24/12/16

Una postal navideña




     Había una vez un tipo que podía caminar sobre el agua. No es para tanto. Mucha gente puede caminar sobre el agua. Por lo general no lo saben porque no lo intentan. No lo intentan porque no creen que puedan hacerlo. Como quiera que sea, ese tipo sí creía, lo intentó y lo logró. Y ahí empezó el desastre.
     Ese tipo tenía un apóstol que le era muy cercano y lo traicionó. Eso tampoco tiene nada de especial. Mucha gente es traicionada por alguien muy cercano. Si no fueran cercanos, entonces no sería considerada una traición, ¿o sí? Luego vinieron los romanos y lo crucificaron. Eso tampoco tiene nada de particular. Los romanos crucificaban a mucha gente. Y no sólo los romanos. Muchos pueblos más crucificaban y mataban a mucha gente. A todo tipo de gente. A quienes hacían milagros e, incluso, a quienes no.
     Pero ese tipo, tres días después de ser crucificado, resucitó. Por cierto, ni siquiera aquello de la resurrección sucedió aquí por vez primera, o última, para el caso. Pero ese tipo, dice la gente, ese tipo murió por nuestros pecados. Mucha gente muere por nuestros pecados: avaricia, envidia, orgullo u otros pecados menos conocidos que no existen desde hace tanto tiempo. Mucha gente muere como moscas a causa de nuestros pecados y nadie se toma siquiera la molestia de escribir un artículo para Wikipedia sobre ellos. Pero sí se escribió uno sobre ese tipo. Y no cualquier artículo, sino uno muy largo con muchas fotos e hipervínculos en azul. No es que un artículo de Wikipedia sea la gran cosa. Hay perros que tienen sus propios artículos de Wikipedia. Como Lassie. Y hay enfermedades que cuentan con sus artículos, como la fiebre escarlata y la esclerosis múltiple. Pero ese tipo, dicen, a diferencia de la esclerosis múltiple o de Lassie, logró lo que logró mediante el poder del amor. Que es algo que también ya hemos escuchado. Después de todo, ahí tenemos a esos cuatro tipos británicos de pelo largo y barbados, igual que él, aunque ellos fueron un poco menos famosos, que cantaron muchas canciones sobre el amor. Dos de ellos ya murieron, justo como él. Y ellos, por cierto, también tienen su artículo de Wikipedia.
     Pero ese tipo tenía algo de especial. Era el hijo de Dios. Pero, en realidad, todos somos hijos de Dios, ¿o no? Fuimos creados a su imagen y semejanza. Así que, ¿qué demonios tenía ese tipo que lo convirtió en algo tan importante? ¿Tan importante como para que tanta gente a lo largo de la historia haya sido salvada o asesinada en su nombre?
     Como quiera que sea, cada año, hacia finales de diciembre, la mitad del mundo celebra su cumpleaños. En varios lugares, el día de su cumpleaños cae nieve y todo el mundo está feliz. Pero incluso en lugares donde no nieva, la gente está contenta ese día. ¿Y todo por qué? Porque un tipo delgado que nació hace más de dos mil años nos pidió que viviéramos vidas de amor y moralidad y lo mataron a causa de ello. Y si eso es lo más feliz que esta extraña raza tiene para celebrar, entonces también merece su artículo de Wikipedia. Y de hecho existe uno. Vayan a la computadora más cercana. Tecleen “humanidad” y aparecerá el artículo. Breve. Muy breve. Pocas fotografías. Pero aun así. Un artículo completo para una raza fascinante y un poco desconcertante. Una raza capaz de asesinar a todos aquellos que creyeron que el mundo puede ser un mejor lugar y que, en la mayoría de los casos, se ha encargado de hacerlo.
     Así que pese a todo eso y por eso mismo, les deseo una Feliz Navidad.

 Etgar Keret

Por mi parte, yo os deseo también una Navidad muy feliz.


19/12/16

Viejos





     Hace unos días, hemos asistido en la prensa al debate entre las administraciones sobre el tema del llamado bono social eléctrico, impulsado este debate, quizá, porque días antes había muerto una anciana en Reus en el incendio de su casa, a causa de que se alumbraba con velas al haberle cortado la luz la empresa suministradora.

     Y, claro, se han levantado voces indignadas por esta muerte, por el desamparo en que vivía esta mujer, pero, al margen de que se pida responsabilidad a las administraciones, al Estado… o a la UE si es preciso, las preguntas que yo me hago son otras. ¿Esa anciana no tenía parientes, amigos o vecinos? ¿Nadie sabía que vivía en esas condiciones? ¿Nadie fue en su nombre a los Servicios Sociales, a Cáritas, o armó la bronca en Gas Natural? ¿Hasta ahí hemos llegado en deshumanización? Salimos en manifestación por el maltrato a la mujer y está muy bien. Nos indignamos hasta la lágrima por el maltrato a un niño. Y está muy bien también. Pero el abandono de los ancianos es un maltrato pasivo y eso nadie lo tiene en cuenta, nadie se manifiesta, nadie levanta pancartas y se hace pintadas en la cara. ¿Cuántos ancianos – viejos, sin eufemismos- viven solos en sus casas en condiciones pésimas, con pensiones de miseria y, lo que es aun peor, en total soledad?  ¿Qué ocurre? ¿Qué porque están en el final de su vida ya no importan? Mejor que se mueran y una pensión que nos ahorramos ¿No?
    

     DE SENECTUTE 
     Jaime Gil de Biedma

     No es el mío, este tiempo.

     Y aunque tan mío sea ese latir de pájaros
     afuera en el jardín,
     su profusión en hojas pequeñas, removiéndome
     igual que imitaciones,
                                    no dice ya lo mismo.
     Me despierto
     como quien oye una respiración
     obscena. Es que amanece.

     Amanece otro día en que no estaré invitado
     ni a un momento feliz. Ni a un arrepentimiento
     que, por no ser antiguo,
     —ah, Seigneur, donnez-moi la force et le courage!—
     invite de verdad a arrepentirme
     con algún resto de sinceridad.
     Ya nada temo más que mis cuidados.

     De la vida me acuerdo, pero dónde está.


10/12/16

Ciclo




     Se cierra un ciclo. Un ciclo de 40 años nada menos. Con sus luces, sus sombras, con sus momentos buenos y sus momentos malos. Se cierra un ciclo y los recuerdos avanzan como marea que te desborda, los recuerdos te sepultan, se hacen dueños del presente, son presente. Sabes que a partir de ahora nada será igual, que habrá un antes y un después a partir de este momento. Y recuerdas, recuerdas, recuerdas… Personas que se fueron, seres amados que ya no están, que ya no son, que ya no vuelven. Personas, momentos… uno, otro. Más.

     Miras al frente, ves borroso y te preguntas si mañana tienes que ir al super.

3/12/16

El periplo




     El periplo de los restos mortales de Castro por toda la isla, me está recordando aquel chiste que circulaba en los últimos años del franquismo y que contábamos en voz baja, mirando de reojo a nuestro alrededor.

     Se decía que Franco había decidido retirarse al Pazo, pero que, antes, quería despedirse del pueblo español recorriendo una a una todas las provincias. Y, claro, como el hombre estaba mayor, lo haría a razón de una provincia al año, dos como mucho, para no cansarse. Así que echad cuentas y veréis la esperanza que nos daban de quitarnos de encima al generalísimo de todos los ejércitos…


26/11/16

Fidel




     Hace un par de años, en uno de mis paseos por el parque García Lorca, me encontraba frente a la Casa Museo del poeta haciéndole fotos a las flores del macasar, cuando vi que llegaba una familia de cuatro personas: un señor mayor, dos mujeres más jóvenes y un hombre más o menos de la misma edad que las mujeres. El señor mayor y las mujeres se sentaron en un banco y el otro hombre empezó a pasear con una cámara de vídeo tomando lo que podía: la casa, los gatos, los árboles, etc. Cuando pasó a mi lado se quedó mirando como yo me acercaba a las flores, me saludó muy educadamente y me preguntó que planta era esa. Total, que empecé a hablar del macasar, pasamos a Lorca y el señor mayor se levantó del banco y se sumó a la conversación. Me dijeron que eran cubanos que vivían en Miami desde hacía 50 años, que eran admiradores de Lorca y que habían representado obras suyas en un grupo de aficionados. Y entonces pasaron a un interrogatorio en toda regla o un examen sobre mis conocimientos sobre el poeta. Sabían bastante sobre él, pero querían saber más y, sobre todo, querían ver sobre el terreno lo que habían leído, así que me preguntaron sobre la casa, si estaba igual que entonces, hasta donde llegaba el terreno de la huerta antigua… La pena es que ese día estaba cerrada y se habían quedado sin verla por dentro, pero cuando yo les hablé de la verbena que hacen en verano se les iluminaron los ojos y dijeron que tenían que venir. Mientras tanto, se habían sumado también al grupo las dos mujeres y tuve que repetir algunas de las cosas que había dicho antes, pues ellas también preguntaban y una de ellas decía que era la tercera vez que venía a Granada. Parecían personas de dinero, pues el hotel donde me dijeron que estaban es uno de los más caros de Granada. Además, llevaban ropa muy buena, la cámara de vídeo era superior y  un iPhone el móvil en el que el más joven buscó este blog cuando le hablé del post Cómo canta una ciudad.

     Como ya se hacía tarde, salimos del parque juntos, me preguntaron por un buen restaurante cercano y nos despedimos. Mientras volvía a mi casa, pensaba en aquellas personas y su historia, en que, por la edad de algunas de ellas, habrían nacido ya en Miami o llegarían muy niños, me resultó triste que se decían cubanos pero nunca habían visto su país y me di cuenta de que había conocido otra cara de aquella revolución cubana, que tanto nos ilusionó al principio y tanto nos desilusionó después. Como todas las revoluciones, por supuesto.

     Hoy, con la muerte de Fidel Castro, he estado recordando tanto aquellos días en que el Comandante y el Che bajaron de Sierra Maestra, como también a esta familia que conocí frente a la casa de donde García Lorca salió un verano para no volver.


20/11/16

Cuán gritan esos malditos...





     En la anterior entrada, a un comentario de Anarkasis en el que hablaba de los cantantes que se han cansado de susurrarnos, yo contesté:

     -Y nos dejan a los gritones.

     Y así es. Los cantantes ahora no cantan, gritan, se desgañitan y lo ponen de relieve con sus gestos, demostrándonos que si no estallan en mil pedazos del esfuerzo es porque están muy entrenados. Probad a quitarle el sonido al televisor cuando ellos –y ellas- están en un escenario o plató y veréis como se encoge el estómago de ver lo mal que lo están pasando, como destrozan sus cuerdas vocales, sus pulmones revientan y sus caras van a llenarse de arrugas en dos días por la gesticulación. Y yo me pregunto: ¿Eso es cantar?

     Estamos ahora llorando a Leonard Cohen, que susurraba, y hace poco hemos hablado de Bob Dylan, que tampoco es que fuerce mucho su voz, pero ambos cantaban, sí, cantaban y nos llegaron al alma con sus canciones. Los cantantes actuales los admiran, los veneran… pero no los imitan.


12/11/16

Leonard Cohen



Hay días que tendríamos que borrar del calendario.

Gana Trump y se nos muere Leonard Cohen. 


6/11/16

Alfonsina



     Este verano, ordenando unos papeles, encontré un folio con la letra de la canción Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez y Félix Luna. Está escrita por mí, a mano, con la caligrafía apresurada de copiar avanzando y retrocediendo la cinta en el cassete, pero con el “oficio” de muchas horas de transcripciones de clases y conferencias. Por entonces, ya sabía que esa Alfonsina de la canción era Alfonsina Storni, la poeta que se suicidó en Mar del Plata, pero no teníamos entonces la facilidad de Internet y fue mucho tiempo después cuando pude leer el poema que dio origen a esta canción, el poema que Alfonsina escribe en la soledad de la habitación de un hotel y que envía por correo al periódico La Nación antes de encaminar sus pasos, en la oscuridad de la noche, hacia el mar donde sepulta el sinsentido de toda una vida. Una vida de tan solo 46 años, pero que le venía pesando desde su inicio.     

              Dientes de flores, cofia de rocío,
              manos de hierbas, tú, nodriza fina,
              tenme puestas las sábanas terrosas
              y el edredón de musgos escardados.

              Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
              Ponme una lámpara a la cabecera,
              una constelación, la que te guste,
              todas son buenas; bájala un poquito.

              Déjame sola: oyes romper los brotes,
              te acuna un pie celeste desde arriba
              y un pájaro te traza unos compases

              para que olvides. Gracias... Ah, un encargo,
              si él llama nuevamente por teléfono
              le dices que no insista, que he salido...  

     Puntos suspensivos.


28/10/16

Niña de la guerra





     Me contaban mis padres que cuando era muy pequeña y alguien me ponía delante de una imagen y me decía como era costumbre: Pídele pan al Señor, yo, muy dispuesta, pronunciaba en mi media lengua: Pan y amón (jamón) Y todos se reían mucho porque el jamón era por entonces más bien escaso.

     Está claro que siempre le he pedido a la vida lo que no estaba dispuesta a dar…..


20/10/16

La mancha




     Hace unos días, me saltó a la vista en el periódico la esquela de un señor cuyos apellidos me sonaban. Al principio no caía, pero poco a poco empecé a recordar algo que me ocurrió hace muchos, muchos años.

     Empecé a salir con un chico que me gustaba. Era inteligente, culto, educado, atractivo físicamente… vamos, un mirlo blanco, el novio que toda madre desea para su hija y el novio que toda hija espera. En la segunda o tercera tarde que pasamos juntos, me cayó en la blusa una pequeña mancha que apenas se notaba, ya que estaba en un sitio poco visible. A la siguiente ocasión que nos vimos, nada más sentarnos en el bar, el futuro novio apartó mi chaqueta y buscó donde se había producido la mancha y, no viéndola, me dijo:

     -Menos mal que has lavado la blusa, pues si llega a estar hoy la mancha no hubiera salido más contigo, ya que eso indicaría que eres descuidada.

     A lo que yo le contesté:

     -La que no sale más con alguien tan retorcido soy yo. Buenas tardes.

     Me levanté y me fui.

     Como a estas alturas de la historia habréis supuesto, el de la mancha y el de la esquela eran el mismo hombre y, en todo este tiempo, tantos y tantos años, solo lo había recordado una vez. Cuando leí el relato de Pardo Bazán, El encaje roto, y pensé: De buena me libré entonces.
      

11/10/16

Alepo



Foto de Ahmeer Alhalbi (AFP) en EL PAÍS

     
     Como sabéis, no acostumbro a subir aquí noticias de actualidad, pues creo a mis visitantes lo suficientemente informados como para que yo pueda aportar algo, pero anoche leí una noticia que me dejó KO y quiero comentarla con vosotros. 

     Parece ser que, como hay gente pa tó (El Guerra dixit), hay quien se dedica a indagar lo que buscamos en Internet mientras está sucediendo algo señalado y la noche del mano a mano de Clinton con Trump, Google echaba humo con los usamericanos que buscaban Lepo y ¿Qué es Lepo? O sea, que habían oído en el debate mencionar Alepo y no sabían que es, ni donde está y ni siquiera como se escribe. 

     Sin comentarios por mi parte, pero esperando los vuestros… cuando dejéis de llorar.

6/10/16

Lo que va de ayer a hoy





     Me encuentro una amiga, más o menos de mi edad, que me cuenta que ha pasado unos días en un balneario cercano al que yo iba con mis padres cuando era muy joven. Hablamos de su estancia allí y se me ocurre preguntarle qué se hace en ese sitio a nuestra edad, pues lo que yo recuerdo de las últimas veces que estuve allí es que nuestro plan consistía en pasar las mañanas en la piscina, las tardes paseando en grupo y ligando* lo que se podía, y las noches en la sala de fiestas con la misma intención. 

     Entonces ella, con sentido del humor, me contesta: 

Pues mira, si dejamos aparte la sala de fiestas, que ya no está, el resto es aproximadamente lo mismo. Mañanas en la piscina si te has levantado medio bien y si el agua está caliente, y tardes paseando con sobrinos y sobrinos nietos. Lo mismo… ya ves que no hay diferencia.  Y el mismo fresco por las noches que cuando íbamos en moto desde aquí a la sala de fiestas y volvíamos a las cuatro de la mañana helados al pasar por Dúrcal. Igual, prácticamente igual, como si no hubiera pasado el tiempo... 


* Se advierte al público que el verbo ligar tenía entonces un sentido más inocente del que tiene ahora. Vayamos a historias…