18/4/23

Los gatos


Captura tomada en la web de Shein

      

       Varias veces he dicho que mi relación con los animales empieza y termina en los gusanicos de seda, pero es una verdad a medias, más bien habría que añadir amigable a la relación, pues con otros animales no me fue nada bien. Estaba claro que lo de las “mascotas” no era lo mío, pues nunca quise tener perros ni gatos, a pesar de lo cual me vi criando cuatro gatitos recién nacidos, como ya apunté en el blog de Una mirada

      Tendría 6 o 7 años, cuando jugando con las amigas en un solar frente a mi casa, oímos maullidos entre unos matorrales, nos acercamos… y allí estaban: cuatro gatitos, que a mí me parecieron feísimos y que alguien había tirado para deshacerse de ellos, pues no tardarían en morir a la intemperie y sin alimento ni agua. Teníamos que volver a nuestras casas y yo volví a la mía, pero no estaba tranquila, no paraba de acordarme de los gatos muriéndose de frío y de hambre, así que cogí una caja de zapatos, fui a por ellos y los escondí en la carbonera, imaginando lo que diría mi madre cuando los viera. Que fue pronto, pues los dichosos gatos seguían maullando sin parar. Y allí empezó mi calvario. Buscar el biberón de los muñecos, conseguir que mi madre me diera un poco de leche y tratar de que los gatos bebieran de aquel biberón. Algo beberían, pues al final se callaron y se durmieron entre los trapos que yo había colocado a modo de cama.

      Pero al día siguiente otra vez lo mismo, los gatos maullando y yo con el biberón, esta vez de unos polvos que se llamaban Pelargón y que me dio una vecina, pues, según decía, era mejor que la leche para los recién nacidos. Tuve que cambiarles la cama porque olía a rayos y aquellos animalitos sin pelo y con los ojos cerrados me daban cada vez más asco. Pero ¿qué podía hacer? No podía tirarlos donde los encontré porque morirían y seguir con ellos se me hacía insoportable a medida que pasaban los días. Supongo que mis padres adivinaron mi dilema y como, además, estarían también hartos de gatos, decidieron que había que darlos en adopción. Y ahí me tenéis de casa en casa preguntando a los vecinos si querían un gato. Pero no, nadie los quería, estábamos en plena posguerra y dedicar la leche a un gato era quitársela a sus hijos. Y seguí con ellos cada vez más angustiada. Hasta que un día, mi padre volvió de la oficina muy contento porque un compañero que vivía en el campo le había dicho que cuatro gatitos le vendrían muy bien para ahuyentar a los ratones y que leche tenía de sobra con las cabras, así que mi padre metió los gatos en una caja al día siguiente y se los llevó. A mí me resultó aquello un poco sospechoso, pero como me sentía tan aliviada, preferí no pensar en ello y pasar página. Y jamás le pregunté a mi padre que destino tuvieron los gatos.

27 comentarios:

  1. Hay que pensar que los gatos terminarían en buenas manos, al igual que con la persona que hablé ayer que tiene 6+1 y todas, digo todas, ya que todos son gatas, decía que a todas las tiene bastante bien enseñadas, aunque de vez en cuando le juegan alguna mala pasada.
    Observo que estáis con Jornadas de Memoria Histórica de la Diputación de Granada, y el programa de actividades que se inició el día 10 incluye cine, conferencias, música, teatro y exposiciones. Se abordarán cuestiones referidas a la literatura y la música de la República y del franquismo, la representación de la memoria en el ámbito artístico, el compromiso de los intelectuales en la República, el papel de la prensa o el de iniciativas culturales que constituyeron un indicador del discurrir intelectual de la España predemocrática.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, estamos con esas Jornadas y he puesto el cartel y el enlace en el sidebar, pero eso solo lo veis los que entráis con ordenador, pues la versión de Blogger para móvil se "come" toda esa columna lateral, a no ser que vayas hasta el final de la página y pases a la versión web. Algunas veces he pensado en cambiar de plantilla para evitar esto, pero después de tantos años le tengo cariño al aspecto de mi blog y me cuesta trabajo cambiarlo.

      Eliminar
    2. Cuando leo algo con el móvil, normalmente hago eso, ir al final y le pido la versión wed, me resulta mas amigable, será por haberme habituado a ello. Me ocurre también con otros blogs.

      Eliminar
    3. Hace un rato he estado mirando el programa de las Jornadas. Muy interesantes las charlas y con una temática que es bueno repasar porque, desgraciadamente, siguen impetrando los mismos bulos creados en los años cuarenta.
      Precisamente, estos días estoy leyendo una biografía novelada sobre el último alcalde republicano de Sevilla. La huella borrada, se titula, escrita por el periodista Antonio Fuentes.

      Eliminar
    4. Lo malo, unjubilado, es que esa versión se ve muy pequeña en el móvil y es difícil ver todas las secciones.

      Eliminar
    5. Una mirada: Hace dos años, participé activamente en estas jornadas, pero este año todavía no he asomado a nada. A Antonio Fuentes lo he leído algunas veces en Granada Hoy, que es un periódico que me gusta, pero yo ya no doy de sí para leer dos periódicos todos los días.

      Eliminar
    6. Recuerdo ese post tuyo sobre las Jornadas... A Antonio Fuentes no lo conocía hasta ese libro; igual he leído algún artículo suyo pero no recordaba su nombre.

      Eliminar
    7. Yo lo he leído poco, la verdad, pues ya digo que no doy para dos periódicos. Además, ahora hay que registrarse para la sección de opinión y estoy ya hasta el moño de registros y contraseñas. Ojalá se pudiera entrar en todo con la comodidad del certificado electrónico...

      Eliminar
  2. Es una historia en la que afloran los buenos sentimientos de la niña que fuiste, empeñada en salvar a aquellos animalitos pese a no serte especialmente simpáticos. Luchaste para que tuvieran su oportunidad y, fuera o no cierto, lo que te contó tu padre, tú hiciste lo posible para que ocuparan un lugar en el mundo. El resto ya no dependía de tu voluntad.
    He tenido la ventaja de haber vivido siempre rodeado de animales (no, nunca los llamé macotas) y haberme sentido a gusto en esa situación y teniendo además pequeñas responsabilidades con ellos que se iban ampliando conforme me iba haciendo mayor. Dice mi madre que, desde antes de empezar a andar, me atraían los gatos, quizás porque la gata de casa me tomó bajo su protección y fue mi mejor compañera los diez años siguientes, hasta que enfermó, hubo que darle una muerte dulce, y su desaparición me costó estar encamado tres días por la tristeza.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Decir especialmente simpáticos es favor que me haces, pues la verdad es que llegué a aborrecerlos y creo que aquello me marcó para el resto de mi vida. Ahora, eso sí, siempre he dicho que no me gustan los animales, pero soy incapaz de matar una mosca y cambio de acera por no pisar un reguero de hormigas. También digo que los animales domésticos son los que no me gustan, pues otra cosa es lo que nos ofrece Tawaki algunas veces o, en plan más modesto, los que se pueden ver en el campo o surcando los cielos.

      Eliminar
  3. Yo lo que veo es, como dice Una mirada, el sentimiento bondadoso de una niña hacia cuatro seres vivos que lloran de hambre y que están sin su mamá.
    A mí me atraen todos los animalicos, pero declaro mi predilección por los perros. Cualquiera, todos, todos me gustan :-))
    Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este comentario tuyo había entrado en spam y no lo he visto hasta ahora, cuando he ido a borrar varios que sí eran spam. Siento no haberlo contestado en su momento. Deberías haberme dicho que no se había publicado.

      Eliminar
  4. El respeto por los animales no implica tenerlos en casa; se puede sentir cieeto temor o no gustarte en absoluto y no hacerles ningún daño. Es más, hay quien dice adorar a su(s) mascota(s) -palabra que aborrezco- y no tiene inconveniente en patear a un perro o gato desconocido que se le acerque.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quizá por no gustarme los animales en mi casa, no entiendo a las personas que los tratan como a seres humanos e, incluso, dicen que los prefieren porque son mejores. Yo creo que no hay que olvidar que un animal es un animal por mucho cariño que se le tenga.

      Eliminar
    2. estoy totalmente de acuerdo con Usted Senior
      Tengo una amiga que besa a sus perros en la boca

      Eliminar
    3. ¿Y sigue siendo amiga tuya?

      Eliminar
  5. Yo tampoco entiendo este amor desaforado por las mascotas que hay en nuestra sociedad ahora. Les pondría un impuesto especial a los que permiten que sus perros nos manchen las calles, a los que nos dan la lata con ellos en los bares, terrazas o jardines. Y los gatos...., ya ni te cuento. Mi hermana me dejó a su gatito para que se lo cuidara unos días y el bicho se me escapó por las escaleras del bloque cuando iba a meterlo en la cesta para devolvérselo. Fue una mañana divertida, ¡eso es verdad!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Añado: Los que dejan a sus perros solos en los pisos, ladrando sin parar.

      Eliminar
    2. Un amigo dice siempre que Disney hizo mucho daño poniendo a hablar a los animales...

      Eliminar
  6. Walt Disney hizo mucho daño al humanizar los animales de modo desmesurado. Creo que mucha gente tiene una relación con "sus mascotas" que roza lo patológico. Darles de comer de su plato mientras ellos comen, dejarse lamer, que el animal duerma en sus camas.. son carne de zoonosis.
    Saludos

    ResponderEliminar
  7. Si le dices eso de la zoonosis a ciertas personas, te dirán que tienen a sus "mascotas" muy limpias y cuidadas. Y es verdad, pues se gastan dinerales en veterinario y trabajan día y noche cuidándolos, pero yo creo que eso no les libra de un contagio teniendo ese trato tan estrecho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya. Y luego llevan a esas mascotas a la calle a pasear, y van oliendo todas las esquinas o el ano de otro perro, metiéndose en jardines donde puede haber pulgas... garrapatas....
      En fin, que esto, como todo, es cuestión de opiniones. Y la mía es que un "perrete" que acaba de llegar de la calle de hacer sus necesidades, tumbado en mi sofá o en mi cama.... es mucho más de lo que estoy dispuesto a aguantar.

      Eliminar
    2. Vamos, que por lo aquí escrito, ni tú ni yo tendremos nunca "mascotas"...

      Eliminar
  8. Hay cosas que es mejor no saber. Vamos a creer que comieron perdices, digo ratones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si sobrevivieron, a estas alturas han debido dar lugar a un montón de generaciones.Porque mira que han pasado años de eso...

      Eliminar
  9. A todas nos ha pasado alguna vez... recuerdo mi patito, ese que me seguía a todas partes con sus hermosas plumas verde tornasoladas... Cariños amiga

    ResponderEliminar