25/1/18

Otra de viejos




     Me cuenta una amiga que se le ha estropeado un teléfono propiedad de la operadora, así que llama a Averías y le llega un técnico, que lo revisa y le dice que no tiene nada. 

     -Pero mis amigas me dicen que no me oyen…

     -Señora, eso será que sus amigas son también mayores y están sordas.

     Y se va. 

* * *

     Me cuenta un amigo que va a comprarse un chaquetón y le advierte al chico que lo atiende que no lo quiere muy caro. Este le dice con un gesto de complicidad: 

     -Tampoco hace falta que dure muchos años ¿verdad? 

* * *

     Me cuenta otra amiga que tiene un televisor antiguo, de los de “joroba” por detrás, se avería y llega el técnico, que pretende colocar una pieza muy cara. Ante esto, ella le dice: 

     -¿No será mejor que me compre otro? 

     -A su edad ya no vale la pena, no lo va a disfrutar. 

* * *

     Me cuento yo misma que le hablo a la chica que me limpia la casa de un premolar que me está dando guerra y que la dentista trata de arreglarlo para no dejarme una mella que se vea al reírme. Y ella dice:

     -Claro, como que a tus años no te vas a gastar 2.000€ en hacerte un implante. 


¿Debemos disculparnos por seguir vivos?

14/1/18

En la caja





     Hace unos días, en la caja del supermercado, pago y recojo los artículos. Mientras, la señora que viene detrás habla con la cajera.

     -Que bueno que terminó la Navidad. Se acuerda una tanto de las personas que están lejos…

     Yo la miro y le digo.

     -Y de la Argentina. ¿Verdad?

     -¿Cómo lo sabe?

     -Porque tengo amigos allí y reconozco el acento.

     -Pues sí, se añora la tierra, pero acá tenemos una tierra muy bonita que hemos elegido para vivir.

     Mis compras ya están en la bolsa, me despido, le deseo un buen año y ella a mí. Pero, de pronto, me vuelvo, la abrazo y poco menos que salgo corriendo un poco avergonzada del arrebato.

     Si la vuelvo a ver no la reconoceré. Solo se que era bastante más joven y que decía “yo” como Carlos Cano en Malena.

6/1/18

El Roscón





     Hay dulces que son "familiares" porque solo se fabrican grandes y uno de ellos, el más entrañable (no me gusta esa palabra, pero hay lo que hay), es el Roscón de Reyes. El Roscón se llama así porque es un rosco grande y, por pequeño que sea, siempre da para varias porciones, así que en una casa como la mía, un Roscón pequeño puede hacerte aborrecerlo a fuerza de tomar todos los días lo mismo para que no se eche a perder. 

     Pero ocurre que, en el piso de al lado, yo tenía desde hace muchísimos años una familia numerosa, muchos hijos que, pasado el tiempo, dieron lugar a muchos nietos y todos, hijos y nietos, se reunían con los abuelos el 6 de enero a tomar chocolate y Roscón de Reyes. Había un ruido agotador toda la tarde, niños nerviosos por los regalos de Reyes gritando y corriendo de un lado a otro, pero sobre esta hora, cuando el cansancio los iba serenando, los más pequeños llamaban a mi puerta con un plato que apenas si sabían sostener, ofreciéndome un trozo de Roscón. Con ellos llegaba la abuela, mi vecina, vigilando que el dulce no terminara en el suelo, y yo le decía lo altos que estaban todos y que parecía ayer cuando sus hijos, los padres de estos niños, habían hecho lo mismo. 

     Pero mis vecinos ya no están, se fueron los dos, y el piso está cerrado y en silencio. Ya no corren niños el Día de Reyes, ya no hay Roscón y esta es la segunda Navidad que no lo pruebo. 

     Recordando a E. y J.P. Mis vecinos.


2/1/18

Año Nuevo






     He pasado los dos últimos días del año entre velatorio y entierro, por lo que no he podido ir a la Plaza del Carmen a buscar la loseta posicional para hacer la consabida foto de la fachada del Ayuntamiento, con sus luces, su caballito en el tejado y su reloj. 

     Pero hoy, ya medio repuesta del ajetreo del entierro más complicado y con más incidencias al que he asistido en mi ya larga vida, os traigo la misma fachada en el día en el que se tremola el pendón de los Reyes Católicos en ese balcón y abajo, sobre mi loseta, puede ser que se líen a tortas los pro-Toma y los anti-Toma

     Lo que no es obstáculo para que os desee lo mejor a lo largo del año que acaba de nacer.  Año de gracia de 2018, para más señas.