26/3/20

Lo peor




      Se dice que situaciones como la de ahora, hacen aflorar lo mejor que hay en las personas, lo más solidario, lo más humano. Pero también aflora lo peor, como este chico de arriba, que ha descubierto como reflotar la economía y el trabajo del país suspendiendo el confinamiento. Porque total, los que están muriendo solo son cuatro viejos….

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      Actualización: 27/03/20  Y sigue....



18/3/20

Frases célebres




Imagen de Wikipedia


      Todas las desgracias del hombre se derivan del hecho de no ser capaz de estar tranquilamente sentado y solo en una habitación.

    Blaise Pascal 

8/3/20

Escuela Pública/Escuela Privada



Escuelas de Poveda en el Barrio de las Cuevas (Guadix)
1903

      
      Hace más de 40 años, un profesor de la Facultad de Teología, hablando de la Ley de Enseñanza, que estaba entonces en discusión, nos dijo a los alumnos: Jesús envió a sus discípulos a evangelizar, no a enseñar Geografía o Matemáticas”. Y sentada esta premisa, vamos a hablar del tema, ahora en candelero en Andalucía.

      Pero antes, hay que hacer un poco de historia. 

     Todos sabemos que, en la antigüedad, el saber, la cultura, estaba en los monasterios y en la nobleza. Solo ellos sabían leer y escribir, solo ellos tenían acceso a los pocos manuscritos creados en esos monasterios. Con la invención de la imprenta, la cultura se extiende algo más, pero el pueblo llano sigue siendo en su mayoría analfabeto.  Pasa el tiempo y se va avanzando, pero siempre dependiendo del nivel económico, pues los ricos tienen para pagarle profesores a sus hijos, pero los pobres no. Y es cuando empiezan a surgir órdenes y congregaciones religiosas dedicadas a la enseñanza, algunas al servicio de los padres pudientes, pero otras no. Otras entienden que enseñar a leer y escribir, abrir las puertas de la cultura a los pobres, es un servicio a la sociedad y entra dentro de su vocación cristiana. El poder, las instituciones, no llegaban a todos y estos miembros de la Iglesia ejercen un papel supletorio. Y, como muestra, dos casos que conozco bien porque están en mi ciudad.

      En 1880, llega a Granada Don Andrés Manjón para dar clases de Derecho Canónico en la Universidad. Se aloja en la Abadía del Sacromonte y baja a sus clases a lomos de una burra. Pero ocurre que, en sus subidas y bajadas, pasa por el barrio del Sacromonte, que ahora es un sitio turístico, pero entonces era un barrio de cuevas ocupadas casi en su totalidad por familias de etnia gitana y gran pobreza. Pasa D. Andrés y se fija que los niños están todo el día en la calle, que no van a la escuela… por la sencilla razón de que no la hay. Nadie se ha preocupado de que esos niños tengan escuela, pero Manjón lo hace. Funda las Escuelas del Ave María, que no solo acogen a esos niños para enseñarles, sino que les dan a medio día “el potajico”, un plato caliente, que también necesitan. Y llegan las colectas, el recurrir a los vecinos de Granada para sostener aquello. Pero es que, además, Don Andrés aplica un sistema de enseñanza adaptado a unos niños, que ni ellos, ni sus padres, ni sus abuelos han tenido el menor contacto con un libro de texto. Yo recuerdo haber visitado de niña aquella escuela y sentir envidia del mapa de España construido en el suelo del patio, con sus montañas en relieve, sus ríos con agua… En mi colegio del centro había un mapa enrollado, que se colgaba de la pizarra y se llevaba de clase en clase según hiciera falta. Seguro que aquellos niños del Sacromonte y el Albayzín aprendieron Geografía con más facilidad que yo.

      Otro ejemplo. 

      En 1894, llega a Guadix (Granada) Pedro Poveda Castroverde, procedente del seminario de Jaén, atraído por la obra del Padre Manjón y sabiendo que en Guadix hay un problema similar: un barrio de cuevas habitadas por familias de extrema pobreza, que tampoco tienen escuela. En Guadix se ordena sacerdote y funda para ese barrio las Escuelas del Sagrado Corazón, aplicando en ellas los métodos de la Escuela Nueva, igual que las del Ave María. Pero, al parecer, resultaba demasiado avanzado para la burguesía y parte del clero, y tuvo que salir de la Diócesis. Sin embargo, su labor quedó y permanece aun.

      ¿Qué quiero decir con estos dos ejemplos? Pues que ha habido épocas y situaciones en las que la Iglesia -o sus miembros- han tenido que suplir las carencias de la sociedad y, si la educación no llegaba a todos, acercarla a los más desfavorecidos. ¿Qué ahora ya no hace falta? ¿Qué ahora el país está en condiciones de escolarizar a todos los niños? Pues la Iglesia y sus miembros… a otra cosa. Hay muchos países donde aun es necesario y también muchas necesidades de otro tipo que todavía no están cubiertas en el nuestro.

      Y que conste que hablo “desde dentro”, desde mi creencia y mi pertenencia a la Iglesia Católica.    

1/3/20

Rap carnavalero

      Como algunos sabréis, hoy termina el Carnaval de Cádiz y, al menos por aquí, hemos tenido en las televisiones imágenes a porrillo de las agrupaciones “legales”, en el concurso del Teatro Falla, y las comparsas, chirigotas, coros y cuartetos “ilegales”, espontáneamente en la calle o en la gran cabalgata del domingo pasado.
      Pues bien, el otro día, mirando la televisión, se me ocurrió pensar en la semejanza que hay entre estas actuaciones y el rap. Sí, no os extrañéis. Ya se que la música no tiene nada que ver, pero sí la forma de interpretarla, pues tanto en lo uno como en lo otro, la gesticulación, los movimientos de manos, son siempre los mismos. En el carnaval de Cádiz se repiten sea la agrupación que sea, tenga la música que tenga, canten el tema que canten. Y en el rap –y el trap- lo mismo. Tanto si procede del hip-hop, como si se acerca al rock, sus intérpretes mueven las manos de la misma manera, con los mismos gestos. Gestos que, incluso, algunos raperos y aficionados al rap conservan luego cuando, simplemente, hablan.
      Esto despierta mi curiosidad y me pongo a indagar en Google, encontrando que el rap nació en África con la tradición “griot” y esta forma de Carnaval le llegó a Cádiz por su puerto, al mezclarse los cantos africanos con los que llegaban de La Habana y el “alboroto y las palmas de los gaditanos”. Curioso. ¿verdad?
      Y luego salimos con esos tiquismiquis de que si la raza, que si la cultura… Cada día me alegro más de haber nacido en este rincón del mundo, mestizaje de culturas.