10/5/20

Daños colaterales de una pandemia






      Ahora que ya empiezan a trabajar las peluquerías, me he acordado de que, cuando llevábamos casi un mes de confinamiento, hablé por teléfono con una amiga, que me contó su “tremendo” problema: No puede ir a la peluquería y ella no sabe hacerse nada, por lo que su pelo ya no aguanta más. Ni el peinado ni el tinte. Yo pienso que ya no es solo cuestión de estética, sino de higiene, pues esa cabeza sin lavar tanto tiempo debe ser algo así como una selva habitada. Pero no se lo digo, por supuesto, y sigo oyendo sus quejas. Que ella siempre había pensado que, si se ponía enferma, la peluquera iría a su casa o, en el peor de los casos, su hija o la limpiadora podrían hacerle un apaño. Pero ahora ni peluquera, ni hija, ni limpiadora… 

      Una vez terminada la conversación, me vino a la memoria el momento en que decidí no tintarme el pelo para cubrir las canas. Durante años, fueron apareciendo, pero como mi pelo era de color claro, no se notaban demasiado e, incluso, quedaban bien. Hasta que ya había más pelo blanco que de mi color y la peluquera empezó a decir que debía tintarme o, al menos, ponerme unas “mechas”. Pero yo no me decidía, pues ¿de que color me teñía? Castaño no, ya que nunca lo había tenido así y me iba a ver rara. ¿Rubio? Ahora hay mejores tintes, más naturales, pero entonces no había más que ese “color tortilla de patatas” que veía en otras y no me gustaba nada. Y en esas estaba cuando la hermana de una amiga enfermó gravemente y fue ingresada en un hospital bastante tiempo. Tenía un tinte en el pelo de un color rojizo muy llamativo y, cuando fueron pasando las semanas y el pelo fue creciendo, le aparecieron las raíces blancas, una franja de varios centímetros que hacía un enorme contraste con lo rojo. Y allí estaba, con la mala cara de quien se está muriendo y aquella cabeza en dos colores, como una bandera. Y, entonces, mirándola en la cama del hospital, tomé la decisión de no tintarme, pues, aunque yo me manejo bien para arreglarme el pelo y no voy a la peluquería más que a cortarlo, el tinte sería obligatorio con más frecuencia y me podría ocurrir lo que a la hermana de mi amiga.

      Y no podéis imaginar la de veces que me he alegrado de aquella decisión. Ese día, sin ir más lejos, hablando con esa amiga, y todo el tiempo que ha pasado desde entonces. Me he alegrado de no tintarme y de saber arreglarme el pelo desde niña., pues malo es que terminemos dependientes para otras cuestiones, pero ¿para eso?


19 comentarios:

  1. Tal vez resulte una frivolidad, dada la situación, pero el tema capilar ha traído bastantes quebraderos mentales a unas y otros, clientes habituales de peluquerías y adictos de todo tipo de saneamientos capilares y hasta ha sido objeto de memes y chanzas virtuales. Por eso ahora, con la apertura, aun restrictiva, quizás hayan sido las peluquerías los establecimientos con más demanda; seguramente tu amiga quejosa haya sido una de las primeras en solicitar con presteza el servicio para volver a lucir como estaba acostumbrada. Te aseguro que estos días de paseos -en el pueblo no había franjas horarias- había señoras que llevaban lo que en mi entorno llamamos pelo de boda… Vamos, que se les notaba, sin necesidad de examinarlas al detalle, que habían pasado por la peluquería; y algunas doy fe de que lo necesitaban urgentemente porque, como bien dices, los tintes llevan fecha de caducidad y tantos días de encierro ha hecho estragos en los peinados.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No creo que mi amiga haya podido aguantar hasta ahora y algún día le preguntaré que ha hecho, pues dudo mucho que haya recurrido a la solución drástica de pelarse al cero, como ha hecho un amigo. Que también los hombres tienen sus problemas de estética capilar...

      Eliminar
  2. Desde hace unos 42 años, el poco pelo que tengo, antes tenía algo más, me lo corto yo, para ello utilizo un peine corta cabello, similar al de la foto, y para arreglarme la barba unas tijeras pequeñas de peluquero.
    Ya se que me vas a decir, así vas tu, pero que quieres que te diga, me corto el pelo y la barba cuando quiero y/o cuando me empieza a molestar, por supuesto en verano lo hago más veces.
    Mi mujer es morena y se da un tono muy similar al color de su pelo, se lo tiñe ella desde hace tres o cuatro años.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi madre también era morena y yo le echaba el tinte periódicamente... hasta que nos cansamos las dos y se lo dejó blanco.

      Eliminar
  3. Esta situación que planteas no hace ver dónde está lo superfluo u dónde lo fundamental de la vida. No importanta tanto la apariencia física como aquello que es fundamental para nuestro vivir en paz y armonía.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo que ocurre es que la apariencia también es importante cuando llega a esos extremos, pero el problema está en que dependamos de otras personas para remediarlo.

      Eliminar
  4. Lo tuyo fue un acierto sin duda alguna. De hecho, ahora jovencitas se tiñen de blanco. Como la naturalidad, nada.
    SAludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, parece que el pelo blanco está de moda ahora.

      Eliminar
  5. No es bueno ser dependiente para nada, y me temo que la sociedad que estamos creando gusta mucho de crearlos. Me mandaron el chiste por whatsapp, pero pasaba un camión distinto cada hora, con el color de tinte adecuado. Y es que es en estas situaciones tan extremas donde descubrimos la cantidad de cosas que hacemos sin pensar, que damos por sentadas. Cualquier menudencia se convierte en un problema, no digamos ya las cosas serias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tu chiste es de país más rico, porque aquí tendrían que tintarse todas del mismo color. Todas y todos, que algún señor de esta casa seguro que asomaba la cabeza.

      Eliminar
  6. El covid-19 ha acabado con las rubias....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tarde o temprano, las rubias terminan también con el pelo blanco o gris. Con virus y sin virus...

      Eliminar
  7. La leo con humor, luego todo bien :-)

    ResponderEliminar
  8. Estuve tentada de dejarme las canas, pero"no me veo",además mi nieta que vivimos en la misma casa junto con mi hija, siempre se ofrece a teñirme, así que sigo con un castaño que se asemeja a mi tono natural. El corte, gracias a los rulos me lo voy haciendo yo. Aquí sigue estricta la cuarentena, en fin, esto no es lo peor. Te deseo buena salud y buen ánimo. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aquí está de moda el pelo blanco y hasta chicas jóvenes, que son canosas prematuras, se lo están dejando.
      Buena salud también para ti y que esto pase sin dejarte el menos rasguño, ni a ti ni a tu familia

      Eliminar
  9. Begoña Quintana28/4/21 10:00

    Yo siempre prefiero usar tintes naturales para el teñido del pelo, ya que no deja toxinas en el cabello y es recomendable a la hora de lucirlo saludable y brillante. Se está poniendo de moda utilizar una especie de barro para el pelo que te deja diferentes tonos a elegir, te lo puedes aplicar en casa y se conoce como henna para el pelo
    Genial post, un saludo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esos barros y esos tintes llegan tarde en mi caso, pues ya has visto que luzco mi pelo gris desde hace tiempo.

      Eliminar
    2. He dejado pasar esta publicidad porque te las has currado al disfrazarla de comentario, pero te ruego no la repitas en este blog.

      Eliminar