Durante esta cuaresma, el periódico IDEAL nos ha estado obsequiando con una colección de láminas titulada Miradas. La Semana Santa de Granada según sus fotógrafos, que me llegaban los jueves puntualmente.
Creo que fue en la segunda entrega, cuando vino esa imagen que veis arriba, en una reproducción no muy buena al tratarse de la foto de una foto. Antes de nada, tengo que advertir que no soy "semanasantera" en absoluto, es más, en muchas ocasiones me crea problemas como el que ahora voy a exponer.
La foto, de Luis Javier Quesada, recoge el paso por la calle San Matías del Señor de la Humildad, mas conocido como De la Cañilla, una talla de 1689 atribuida al círculo de los Mora y, si os fijáis, el fotógrafo ha estado acertado en el momento de hacerla, ya que la imagen lo tiene todo, no le falta un detalle. Veamos.
Un paso valioso, un trono adornado, una calle antigua, la torre asomando, el capataz de la cofradía, la banda de música con cascos de plumas, gente en los balcones y en la calle, niños, colgaduras, cirios encendidos... Por tener, tiene hasta dos guardias civiles con tricornio.
¿Y SE APLAUDE?
Ayer viernes santo pude ver dos procesiones, la de los Escolapios, lugar donde estudié hace un porrón de años, y la de los Ferroviarios, las ví en ese tramo de bajada que nos pones en la foto, en Mariana Pineda mirada hacia San Matias, un bonita vista de las procesiones en un año anómalo para las cofradías por la lluvia.
ResponderEliminarSaludos
Como digo en la entrada, a mí las procesiones me crean más problemas que otra cosa, pues desde el punto de vista religioso, no las puedo mirar como un espectáculo y desde el punto de vista artístico, me parece un disparate que saquen de sus iglesias tallas del siglo XVII y las maltraten con las "levantás". Esas imágenes son de todos y de las generaciones futuras, no son de las cofradías, como ellos parecen creer.
EliminarVaya por delante mi falta de fe ya que soy un agnóstico convencido, pero eso no quita que en un momento, allá por los años 80. ayudé durante unos años como costalero a llevar un paso, era el de las Carmelistas Descalzas (iglesia frente a Capitania), la Semana Santa Granadina estuvo a un paso de desaparecer en aquella época, antes por sacar los pasos los costaleros cobraban y las cobradias no tenian dinero ya que los hermanos que pagaban a lo largo del año, hoy las cofradias reciben dinero de los cofrades y los ayuntamientos y empresas también colaboran, hay cobradias ricas, lo que ha dado pié a que se arreglen imágenes muy deterioradas e incluso que escultores construyan pasos procesionales que son propiedad de las cofradias, otra cosa es que por estár dentro de la Iglesia esta diga que todo lo que hay dentro de ella es suyo, es como las inmatriculaciones de los espacios públicos por parte de la Iglesia, si por ellos fuera todo el país seria de su propiedad.
EliminarOtra de las cuestiones de la Semana Santa es la ocupación de espacio público y el corte de calles ¿por qué?, en fín esto da para un libro y como dice Pilar esto es para atraer turismo del barato y dar tiempo de vacaciones para botellones diversos.
Saludos
Como dices, esto daría para estar aquí escribiendo durante días y días, ya que estamos mirando el asunto desde puntos de vista muy distintos. Sin tocar el tema religioso, pues hablar de Iglesia no es referirse solo a la jerarquía, sino que somos todos los creyentes, el haber construido últimamente unas cuantas imágenes bastante malas y un montón de tronos de estilo sevillano, no justifica deteriorar las imágenes antiguas de escultores reconocidos, dándose además la circunstancia de que el turismo y la mayoría de la gente que ve procesiones, pasa de la calidad de las tallas. Ya he contado en este blog como en la procesión del Silencio estuvo saliendo durante años la copia que hizo Barbero del Cristo de la Misericordia de Mora y nadie se dio cuenta hasta que el mismo Barbero lo contó. Sin embargo, este año los cofrades estaban empeñados en sacar el auténtico y yo no he querido enterarme de si ha salido o no, pues esa talla no aguanta la salida y tendremos que lamentarlo.
EliminarPero en fin, nos hemos desviado del tema que planteo en la entrada, que es la pérdida del sentido de la Semana Santa, que nos lleva a aberraciones como esa de aplaudir la representación de la tortura de un hombre.
A mi no me hables de Semana Santa, pasos y cofradías. Hace años dejé de verlas y de interesarme por ese tema y cada año me sorprendo de que haya mas 'devoción' y mas interés por estas tradiciones que ahora, para mi, solo son excusas para atraer turistas y visitantes y seguir con los negocios de hostelería, que al parecer son lo único que mantiene la economía de este país. Ya se que vivimos del turismo, pero no soporto que me lo recuerden constantemente.
ResponderEliminarVivimos del turismo, pero sin sacrificar cosas importantes por eso. Más bien inclinándonos porque las calles estén limpias y los monumentos cuidados. Un turismo al que no le importe eso, no nos interesa.
EliminarHace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana... me visitaba 7 monumentos en Semana Santa, procesiones enteras no creo recordar ninguna, me distraía, me aburría, estaba pendiente de cualquier cosa que no fuera el movimiento de las manos de los tamborileros o repicantes, incluso de la sangre que en ocasiones les salía de las manos o de los pequeñajos que se echaban cera de las velas unos a otros y no atendía al tema principal, hoy en día, ya ni eso y cada vez hay más hermandades, cofradías y ganas de llorar en público.
ResponderEliminarAquí no tenemos tamborileros de esos, cada procesión lleva su banda de música que toca composiciones propias de Semana Santa.
EliminarIndependientemente del valor artístico de los pasos de Semana Santa, la tradición procesional no despierta mi interés. Son representaciones tétricas que se regocijan en el sufrimiento y solo faltan los encapuchados remedando al ku-klus-klan para terminar de arreglarlo. Únase al ambientillo el concurso de los legionarios y el desfile de tricornios para que estos días adquieran un toque franquista que tira para atrás.
ResponderEliminarYo había vivido desde niña la Semana Santa más bien como un espectáculo artístico, pues mi padre me llevaba a las mejores y me explicaba que si esta imagen es de tal escultor y es mejor que la otra y cosas así. Después, cuando ya iba con amigas y amigos, las procesiones eran un pretexto para que nos dejaran volver tarde y eran una diversión, un salir en grupo y hasta ligar. Pero fue cuando empecé a plantearme mi fe en serio cuando me di cuenta de que no podía mirarlas de esa forma. O me las tomaba en serio como una representación de lo que ocurrió hace muchos años en Palestina, o las ignoraba. Y me di cuenta de ello el día que, con los amigos, estábamos en un bar, pasó por la calle una procesión, nos asomamos a la puerta para verla y me vi, con la copa en una mano y la tapa en la otra, mirando un Cristo sangrante, un hombre torturado, como digo arriba. A partir de ahí, evité en esos días estar en el centro a las horas de las procesiones y viví la Semana Santa de otra forma.
EliminarPor otra parte, también en esas etapas mías anteriores de infancia y juventud, las procesiones eran muy distintas, yo diría que más "castellanas". Pero eso es otra historia...
Ya he comentado otras veces que, hace unos años, estando en Málaga en Semana Santa, me llamó la atención lo distintas que eran las procesiones a las de Huesca, donde ni jartos de vino se les ocurriría a los costaleros "aparcar" la peana a la puerta de un bar para echar un trago, cosa que sí vi en la procesión malagueña. Claro que también en Málaga hacía calor ese viernes santo mientras que en Huesca, por esas fechas, suele hacer bastante fresco.
EliminarEso aquí no se ha hecho nunca, se consideraba de ciudades en las que la Semana Santa era "menos seria". Sin embargo, no se en este momento, ya que somos tan aficionados a copiar todo lo malo, pero no he oído nada al respecto.
EliminarEn aquella época torturaba todo el mundo, independientemente del poder que tuviera. No podemos juzgarlo con los ojos de hoy, al menos en mi opinión.
ResponderEliminar¿Qué se aplaude? El arte, la maestría, el esfuerzo de los costaleros, la fe. No se aplaude el sacrificio, sino la procesión en sí, y cada uno la vive como quiere, unos en silencio y otros jaleando a los que llevan el paso, que no es baladí.
Visto así... Pero la verdad es que yo no lo puedo ver de esa forma, ni como un espectáculo ni tampoco como una competición deportiva.
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