30/6/25

La niña que lloraba en las películas de Charlot


Captura de YouTube

      De niña, mis padres me hablaban de los cómicos que ellos habían visto antes de la guerra, en aquellas películas mudas que ya no se proyectaban porque lo que el público quería ver era cine sonoro. Pero, sobre todo, me hablaban de Charlot y cuando, por fin, proyectaron en un cine La quimera del oro, en seguida me llevaron a verla con toda la ilusión de que yo pudiera disfrutar de lo que ellos habían disfrutado y reírme con lo que ellos se habían reído. Pero su gozo en un pozo porque yo, en vez de reírme, me puse a llorar en la escena en que Charlot se come su zapato educadamente, con tenedor y cuchillo. Para mí, aquello no era cómico, sino triste, era un señor con hambre, que la aplacaba con algo imposible y asqueroso. Y así seguí. Me llevaron a otras películas suyas y también lloraba con aquel hombre delgadito y pequeño, que se enamoraba de una florista ciega y siempre salía perdiendo en todo. No encontraba su lado cómico, no lo encontré nunca mientras fui niña.

      Pasaron los años, Charlot fue Charlie Chaplin y vimos películas suyas que no eran cómicas, pero, sobre todo, cuando murió Franco, pudimos ver El gran dictador, lo vimos jugando con  el globo terráqueo y casi nos aprendimos de memoria el  discurso final del hombre insignificante y perdedor con el que lloraba la niña que yo fui.

      Hoy, esta vieja que soy ahora también siente ganas de llorar cuando un dictador de cara naranja, henchido de poder y soberbia, vuelve a jugar con el mundo y los seres que lo poblamos. 


19/6/25

Otro Corpus Christi

 

Captura de YouTube

      En Granada hoy es el Día del Corpus, la fiesta central de nuestra feria, que empezó el sábado con los fuegos artificiales inaugurando el ferial de casetas, columpios, trajes de gitana y sevillanas rocieras a todo volumen.

      Según contamos siempre a quien quiere oírnos, fue Isabel la Católica la que instituyó esta fiesta y le dijo a los granadinos de entonces que se divirtieran como locos, cosa que muchos cumplen con verdadera devoción histórica. Hace unos años, se eliminó la festividad en todo el país y la Iglesia también trasladó la festividad litúrgica al domingo, pero a Granada, Sevilla y Toledo se les respetó la tradición y seguimos celebrando la fiesta como siempre, así que hoy ha procesionado la Custodia que, según parece, se inició con un espejo de la propia reina y se ha ido modificando a lo largo de los siglos hasta ser lo que vemos ahora.
      La procesión la ha transmitido una cadena local por su canal de YouTube, por lo que se ha podido ver en todo el mundo y hay comentarios muy curiosos de granadinos que la han seguido desde Nueva Zelanda, Japón, un ignorado punto de Oceanía y hasta desde África (que está ahí al lado, pero con un Internet más dificultoso) Sin embargo, yo solo he visto en el móvil la salida de la Catedral, a pesar de lo cual no he podido evitar acordarme de la última vez que vi la procesión completa y con quien la vi.

      Hace muchos años, mi amiga M.A. y yo salíamos este día, pero solo a ver pasar la Custodia desde un punto en sombra y por encima de las cabezas de los que estaban delante. Luego, buscábamos una terraza para tomarnos unas cervezas y, si estaba todo lleno, lo más fácil es que termináramos en el barrio. Pero aquel año fue distinto. Yo sabía que unos días después mi amiga iba a ingresar en una residencia porque su enfermedad ya no le permitía seguir viviendo sola. Ella no lo sabía aún, pero yo sí. Sabía que iba a ser el último año que ella vería la procesión en la calle y quise que la viera completa. Salimos más temprano, busqué un sitio donde pudiéramos estar a la sombra y en primera fila, y nos colocamos dispuestas a una larga espera. Pero mi amiga empezó a cansarse, no entendía por qué teníamos que estar allí tanto rato y no hacer como otros años, yo intenté que aguantara, más que nada porque ya nos había ido rodeando la gente y resultaba difícil salir de allí, pero ella seguía protestando y, en cuanto pasó la Custodia, nos fuimos en busca de las cervezas.

      Hoy, cuando yo tampoco veo ya la procesión del Corpus en la calle, he recordado aquello, he recordado a aquella amiga y a todos los que, unos años en un sitio y otros en otro, estuvieron conmigo en esta fiesta y ya no están en ninguna parte.
      ¿Recordáis? En Granada todo ocurre en el Corpus. Escribió Luis Rosales
      Todo.