¿Por qué ha tenido que correr la vida?
¿Por qué ha tenido que pasar el tiempo?
Pudimos quedarnos quietos
en aquel minuto eterno,
en el dulce segundo, amanecido
de luz y sombra sobre el sentimiento.
Pienso en tu voz. Ya va marcando una
terrible y dura costumbre de silencio.
Granada 1955
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