30/9/24

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      Ahora que tanto se habla de la comida sana, de los alimentos procesados, de que un producto no lleve más de cinco ingredientes, yo he recuperado por casualidad algo que he tomado desde niña, pero que había dejado de comprar quizá por no verlo en los supermercados que frecuentaba.
      Hablo de las tortas de aceite, que antes llamábamos "sevillanas" o simplemente de Inés Rosales, por ser esta la marca más conocida. Aunque no era esa la única, pues estas tortas son tradicionales en toda Andalucía Occidental, digamos que son "de toda la vida", ya que se hacían en las casas siglos antes de que a una señora de Castilleja de la Cuesta, provincia de Sevilla, se le ocurriera vender en la carretera y la estación las tortas que le enseñó a hacer su madre y esta aprendió de la suya. Tortas tan simples que no tienen más que tres ingredientes: harina, aceite de oliva y azúcar. Y unos granos de matalahuva, que le dan el ligero sabor a anís. Solo eso. Ni conservantes, ni acidulantes, ni espesantes, ni edulcorantes... ni nada. Más sano, imposible. Ni más bueno. Y quien no las haya probado, que se compre un paquete y verá como no miento.
Nota: Que conste que no tengo nada que ver con ninguna empresa fabricante de tortas sevillanas (aunque un pariente de mi madre las fabricaba en Córdoba hace muchísimos años) y que conste también que ese paquete de arriba lo he pagado religiosamente en el supermercado donde ahora me las ponen delante en exposición cada vez que entro.

17 comentarios:

  1. Mmm, qué buenas. Y lo digo con conocimiento de causa, porque por aquí también se venden, también de toda la vida, aunque sin anís, que a estas se las conoce como "tortas de anís".
    Es muy sugerente el envoltorio de la foto. Dan ganas de quitar el papel y arramblar con la torta...

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    1. Yo no conozco más que estas que saben a anís, aunque he visto que ahora las hacen de distintas clases, pero no las he probado. De "toda la vida de Dios" (como también decimos) las hacían en otros sitios de Sevilla y Córdoba, pero eran iguales, siempre con matalahuva. Leyendo ahora los ingredientes, veo que le añaden sésamo, no sé por qué, y aroma natural de anís, cosas que dudo mucho tuviera a mano la señora de Castilleja que se lanzó a venderlas. De todas formas, siguen siendo de las cosas más "sanas" que se pueden tomar.

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    2. Obviamente, las de Inés Rosales no las conozco porque no creo que se comercializaran tan arriba de la península, pero, exceptuando el anís, también son clásicas por estos pagos. No hablo de los supermercados, que las hay también, sino de las que se hacen artesanalmente en los obradores de algunas panaderias.

      En su momento, serían un complemento muy socorrido, como intuyó la señora que empezó a venderlas; hoy en día, son un capricho exquisito.

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    3. He estado mirando en Internet, y todas las cadenas de supermercados nacionales tienen las de Inés Rosales. Es posible que otras marcas no se vendan más que en Andalucía, pero la de la señora de la comarca de Aljarafe parece ser que ha llegado a todas partes. Por algo ella tuvo la intuición de venderlas en la carretera y en la estación del tren a los viajeros que iban para el resto del país.

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    4. Ya me fijaré cuando vaya al Eroski; como la repostería y el pan los compramos en la panadería no sé si esa marca de tortas se exhibe en los supermercados.

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    5. On line la tiene Eroski y de todas las clases que la hacen ahora, pero yo te recomiendo la normal, esa de la foto, que es de la que puedo opinar.

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    6. En el Eroski donde compro no tienen estas tortas, pero, cabezota que es uno, comentándolo por WhatsApp, una contertuliana que trabaja en Mercadona ha tenido el detallazo de traerme esta tarde un pack como el de la fotografía, donde salen bastantes tortas. Curioso lo delgadinas que son —las del obrador donde compro son ligeramente más gruesas—. He probado una y me ha gustado su sabor, así que ya puedes pedir a la empresa que te den un tanto por ciento del precio por lo buena embajadora que has sido, jeje.

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    7. Pues me alegro de que te hayan gustado. Yo te insistía en que buscaras estas porque suponía que esas de tu panadería eran distintas. Tortas de aceite hay de muchas clases en las panaderías, aquí también, pero lo que distingue a estas es precisamente su delgadez, esa textura que las hace tan livianas, tanto que yo creo que pesa más el papel que las envuelve que las propias tortas.
      En cuanto a la comisión de la empresa Inés Rosales, me temo que no esté pendiente de mi blog, pero si por casualidad pasara por aquí, no me vendrían mal unos cuantos paquetes de tortas.

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  2. Es verdad qye las tortas Ines Rosales no se veian por los super, aunque ahora si que las hay, además ahora puedes elegir entre dulces y saladas, a mi me encantan estas tortas y como tu, no tengo ningún tipo de beneficio al decir lo que digo.
    Saludos

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    1. Fíjate si se están poniendo de moda, que el otro día, en un bar de mi barrio con nombre de torero, nos pusieron de "postre" una torta de estas con pastillitas de chocolate negro. Y es de las dulces, de estas que yo compro. Las saladas no las veo por aquí y no creo que me gusten, pues ya es otra cosa.

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    2. Te aseguro que las saladas están ricas también las puedes acompañar con cualquier otra cosa como por patés untándolo o quesos.

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    3. Pues habrá que buscarlas en los super de por aquí... ¡Gracias por la información!

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  3. De toda la vida, ya lo creo. A mi me encantan y de vez en cuando las compro, en el Mercadona, entre otras cosas porque me recuerdan a mi padre, que las tomaba para desayunar y las llamaba 'tortas de cartón' por lo finitas que son. Aquí te dejo su historia, la de las tortas de INES ROSALES y la de mi padre y sus rutinas. https://etolobla.blogspot.com/search?q=tortas
    Ah!! Y ahora las ponen en los restaurantes con guacamole y sardinas ahumadas, las dulces y las saladas. ¡¡Y están ricas!! Yo las probé en el OLEUM, en la calle San Antón.

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    1. Perdón. Este es el enlace: https://etolobla.blogspot.com/2020/02/tortas-de-carton.html

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  4. Ha sido ver tu comentario y he recordado esa entrada tuya sobre las "tortas de cartón" en la que entré varias veces, pero no para hablar de tortas, sino de trenes. Y es que, en esa fecha, yo las tenía casi olvidadas a fuerza de no verlas en ninguna parte. Por eso hablo de que las he recobrado y ahora están en mi casa con mucha frecuencia.
    Por cierto, ¿te mandó a ti algo el fabricante? Porque yo estoy esperando que tenga algún detalle por la publicidad que le hago. En Instagram, un chaval sube una foto comiéndose un helado en la puerta de una heladería y le dan cien euros, mientras nosotras nos esmeramos escribiendo, haciendo fotos, contestando comentarios... y no nos dan ni las gracias. Que injusta es la vida ¿verdad?

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    1. La vida es injusta y nosotras somos unas esforzadas de la escritura con poco publico y menos reconocimiento! Y a pesar de eso, ¡seguimos aquí al pie del cañón! ¡Y que sigamos mucho tiempo, Amiga!

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    2. Poco público pero selecto, tendrás que reconocerlo. Y si miras las estadísticas de tu blog, verás que las visitas abundan, pero como he dicho siempre, a mí no me interesa quién entra en mi casa, mira los cuadros y se va sin saludar siquiera. Lo que me importa y lo que agradezco son los comentarios porque me hacen compañía y porque soy de los que escriben para ser leídos, no por el gusto de escribir. Por eso no entiendo los blogs cerrados a los comentarios, ni siquiera en las entradas antiguas, pues he recibido algunas veces comentarios en entradas de hace muchos años que me han aportado mucho.

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