro la puerta tras él, aun sigue mi desconcierto.
Ha pasado medio siglo y estamos en las mismas.
Hay costumbres que no desaparecen por mucho tiempo que pase y este estereotipo es un clásico.
ResponderEliminarMi cuñada de Madrid, cuando llama alguien por teléfono preguntado por el "señor de la casa", ella muy sería les contesta, "No se encuentra en casa, yo soy la chacha y no se cuando vendrán" y les cuelga.
Pues a mí me desconcierta mucho que, a estas alturas, me salgan con esa historia. Me quedo cortada y no se ni lo que decir.
EliminarAfortunadamente, cada vez menos, pero aún quedan esos retazos...
ResponderEliminarEstas cosas no me han ocurrido durante muchos años, pero ahora vuelven a ocurrirme y no se si es por la edad o porque hay un retroceso en ese aspecto.
EliminarDesde luego es algo inusual que pregunten por el marido de quién abre la puerta, en vez de una vez dicho quien es, en este caso el fontanero, preguntar directamente donde está la avería, o lo que sea que deban de revisar en la visita.
ResponderEliminarPor lo visto pensaba que yo no estoy capacitada para entender lo que decía o que no tengo permiso para dejarlo pasar o... vaya usted a saber que. Lo que piensa un fontanero cuando una mujer mayor le abre la puerta, se escapa a mis posibilidades de adivinación.
EliminarEstás hablando de una especie, la humana, que se sigue asustando e arañas y tiburones porque e 200.000 años ha sido incapaz de dejar atrás la parte reptiliana de su cerebro, y te extraña que los hombres no hayamos avanzado en cincuenta años.
ResponderEliminarBromas aparte, no me parece que vayáis hacia adelante porque no hay un interés real. En crear empresas, enchufes y ONGs que se lleven vuestros impuestos sí, en lo de avanzar en una educación real me parece que vais hacia atrás.
Y no me meto en la ecuación porque estoy dimitiendo de eso que llamáis ser español. No me siento en absoluto identificado con la piel de toro.
A ver... Yo he dicho "estamos en las mismas" O sea, en plural, pues me refiero a que los hombres no cambian porque las mujeres no los empujamos a cambiar. Si yo en vez de balbucear "No hay marido", me hubiera encarado a él y le hubiera dicho: "¿Para que quiere usted a mi marido? Para asomarse al cuarto de baño no le hace falta nadie", quizá el fontanero hubiera caído en que la pregunta era innecesaria. O quizá me hubiera dado una explicación lógica. Que creía conocerlo de haber venido otras veces a este edificio... o algo así. De como son los hombres, en parte tenemos la culpa las mujeres, pues a algunas (no digo que a todas) parece que les gustan así. Dejarlo todo en manos del hombre de la casa es tan cómodo...
EliminarSuena el timbredel portero eléctrico. "Correo, un paquete para...". Abro la ventana y el empleado me dice: "¿Puede llamar a alguien para comprobar el DNI y firmar el recibo?".
ResponderEliminarLa paquete era para mí...
Busqué mi DNI, se lo mostré y luego de comprobar que era correcto, me dio a firmar la planilla.
Debí firmar con una "x"
Me sentí invisible.
Soy Nfer. Perdón.
EliminarAlgunas veces pienso que me gustaría conocer a una empleada de Correos o de una empresa de paquetería para sugerirles que, cuando el destinatario sea un hombre, hagan preguntas semejantes a las que nos hacen a nosotras. A ver que pasa...
EliminarSi, parece que la vida ha cambiado poco en este tema. Pero me pregunto si ese trato que tu dices estar recibiendo ahora se debe mas a la edad que al género. Quizás, como yo también soy ya mayor, dentro de poco cuando abra la puerta, el repartidor u otro operario me pregunte - ¿Esta su hijo señora? - porque no se fié de mi capacidad de entender.
ResponderEliminarMe temo que es por el género, pues el supuesto marido sería de mi edad o, incluso, mayor. Como a este seguro y a este fontanero lo estamos viendo a cada rato, la próxima vez quizá le pregunte...
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