30/12/15

A veces llegan cartas





     Tal día como hoy, hace 21 años, se me fue del todo una persona que escribía muchas cartas. Eran cartas largas, de muchas cuartillas escritas por ambas caras y con una letra que me hizo decirle cuando recibí la primera que un hombre con dos cosas bonitas –la letra y la voz- podía llegar lejos. Frase memorable donde las haya, que no dice mucho, pero que consiguió que el propietario de la letra y la voz siguiera escribiendo hasta su último aliento y yo  recuerde aun su voz cuando las leo.

     Hoy, 21 años después de que faltaran definitivamente aquellas cartas, me llega una muy distinta y en unas circunstancias muy distintas. No es un abultado sobre lleno de cuartillas, sino un “christmas” de felicitación, y no viene de muy lejos, sino de ahí al lado, como quien dice. Pero también, como aquellas cartas perdidas en el tiempo, ha iluminado de esperanza una Navidad triste como todas las navidades habidas y por haber. Y con ella, además, he pensado que, con tantos medios informáticos, hemos perdido la emoción de sacar de nuestro buzón del portal un sobre con una dirección y un sello, abrirlo sin saber lo que contiene y experimentar el milagro de que una presencia virtual se haga física y real en forma de papel y firma.

16 comentarios:

  1. Está bien que los buzones vuelva a servir para algo distinto de cartas del banco... Y si además nos alegra el día, pues mejor que mejor.

    Seguro que la merecías, y por eso la recibiste.

    Saludos.

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    1. A mí el buzón ya no me sirve ni para las cartas del banco... Por eso tiro cohetes cuando me llega algo así.

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  2. ...y qué placer entrañable leer las palabras trazadas, reconocer a la persona en sus palotes erguidos o ladeados, desentrañar el estado de ánimo en cada renglón expuesto...

    A veces, sí -y qué pocas veces- llegan cartas. Y hablan.

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    1. Yo he practicado mucho lo que llamaban el "género epistolar", he escrito muchas cartas y también las he recibido, pero ahora en mi buzón no suele haber más que anuncios y hay días que ni lo miro.

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  3. Es verdad que ahora son pocas las felicitaciones de Navidad que escribo, pero sigo distinguiendo a una veintena de personas con una tarjeta autógrafa. Hay costumbres que, de perderlas, nos llevan a perder.

    Besos.

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    1. Yo, por desgracia, abandoné hace tiempo esa costumbre, entre otras cosas porque corro el peligro de que no se enteren de lo que digo por mi letra "de médico".

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  4. ¿Cartas? Conozco el as de oros, el rey de bastos, la sota de espadas, pero de las otras, lo único que aparece por mi buzón son facturas y a veces algún recordatorio como que me va a caducar el carnet de conducir (por cierto ya lo he renovado)

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    1. Como digo más arriba, a mí no me llega nada, solo los anuncios que meten otros vecinos cuando los sacan del suyo.

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  5. Me imagino la alegría que sentiste al recibir esa felicitación porque a estas alturas de estos tiempos modernos ya pocos deben de utilizar ese método tan personal de plasmar su escritura en una tarjeta, ahora todo son watsaps y correos electrónicos, y ya casi ni siquiera conferencias telefónicas en donde al menos escuchabas la voz de los familiares y amigos. Las felicitaciones y los buenos deseos siguen siendo los mismos, pero ya no tienen ese toque entrañable y cercano que produce encontrarse con un sobre, abrirlo y ver esa letra que nos habla con cariño.

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    1. ¿Que las felicitaciones y los buenos deseos son los mismos? Yo me conformaría con que, al menos, contestaran a las que yo envío, que de todas las felicitaciones que he enviado, creo que no han contestado ni la mitad. Incluida la familia.

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    2. Me refería que a las personas que si las envían por el medio que sea, sí siguen deseando lo mismo, aunque hay maneras mas agradables unas que otras, de las que no contestan, ni hablamos, mejor para otro post.

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    3. De esos, de los que no contestan sea felicitación... o pésame, ya hemos hablado aquí otras veces y es algo que nunca entiendo ni entenderé.

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    4. Ni yo tampoco.

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  6. Aunque no lo hago todos los agnos, procuro enviar felicitaciones de Navidad escritas a mano, por considerarlas mas personales. Al final, los deseos son los mismos, pero da la impresion de una mayor dedicacion.

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    1. Yo llevo ya muchos años que prescindí de las felicitaciones en papel, supongo que porque siempre es menos gravoso no recibir respuesta si te has limitado a una felicitación por correo o "guasah".

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