6/2/12

Microeconomía





Hace años, en una carnicería que frecuentaba y que ya no existe, me fijé en una clienta que siempre compraba carne de la más barata y en muy poca cantidad, pero luego pedía a la carnicera “para el perrillo” patas y cabezas de pollo de los que dejaban los clientes para tirarlos. Era una casada joven con niños pequeños y un día observé que la carnicera, al meterle en una bolsa los despojos de pollo, se volvía de espaldas y, disimuladamente, le introducía un buen trozo de carne. Cuando al irse la clienta nos quedamos solas, comenté:

-Problemas ¿no?

Y la carnicera me contó que el marido tenía una profesión en la que ganaba bastante, pero con frecuencia se quedaba sin trabajo. A partir de ahí me fui dando cuenta como a temporadas compraba en las tiendas lo mejor, el mejor pescado y la mejor carne y en grandes cantidades, para volver luego en otras épocas a los despojos de pollo. Y me pregunté por qué aquella pareja no guardaba algo de las épocas buenas para no tener que pasar tantos apuros en las malas.

Se advierte al lector que cualquier parecido de esta microeconomía con la macroeconomía actual es pura coincidencia.


12 comentarios:

  1. Me temo que en este caso la macro y la micro van de la mano.
    Cuando trabajaba conocía a bastantes matrimonios, ambos cónyuges trabajadores, que escasamente llegaban a final de mes, incluso las pagas extraordinarias se las gastaban antes de cobrarlas.
    Un compañero soltero, a primeros de mes, durante todos los meses del año pedía un anticipo a cuenta de lo que iba a cobrar esa mensualidad.
    Dos pueblos en la provincia de Huesca, uno con números rojos en sus arcas, la mayoría de los créditos que pedía para obras "sociales" se los concedían, otro con la contabilidad saneada, crédito que pedía, crédito que le denegaban por tener dinero.
    Así hemos llegado a lo que todos conocemos.

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  2. Ese índice de que "no llega a final de mes" me ha parecido siempre muy inexacto, pues habría que saber lo que ingresa esa persona y los gastos que tiene para saber si realmente el dinero le viene corto o si es que gasta demasiado.

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  3. Bueno, al menos en el caso que comentas gastaban según las ganancias que ingresaban. El problemas es cuando la gente gasta siempre al mismo nivel independientemente de lo que gane porque eso si que lleva derechos al desastre económico porque luego se empiezan a pedir créditos que no se pueden pagar.
    De todas formas tendríamos que ser todos conscientes de que nunca se debe de gastar todo lo que se gana, en tiempos de abundancia hay que guardar una parte para poder afrontar los momentos bajos.
    Interesante artículo y muy de actualidad.

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  4. Esto ocurrió hace muchos años, pero no se me ha olvidado porque aun veo a esta señora ahora en los supermercados y muchas veces me he preguntado como consiguieron salir adelante con ese sistema. Y lo he recordado ahora cuando veo que hemos hecho lo mismo estos años pasados a todos los niveles, desde los ciudadanos de a pie hasta los Ayuntamientos o los propios gobiernos.

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  5. Muy poco se de economía, pero lo que tengo claro es que se ha perdido la costumbre del ahorro y que se actúa con el dinero como en otros aspectos de la vida: viviendo el presente sin preocuparse por el futuro.
    A los que, como en tu historia, lograron igual salir adelante, sería interesante pedirles la fórmula.

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  6. Salir... salieron, pero hay que ver lo mal que lo pasaban en esas temporadas en que se alimentaban de cabezas de pollo...

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  7. Es el tema que está en todas partes, economía. Creo que empiezo a desarrollar una especie de alergia a la palabra. Y no me refiero al caso, como tantos muchos, que comentas, Senior, que hubo, habrá y seguirá habiendo, sino a la economía mundial, la que dirigen unos cuantos y los demás tenemos que padecer. Cada vez entiendo menos y me indigno más. Es extraño este circo que hemos montado o hemos dejado que nos monten, todavía no lo tengo muy claro, no sé si somos ejecutores o ejecutados.

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  8. Pues me temo que tu alergia la padecen muchos otros, ya que puedes ver como anda este post de comentaristas...

    Ese empacho de economía supongo que lo sentimos todos, porque vemos como nos afecta un asunto que nos parece ajeno, pero si somos sinceros debemos saber que todos hemos tenido una parte de culpa por haber vivido como la del post: comprando de lo mejor y en grandes cantidades. Pero ahora tocan los despojos de pollo y eso no le gusta a nadie.

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  9. La macroeconomía de la que hablas está compuesta de muchas microecomías como la de esa clienta. Abrazos.

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  10. Lo que no sabemos es si la macroeconomía a niveles institucionales es por contagio de estas microeconomías... o al contrario.

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  11. Contagio hacia arriba o hacia abajo?
    Me temo que ni los expertos se ponen de acuerdo.
    Veamos la explicación de una web argentina : ECONLINK.COM.AR

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  12. Yo he usado la palabra macroeconomía en el sentido que la solemos usar últimamente, cuando nos referimos a la economía a nivel nacional o mundial, cuando hablamos de "los mercados" como si fueran seres atropomorfos que están siempre exigiendo sacrificios igual que los antiguos dioses.

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