27/6/21

Igualdad

      Llevamos ya bastantes años hablando de la igualdad entre mujeres y hombres y hasta tenemos un ministerio y una ministra para promover esa Igualdad. Sin embargo, yo quiero decir aquí que las mujeres no somos iguales a los hombres. Nada de eso.

SOMOS SUPERIORES

      Y lo voy a demostrar con unos ejemplos.

      a) Las mujeres somos capaces de enamorarnos apasionadamente y no dejar de querer – apasionadamente también- a las personas que nos rodean y que son parte de nuestra vida, mientras los hombres se enamoran y parece que el corazón se les agota en ese esfuerzo y ya no da para más.

      b) Las mujeres somos capaces de hacer dos cosas a la vez (y, algunas, hasta tres), mientras los hombres difícilmente piensan y respiran al mismo tiempo.

      c) Las mujeres distinguimos matices de colores (rosa palo, blanco roto…), mientras que a los hombres los sacas de los colores primarios y están perdidos.

      d) Las mujeres podemos llevar pantalones y nos sientan bien, mientras los hombres con falda parecen miembros de la familia real inglesa.

       Por esto y por mucho más, creo que ese Ministerio de la Igualdad debería llamarse de la Superioridad, pues su misma ministra nos ha demostrado que es capaz de desempeñar su función política y parir tres hijos. Cosa que, de ninguna manera, puede hacer un hombre.

      (Perdón, Ministra, he querido decir hijes)

 

16 comentarios:

  1. "¡Pobre Fanny, ella no lo habría olvidado tan pronto!
    -No -replicó Ana con voz baja y llena de sentimiento-; bien lo creo.
    -No estaba en su naturaleza. Ella lo adoraba.
    -No estaría en la naturaleza de ninguna mujer que amara de verdad.
    El capitán Harville sonrió y dijo:
    -¿Pide usted este privilegio para su sexo?
    Y ella, sonriendo también, dijo:
    -Sí. Nosotras no nos olvidamos tan pronto de ustedes como ustedes se olvidan de
    nosotras. Quizá sea éste nuestro destino y no un mérito de nuestra parte. No podemos evitarlo."
    (Jane Austen, Persuasión)

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    1. no un mérito de nuestra parte Ni tampoco es ninguna ventaja ni superioridad. En ese aspecto, preferiríamos ser inferiores y sufrir menos.

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    2. Pero yo estoy de acuerdo con el capitán Wentworth: "No nos hace usted en verdad justicia. Crea que también hay verdadero afecto y constancia entre los hombres." (Jane Austen, Persuasión)

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    3. A saber lo que llamaría el capitán "verdadero afecto y constancia"...

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    4. ¡Pero cómo! a seguir amando a Ana 8 años después de que le rechazara sin entender el por qué...

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    5. Hay excepciones, lo reconozco. Hay hombres que casi, casi, nos alcanzan...

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  2. Creo que no existe superioridad por parte de las mujeres. El algún caso concreto puede ser que si que exista, en otros seremos similares y en alguno será superior el hombre a la mujer.

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    1. Yo he aportado ejemplos muy concretos. Danos tú algún ejemplo de superioridad por parte del hombre. A no ser que te refieras a la fuerza física, pues entonces muchos animales serían superiores a los hombres.

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  3. Vienes fuerte y sin frenos, jajaja…
    Las generalidades suelen tener tantos flecos e incluso descosidos y rotos sin arreglo que nunca llegan a ser verdades absolutas. Anda que no sé y conozco de memas totales e inútiles cantamañanas de sexo femenino. Tantas como memos. Porque la futilidad es también paritaria y las características que ornamentan o afean a una persona no tienen ninguna relación con el sexo sino con el cerebro.

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    1. ¿Generalidades? Estadísticas, Sociología, Psicología... La voz de la experiencia.

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    2. Cualquiera de mis ejemplos tiene una demostración fehaciente. Hasta el de la falda... (O empezando por ese)

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  4. El punto b) es absolutamente indesmentible. El cerebro del hombre es monofuncinal, el de la mujer es polifuncional. Nunca he comprendido cómo una mujer puede puede planchar la ropa, ver una telenovela y hablar por teléfono al mismo tiempo.
    En ese sentido las mujeres son superiores, si es que se puede decir algo bueno con esa palabra que por lo general se usa en el mal sentido: "hombres superiores", "razas superiores", "naciones superiores"... Yo diría que tienen habilidades diferentes, eso suena mejor...

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    1. Tienes razón en que el término superior ha conducido a aberraciones, pero decir habilidades diferentes es volver a lo mismo, a lo anterior a la igualdad, a considerar que la mujer puede hacer muchas cosas, todas sin importancia, mientras el hombre se reserva las importantes, aunque las haga de una en una.

      Me remito entonces al primer ejemplo: amar a varias personas con la misma intensidad demuestra una capacidad afectiva mayor, que podemos llamar superior, y que lleva consigo no hacer daño, pues conozco madres que se han sentido postergadas cuando sus hijos se enamoran. La incapacidad de sus hijos para querer a dos personas a la vez, aunque sea de forma distinta, las hace sufrir injustamente, pues ellas los llevaron en su vientre, los parieron y los criaron, pero se ven desplazadas por alguien que no ha hecho nada de eso.

      Pero, en fin, esto ha ido en broma... aunque en el fondo sea bastante serio.

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  5. Ja,ja,ja. Vas a salvar porque ando corto de tiempo, que si no te caía una buena a costa de esa supuesta superioridad. Hace mucho tiempo, una amiga me vino con el cuento de la complejidad femenina y le contesté que me enumerase las ventajas de vivir en una montaña rusa de emociones y todavía estoy esperando la respuesta. Y lo hago mirando el mar, con una cerveza en la mano y sin pensar en nada, es decir, en el paraíso de simplicidad de los hombres.

    En realidad, lo que veo es llover grrrr. Y es temprano para beber...

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    1. Te voy a contestar por tu amiga. ¿Has oído hablar de la inteligencia emocional? Vivir en una montaña rusa de emociones nos enseña a manejar esas emociones con la cabeza, cosa que no hacéis los hombres por falta de costumbre y, cuando os llegan las emociones, no sabéis que hacer con ellas.

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  6. Un tema controvertido, contradictorio. Razón, corazón, equilibrio emocional o mental. En fin sin tanto análisis, prefiero amar así como soy y que me amen como sepan. Un abrazo asombrado por el planteo, las respuestas, las réplicas y con emociones aunque nunca sin ellas.

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