Hoy, 2 de enero, en Granada es el Día de la Toma, el día en que se conmemora que hace justo 520 años el rey nazarí Boadil el Chico entregó a los Reyes Católicos las llaves de Granada y partió llorando hacia su exilio en las Alpujarras, de donde más tarde tuvo que marchar camino de África.
Desde tiempo inmemorial se ha celebrado este día en Granada una ceremonia consistente en un acto en el balcón principal del Ayuntamiento y otro en la Capilla Real delante de los sepulcros de los Reyes, con una comitiva de autoridades que va de un lugar al otro. Cuando yo era niña, el acto en el balcón del Ayuntamiento tenía un carácter festivo y nuestros padres nos llevaban a la Plaza del Carmen para contestar ¡Queeeeee! cuando el concejal de turno tremolaba el pendón de los Reyes Católicos. Decía tres veces ¡Granadaaaa! y a cada una contestábamos ¡Queeeeeee!… y luego: Por los ínclitos Reyes Católicos Don Fernando V de Aragón y Doña Isabel I de Castilla. ¡Viva España! ¡Viva Franco! (entonces) ¡Viva Granada! Y a cada uno de esos vivas contestábamos también a todo pulmón: ¡Vivaaaa! Y nos íbamos tan contentos sin pensar en nada más que si el concejal lo había hecho bien o se había equivocado, o qué demonios sería eso de ínclitos. Ahora creo que, como es lógico, en vez de Franco se nombra al Rey y también se añade otro viva a Andalucía por aquello de la comunidad autónoma, pero ya ha dejado de ser una fiesta para niños porque casi siempre la lían los de la ultraderecha peleándose con los de la ultraizquierda y seguro que este año meten la nariz también los del 15M que se apuntan a un bombardeo.
Y es que desde hace unos años nos hemos puesto a cuestionar esta celebración, por lo que cada año tenemos un comunicado de Granada Histórica y Cultural a favor de ella como referente del momento en que Granada se incorporó a la civilización de Occidente y otro comunicado –o varios- de distintas asociaciones que califican a esta ceremonia como racista, fascista, xenófoba, excluyente, humillante para los musulmanes y no se cuantas cosas más. Incluso, en una ocasión se publicó un manifiesto que firmó Carlos Cano (que también se apuntaba a todos los bombardeos) y que tuvo mucha repercusión dando lugar a la canción del paisano que lleva por nombre Moros y cristianos.
Lo malo es que algunos años la cosa ha pasado a mayores, pues a los defensores pacíficos de la ceremonia se han sumado grupos de ultraderecha de toda España que acuden a la Plaza del Carmen con ganas de camorra y terminan por chocar con los otros grupos o con las fuerzas del orden. También se ha dado el caso de que detractores del acto insulten a los militares que toman parte en él, produciéndose situaciones muy tensas.
Mientras, los distintos ayuntamientos han tratado de contentar a todos añadiendo y quitando partes a la ceremonia, intentando cambiarle el nombre sin el menor éxito, haciendo otros actos “multiculturales” en distintos sitios, sumando a la comitiva un tipo con chilaba, alfanje y cara de no saber qué pinta allí, o subiendo a la Alhambra a morirse de frío recitando poemas árabes.
Pero el resultado de todo esto es que ya los padres no llevan a sus hijos a ver tremolar el pendón por miedo a los incidentes y esta costumbre festiva e inocente se perderá por desconocimiento de las generaciones venideras, pues ya hay jóvenes que van por las noches de botellón sin haber contestado nunca ¡¡Queeeee!! un 2 de enero en la Plaza del Carmen.
Desde tiempo inmemorial se ha celebrado este día en Granada una ceremonia consistente en un acto en el balcón principal del Ayuntamiento y otro en la Capilla Real delante de los sepulcros de los Reyes, con una comitiva de autoridades que va de un lugar al otro. Cuando yo era niña, el acto en el balcón del Ayuntamiento tenía un carácter festivo y nuestros padres nos llevaban a la Plaza del Carmen para contestar ¡Queeeeee! cuando el concejal de turno tremolaba el pendón de los Reyes Católicos. Decía tres veces ¡Granadaaaa! y a cada una contestábamos ¡Queeeeeee!… y luego: Por los ínclitos Reyes Católicos Don Fernando V de Aragón y Doña Isabel I de Castilla. ¡Viva España! ¡Viva Franco! (entonces) ¡Viva Granada! Y a cada uno de esos vivas contestábamos también a todo pulmón: ¡Vivaaaa! Y nos íbamos tan contentos sin pensar en nada más que si el concejal lo había hecho bien o se había equivocado, o qué demonios sería eso de ínclitos. Ahora creo que, como es lógico, en vez de Franco se nombra al Rey y también se añade otro viva a Andalucía por aquello de la comunidad autónoma, pero ya ha dejado de ser una fiesta para niños porque casi siempre la lían los de la ultraderecha peleándose con los de la ultraizquierda y seguro que este año meten la nariz también los del 15M que se apuntan a un bombardeo.
Y es que desde hace unos años nos hemos puesto a cuestionar esta celebración, por lo que cada año tenemos un comunicado de Granada Histórica y Cultural a favor de ella como referente del momento en que Granada se incorporó a la civilización de Occidente y otro comunicado –o varios- de distintas asociaciones que califican a esta ceremonia como racista, fascista, xenófoba, excluyente, humillante para los musulmanes y no se cuantas cosas más. Incluso, en una ocasión se publicó un manifiesto que firmó Carlos Cano (que también se apuntaba a todos los bombardeos) y que tuvo mucha repercusión dando lugar a la canción del paisano que lleva por nombre Moros y cristianos.
Lo malo es que algunos años la cosa ha pasado a mayores, pues a los defensores pacíficos de la ceremonia se han sumado grupos de ultraderecha de toda España que acuden a la Plaza del Carmen con ganas de camorra y terminan por chocar con los otros grupos o con las fuerzas del orden. También se ha dado el caso de que detractores del acto insulten a los militares que toman parte en él, produciéndose situaciones muy tensas.
Mientras, los distintos ayuntamientos han tratado de contentar a todos añadiendo y quitando partes a la ceremonia, intentando cambiarle el nombre sin el menor éxito, haciendo otros actos “multiculturales” en distintos sitios, sumando a la comitiva un tipo con chilaba, alfanje y cara de no saber qué pinta allí, o subiendo a la Alhambra a morirse de frío recitando poemas árabes.
Pero el resultado de todo esto es que ya los padres no llevan a sus hijos a ver tremolar el pendón por miedo a los incidentes y esta costumbre festiva e inocente se perderá por desconocimiento de las generaciones venideras, pues ya hay jóvenes que van por las noches de botellón sin haber contestado nunca ¡¡Queeeee!! un 2 de enero en la Plaza del Carmen.
Reflejo del actual momento cívico-histórico español en todas, repito t-o-d-a-s, las autonomías. Somos tan exquisitamente cuidadosos y políticamente correctos que se nos está olvidando sentir y solo pensamos en conveniencias del momento.
ResponderEliminarUna pena. De lo que cuentas no tenía ni idea, pero era una tradición y se esta destruyendo por el qué dirán".¡Uff!
Yo pienso que son ganas de complicar las cosas y crear problemas innecesarios, cuando tantos problemas serios hay de los que ocuparse.
ResponderEliminarNo entiendo esas peleas ni a favor ni en contra, son ganas de sacar las cosas de quicio. A este paso no se podrá celebrar nada pues siempre habrá alguien a quien le moleste y ahora tenemos que ser políticamente correctos que esto nos está llevando a perder la objetividad de las cosas.
ResponderEliminarEspero que la celebración de hoy se termine sin problemas.
Tampoco este año ha podido estar la fiesta en paz y ha sido agredido un periodista. A pesar de eso, el periódico dice que se ha celebrado con normalidad. ¿Será que ya consideramos normales las agresiones.
ResponderEliminarTodo producto de la intolerancia azuzada por los extremos. ¡Qué pena!
ResponderEliminarHabría que cambiarle el nombre por Día de la Tolerancia a ver si así nos enteramos.
ResponderEliminarVisto desde muy lejos y con otra Historia aprendida, los desencuentros locales quedan opacados hasta casi desaparecer ante la magnificiencia de la ciudad en que vives.
ResponderEliminarUna ciudad con mucha Historia, pero que nos sirve de arma arrojadiza en rencillas inútiles.
ResponderEliminarPor lo que he leido "La celebración del Día de la Toma de Granada", lleva varios años envuelta en polémica,escritores, artistas y profesionales -Antonio Gala, Carlos Cano, Amín Maalouf, Roger Garaudy, Juan Goytisolo, Luis García Montero, Miguel Ríos o Yehudi Menuhin, expresaron su rechazo público con el manifiesto 2 de enero de 1995, desde entonces colectivos como Granada Laica, SOS Racismo o la Asociación Pro Derechos Humanos, han tratado de abolir la fiesta y lógicamente en la celebración existen grupos ultraderechistas que suelen alimenter las discrepancias.
ResponderEliminarEse es el manifiesto que dio lugar a la canción de Carlos Cano porque el alcalde de entonces -probablemente Gabriel Díaz Berbel, más conocido como Kiki- les dijo que si tanto defendían el periodo musulmán, que se pusieran un turbante y una chilaba.
ResponderEliminarEs una pena que los ultras tomen la calle y no dejen disfrutar a las gentes de bien. Como de costumbre, somos demasiado permisivos con los delicuentes.
ResponderEliminarEn mi opinión no se trata de ningún acto reprobable y esos que tando defiende la cultura musulmana harían bien en defender los derechos de todos, incuyendo la situación en la que tienen a sus mujeres.
Abrazos.
Lo que no podemos es trasladar lo que ocurrió entonces al momento presente. Como dice el historiador D. Antonio Domínguez Ortiz: Gustará o no, pero las cosas fueron así y no pueden negarse sin falsear la Historia y renegar de los propios apellidos.
ResponderEliminarEsta mañana han vuelto a lo mismo. Es que te echan de la calle!!! Estoy mas harta de todos ellos!!
EliminarDe los unos y de los otros.... Yo pensaba salir hoy, pero entre el mal tiempo y lo que siempre ocurre, se me han quitado las ganas. Esas banderas de tu foto me dan escalofríos.
EliminarTodo lo echan a perder, ya no se puede celebrar nada...
ResponderEliminarY la guinda del pastel la ha puesto la pandemia, ya que este año no se ha celebrado.
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