26/5/19

No nos lo dicen... afortunadamente.




      De nuevo votamos hoy. En unas comunidades tienen tres urnas, en otras  cuatro y hasta cinco en Canarias, pero en Andalucía solo dos: para el Parlamento Europeo y el Ayuntamiento. Y en este, la gente se queja de “fragmentación”, de que son 18 los partidos que presentan sus candidatos animándonos a que los votemos. Lo que me recuerda cuando, en las primeras elecciones después de morir Franco, la señora mayor que acompañaba a una amiga le dijo mirando el televisor en campaña electoral: Esto es un lío con tanto político… Que nos digan de una vez a quien tenemos que votar y acabamos antes.

      Pues nada, amigos, como nadie os ha dicho claramente a quien tenéis que votar, ejerced vuestro derecho de votar a quien os de la gana. Pero votad. No os quedéis en casa ni os vayáis de finde. El país os necesita. (Esto suena a proclama rancia, pero es una verdad como un templo)

20/5/19

El Universo Lorca




      Hoy traigo aquí una web que inició su andadura en Marzo y que no hace muchos días fue presentada en el Instituto Cervantes de Madrid. Se trata de la nueva página donde los visitantes podrán encontrar todo lo relacionado con Federico García Lorca y su obra, tanto lo de ayer, como lo de hoy. Para mí, y sin haberla explorado aun del todo, la aportación mayor respecto a otras es la lista de personas que estuvieron relacionadas con el poeta, entre las cuales hay algunas que yo alcancé a conocer.

      Con ustedes, UNIVERSO LORCA  


12/5/19

La mesa






      El mes pasado, leyendo en IDEAL esta entrevista con Magis Iglesias, con motivo de su libro “Fuimos nosotras”, recordé una anécdota que me ocurrió hace tiempo, como 23 o 24 años.

      Por entonces y a través de un amigo, conocí la existencia de una gestora de inversiones recién instalada y, en un rasgo de arrojo del que ahora me admiro, me decidí a invertir allí unos pequeños ahorros. Las gestoras de inversiones no eran bancos entonces y esta estaba en un piso, al que llegué sola, con toda mi osadía… y un poco de canguelo, para que lo voy a negar.  Pero la primera impresión fue buena. El chico al que me había recomendado mi amigo era amable, entendido, profesional, y me inspiró confianza, por lo que, días después, firmé allí mi primer contrato de un fondo de inversión.

      Tanto en la primera entrevista como en esta segunda, me había recibido en una salita con unos sillones y su mesa baja habitual y, cuando llegó el momento de la firma, levanté el bolígrafo y le dije:

      -Aquí no vienen muchas mujeres ¿Verdad?

      Se quedó un poco desconcertado y me contestó:

      -Buuueno… Vienen algunas acompañando a sus maridos, pero creo que sola eres la primera. ¿Cómo lo sabes?

      -Pues, sencillamente, porque en esta mesa no se puede firmar con falda.

      Y así era. Yo llevaba pantalón y no hubo problema, pero en una mesa así, para poder escribir hay que abrirse de piernas (sin dobles sentidos, por favor)

      Algún tiempo después, cambiaron la decoración y tuvimos una mesa como es debido, en la que poder leer un documento o firmar sin posturas forzadas, fuera vestida como se me antojara, pero este detalle tan tonto me confirmó, una vez más, lo complicado que era moverse una mujer en un mundo de hombres.
 

2/5/19

Cuando aplazar es renunciar





El hombre no comprende -ignora tantas cosas-…

Concha Lagos

      
      Esta mañana le has dicho a un hombre joven que ibas a renunciar a algo, que has hecho siempre, porque ya está empezando a sobrepasar tu capacidad física. Él ha contestado con toda naturalidad que, claro, hay que adaptarse a las circunstancias, y tú le has dicho que esas circunstancias son limitaciones propias de la edad. Todo muy normal, muy natural. Ley de vida, como se dice siempre. Un proceso por el que pasa todo aquel que vive lo suficiente como para llegar a ello.

      Pero, parafraseando a Concha Lagos: 

      El joven no comprende -ignora tantas cosas-…

      El joven no sabe lo duro que eso resulta. Lo frustrante que es ir reduciendo tu espacio, el mundo que abarcas, porque lo que antes estaba cerca empieza a estar lejos. Todo está ya demasiado lejos. La distancia ya no se mide lo mismo. El joven no sabe lo triste que es ir renunciando a pequeños sueños (los grandes quedaron muy atrás), intuir que aplazar ya es renunciar. Por supuesto que no ignoras que él también tiene pequeños -o grandes- sueños por cumplir, pero él puede aplazar, tiene tiempo por delante. Ese tiempo que a ti te falta. Ese tiempo…