En este sur del norte aun es verano, las tardes siguen siendo largas y quizá haya tiempo antes de que anochezca de leer este -largo también y triste- poema de Elena Martín Vivaldi.
TODO
¿De que voy a vivir ahora
si lo he perdido todo?
Todo.
(Pero tú no lo sabes,
si lo supieras, me pedirías esta palabra:
todo,
y la destaparías, buscarías en su fondo,
para encontrar los viejos cuentos,
los retratos, estampas, flores disecadas)
¿De que voy a vivir ahora?
Voy a irme de puerta en puerta,
con mis viejos andrajos,
pidiendo una limosna.
Todas las puertas estarán cerradas.
-Venga mañana, hermano,
que hoy no hay nada.
¿Como voy a pedirles
socorro de mis ansias?
¿Quien me dará la estrella,
la sonrisa,
y aquel minuto errante,
desterrado
de la exacta memoria
de todos los relojes?
¿Quien guardará mi rostro
en vigilia curiosa de mis ciegos destinos?
Huídos en sus gestos, se apartarán a un lado
dejándome vacía, mi alforja, de esperanzas.
¿De que voy a vivir ahora
si lo he perdido todo?
(No lo abras. Que dentro están las voces,
cintas, suspiros,
lecciones de memoria;
frágiles mundos vírgenes,
que -la caña en mis labios-
de colores, yo, efímeros, creaba)
¿A donde iré desnuda?
Todas las casas estarán cerradas.
-Ya es tarde, hermano, es tarde.
Tenemos sueño,
venga de mañana.
¿Quien me dará la rosa?
Dirán:
-¿Como vas a llevarla en tu vestido?
Ella es hermosa
y tú, seca raíz,
árbol sin nombre,
hoja de otoño
que unos hombres crueles
barren indiferentes en la escarcha.
¿Como voy a vivir ahora
si lo he perdido todo?
Todo.
(Pero tú no lo sabes,
si lo entendieras, me robarías
el centro de esa inmensa palabra.
Sacarías de sus cauces preguntas,
deseados vestidos, noches de luna,
niñas que saltan a la comba,
el primer beso,
la angustia, los colores,
un arco iris de mis siete sueños;
y mi primer pecado, y la oración,
y aquel velo de novia
que no me puse, y que robé de noche
a la almohada)
¿De que voy a vivir ahora?
¿Voy a llamar dentro de cada pecho,
si todos lo han cruzado
con la banda de premio
que la vida les puso
ocultando la sangre?
Premio de la sonrisa,
de su paso seguro,
de su cabeza alta.
Me apartarán a un lado.
-Perdone, hermano, déjeme;
no puedo darle nada.
¿Quien me dará mis labios?
-si he olvidado mis besos-.
¿A quien pedir mis manos?
-si no tengo caricias-.
¿Donde encontrar mi cuerpo?
-si lo perdí en la noche-.
Me empujarán a un lado,
y por las calles
los pechos y las puertas cerrarán sus ventanas.
¿De que voy a vivir, si nadie
atenderá mis cantos?
Si lo he perdido todo,
si voy por los caminos
rota de ensueños,
mendigando
de puerta en puerta,
con todos los cerrojos de las almas
cerrados, y los ojos de todos mis hermanos
cubiertos de ceniza,
ciegos de aplausos;
y las cancelas de todos los jardines
con tres llaves impidiendo la entrada.
¿De que voy a vivir ahora
si lo he perdido todo?
(No busques su secreto,
no adivines su entraña.
Confundido -entre el montón de nombres,
cuentos, labios, juguetes,
y mi primer amor, brisas, retratos,
libros de versos, clases de Instituto;
paisajes, desengaños,
lluvias de Abril, nostalgias,
la vida con su no
anudando, sin prisas, mi garganta;
trenes, lágrimas, dudas,
júbilo de poemas floreciendo en mis dedos-
está mi corazón,
y si lo tocas
tus dedos arderán junto a su llama)
Elena Martín Vivaldi
Mis felicitaciones a Elena por la sencillez y calado de sus palabras.
ResponderEliminarCreo que es un poema que hay que leerlo varias veces para poder apreciar la profundidad que hay debajo de esa sencillez.
ResponderEliminarEs un poema largo y hermoso que hay que leer despacio para poder apreciar todo el mensaje que lleva escondido. Esa soledad, esa pena, esa tristeza que le produce a la autora el abandono por distintas razones de sus amigos, familiares, compañeros….. Esa soledad tan tremenda que se siente en compañía cuando comprueba que sus llamadas de auxilio no son atendidas y que le hacen sentirse como que ya no existe para nadie, por eso cree que lo ha perdido todo, pero creo que lo peor que perdió es la esperanza y la confianza en los demás y en el fondo a pesar de que parece que se deja vencer por esa soledad y tristeza lo que está haciendo es lanzar una llamada de atención, que sepan que sufre, que sepan que se siente sola y que desea que las puertas se le abran para compartir tantas y tantas cosas que lleva encerradas en esa palabra “todo”.
ResponderEliminarEste poema creo que no es sólo el lamento de Elena, es el lamento de muchas personas que también creen haberlo perdido todo y se ven atrapadas por la soledad y la tristeza. Sería bueno que abriéramos las ventanas y las puertas a estas llamadas para compartir esos “todos” y alejar así la soledad y la tristeza que tanto abunda en la sociedad.
Este poema lo escribió Elena con menos de 46 años, ya que pertenece a "El alma desvelada" que se publicó en 1953. Era soltera, pero vivía con una hermana y tenía por entonces un montón de hermanos más que aun no habían empezado a desaparecer. Sin embargo se sentía sola, tal vez por falta de amor o quizá porque en su entorno nadie compartía su sensibilidad y su vocación por la poesía. Quiero pensar que más tarde, cuando su mesa del café Suizo era un ir y venir de jóvenes poetas a los que animaba, enseñaba y ayudaba a publicar, quizá entonces ya se sintió más comprendida y acompañada.
ResponderEliminarGracias, Leodegundia, por haber captado tan bien el mensaje de este poema.
...de qué voy a vivir si nadie atenderá mis cantos...
ResponderEliminarestremecedor y maravilloso poema, la pena y la rabia de sentirse desdichado, diferente, despreciado.
Saludos blogueros y poéticos hoy
Saludos, José Antonio del Pozo. En un primer vistazo rápido a tu blog he podido ver que también eres aficionado a la poesía, por lo que habrás podido apreciar la calidad de este poema, que está considerado como de los mejores de esta autora. Volveré más despacio por tu sitio para leer algo más y comentar.
ResponderEliminarEs la soledad. Incomprendida, asida por la melancolía de la vida.
ResponderEliminarUn poema que quizás, y cuando lo vuelves a releer, puedes encontrar (o descubrir) momentos y circunstancias ya vividas o conocidas.
Creo que la mayoría de las personas se pueden sentir identificadas con este poema en algún momento de su vida.
ResponderEliminarSuerte que tus tardes aún son largas. Esta mañana me he tenido que poner a leer bajo una farola junto a la parada de autobús porque ya va faltando la luz natural.
ResponderEliminarEn cuanto al poema, como soy optimista por naturaleza, creo que lo primero es pensar enque Dios proveerá.
Un abrazo.
Pues que Dios te conserve ese optimismo y no lo pierdas nunca.
ResponderEliminarPoco importa la cantidad cuando, como en este caso, la calidad de los versos es las que es. Me quedo con... ¿Quien me dará la estrella,
ResponderEliminarla sonrisa,
y aquel minuto errante,
desterrado
de la exacta memoria
de todos los relojes?
Gracias por dejarlo.
Yo me quedo con algo que he citado en más de una ocasión
ResponderEliminarla vida con su no
anudando, sin prisas, mi garganta.
Gracias a ti por la visita.
¡Qué maravilla de poesía, Senior! Entiendo tu devoción por esta mujer y te agradezco profundamente que nos transcribas sus poemas para que podamos disfrutarlos. Es la cuarta vez que entro a leerlo, me ha encantado.
ResponderEliminarEl comentario de Leodegundia lo dice todo...
Magistrales los versos de:
"¿Quien me dará mis labios?
-si he olvidado mis besos-.
¿A quien pedir mis manos?
-si no tengo caricias-.
¿Donde encontrar mi cuerpo?
-si lo perdí en la noche-.
Me empujarán a un lado,
y por las calles
los pechos y las puertas cerrarán sus ventanas."
Un abrazo que espante soledades no buscadas.
Y a mí me encanta que vengas a visitarme, Mafalda, pero puedes copiar el poema para tenerlo más a mano cuando este post ya se haya alejado.
ResponderEliminarEso he hecho, Senior. Y te recuerdo que te visito aunque a veces tarde en comentar. Siempre me interesa lo que escribes. Eres como el despertar de nuestra conciencia dormida.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Santo cielo! Menuda responsabilidad...
ResponderEliminarGracias, Mafalda, me siento muy honrada, pero no es para tanto.
¿Qué es la soledad? es la falta de un beso que roce tu cara suavemente, es el cariño que ha escogido otro camino, es el nido vacío de pajarillos que antes esperaban a sus padres con sus piquitos abiertos,por donde la cabeza paterna introduce su alimento, incapaces ellos de ir a buscarlo, es tener una enfermadad degenerativa y por no poder ir a su paso te dejan atrás,es pasar junto a ti alguien que crees muy querido y mirar hacía otro lado, la oferta de un caramelo... pero existe una premisa que nadíe puede borrar:la fortaleza y la fe.
ResponderEliminarGracias por dejarme expresar mis pensamientos en tu blog.
Me encanta el romanticismo de Elena.
Un saludo Guillermina.
Si no te agrada puedes borrarlo.
Bienvenida Guille. No tengo por qué borrar el comentario publicado, pues nunca borro ninguno a no ser que sea un spam. Todos los visitantes podéis expresar aquí vuestros pensamientos igual que yo expreso los míos.
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