Hoy celebrarían mis padres sus bodas de brillantes. 75 años de aquella tarde de Abril de 1935 en que iniciaron juntos un camino que abandonarían, también juntos, 59 años más tarde.
Me contaron que aquella boda fue en dos tiempos: el día 25 en el juzgado y el 26 en esa iglesia de ahí arriba. Y mi madre se ufanaba de que aquella noche la pasaron cada uno en casa de sus padres, puesto que aunque ya estaban casados civilmente, ella no lo consideraba matrimonio aun.
Me contaron también que la fiesta fue en casa de mis abuelos, que bailaron al son de la pianola y de un gramófono de aquellos de bocina, y que hubo un jamón muy bueno. Tanto, que al día siguiente encontraron la caja del piano llena del pan de los bocadillos, ya que los invitados se comían lo de dentro y escondían el pan bajo la tapa para poder seguir comiendo.
Recuerdos de aquella boda, que para ellos eran en color y para mí adquirían ese tinte borroso y sepia de las fotos antiguas. Pero que ahora, cuando ya ellos no están y cuando el tiempo va siendo un camino de ida y vuelta, cobran la dimensión de realidad que ellos les dieron.
Me contaron que aquella boda fue en dos tiempos: el día 25 en el juzgado y el 26 en esa iglesia de ahí arriba. Y mi madre se ufanaba de que aquella noche la pasaron cada uno en casa de sus padres, puesto que aunque ya estaban casados civilmente, ella no lo consideraba matrimonio aun.
Me contaron también que la fiesta fue en casa de mis abuelos, que bailaron al son de la pianola y de un gramófono de aquellos de bocina, y que hubo un jamón muy bueno. Tanto, que al día siguiente encontraron la caja del piano llena del pan de los bocadillos, ya que los invitados se comían lo de dentro y escondían el pan bajo la tapa para poder seguir comiendo.
Recuerdos de aquella boda, que para ellos eran en color y para mí adquirían ese tinte borroso y sepia de las fotos antiguas. Pero que ahora, cuando ya ellos no están y cuando el tiempo va siendo un camino de ida y vuelta, cobran la dimensión de realidad que ellos les dieron.
¡Que angustias se pasaban en aquella época!
ResponderEliminarRecuerdo mi primera noche de bodas en Aranjuez, yo como un pardillo además del carné de identidad que nos pedían a mi mujer y a mí presenté el libro de familia, por si acaso.
También recuerdo que en la celebración religiosa de nuestra boda, vino un representante del juzgado a que le firmara la aceptación del libro de familia que me entregaba entonces. Yo le hice esperar a que terminara la ceremonia religiosa para firmarla.
Pensando en "Que lo diga ahora o que se calle para siempre"
Saludos
Jubi, ¿cuantas noches de bodas has tenido?
ResponderEliminarEso de las bodas en dos tiempos era bastante corriente en esa época y el celebrarlo en casa también, no como ahora que para celebrar una boda en un restaurante tienes que hacer la reserva un año antes con lo que algunas bodas se cancelan antes de que les llegue el turno.
ResponderEliminarBuen día
Supongo que les encantaría leer la crónica de su boda que acabas de escribir. Retrao de una época con sus circunstancias, pero lo más importante para ellos imagino que fueron esos 59 años de vida en común, realmente toda una vida.
ResponderEliminarMe sumo a Ernesto con que les encantarían tus palabras, pero además, creo que les conmovería saber que llegaste a comprender "en colores" de qué hablaban. Saludos!
ResponderEliminarleodegundia: Es que las casas eran entonces más grandes que nuestros pisos de ahora.
ResponderEliminarErnesto: No sé si les gustaría, pero yo lo he escrito con todo mi cariño.
Claudia Ibáñez: Hay que echarle imaginación, pues todo lo que tengo de aquel día está medio gris medio sepia.
Mi esposa y yo nos casamos por civil y en secreto, un mes y medio antes del casamiento oficial religioso. Qué además no fue en una iglesia tradional, sino en el sitio donde se dió la primera misa en mi ciudad.
ResponderEliminarNadie supo de la primera ceremonia, sólo los dos testigos, y cada uno a su casa... no sea que alguien fuera a sospechar.
Senior citizen, solamente sé contar con los dedos de las manos, así que no lo recuerdo.
ResponderEliminarSofocador: Una boda así es lo menos que esperaba de ti....
ResponderEliminarunjubilado: ¿Como el príncipe Juan?
Perdón ...
ResponderEliminarAlguien me tendrá que explicar el misterio de Sofocador o mi cita con el psicoterapeuta será de urgencia...
Este post, homenaje respetuoso pero con comentarios tan respetuosos como inesperados (¿Sofocador, es broma?)casi confirman mi teoría de que los posts son editados y perdemos el control sobre ellos, toman vida propia.
Mi padre estuvo casado con mi madre sesenta años. De lo que queda una foto tomada en la "casa grande" de los abuelitos, pues era ahí donde almorzarían luego de salir del registro civil.
Sorpresa (sin escape posible) fue para mi padre, que se decía ateo, encontrar antes de la mesa...un altar con todo y cura esperándolos para casarlos.
Mi padre aceptó pues fue una ceremonia cortísima, mi madre evitó Comunión o Misa lo que sí hubiera confundido a mi padre.
Pero papá tomó venganza: sentados luego a la mesa y siendo el párroco amigo de la familia, empezaron con los festejos...luego de varias copas, el buen cura quedó dormido en un sillón de la sala y mi padre en una cama, mientras mi madre y mi abuelita ordenaban a las empleadas llamar a la Parroquia para retirar el Altar (y al cura), y al servicio contratado que trajo los bocadillos, platos varios y tortas.
Pero no hubo noche de bodas hasta la noche siguiente pues la resaca de mi padre fue de antología.
Al menos eso reprochaba cada aniversario mi madre a mi padre (aumentando la cantidad de copas bebidas entre el cura y papá y las noches de no-boda, lo que no impedía festejar cada aniversario "a la antigua", con servicio alquilado y souvenirs)
¡Santo cielo! Esto sí que es un post dentro de otro post...Y con una historia más completa que la mía. ¿Te has cambiado de blog, Nfer? Mira que te voy a acusar de deserción a la otra Comentarista....
ResponderEliminar...es que todavía no aprendí a ser breve...
ResponderEliminarY sí hubiera dado para un post. Incluso tengo escanada la (única) foto.
Ignoro si es más o menos completo el comentario que tu post, lo que sí sé es que sin algunos detalles era difícil de entender (al menos para mí)
Más allá de la aproximación que nos haces del matrimonio de tus padres y el recuerdo de su discurrir por un camino que iniciaron juntos, queda la incógnita del abandono, también juntos, de ese camino.
ResponderEliminarImagino lo que pueden suponer para ti los recuerdos.
Se ve que no soportaron estar separados.
ResponderEliminar.
ResponderEliminarOh por dios: ¡Pobre piano!
.
Pues sí, Hein?, no me dijeron como sonaba luego....
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