2/5/19

Cuando aplazar es renunciar





El hombre no comprende -ignora tantas cosas-…

Concha Lagos

      
      Esta mañana le has dicho a un hombre joven que ibas a renunciar a algo, que has hecho siempre, porque ya está empezando a sobrepasar tu capacidad física. Él ha contestado con toda naturalidad que, claro, hay que adaptarse a las circunstancias, y tú le has dicho que esas circunstancias son limitaciones propias de la edad. Todo muy normal, muy natural. Ley de vida, como se dice siempre. Un proceso por el que pasa todo aquel que vive lo suficiente como para llegar a ello.

      Pero, parafraseando a Concha Lagos: 

      El joven no comprende -ignora tantas cosas-…

      El joven no sabe lo duro que eso resulta. Lo frustrante que es ir reduciendo tu espacio, el mundo que abarcas, porque lo que antes estaba cerca empieza a estar lejos. Todo está ya demasiado lejos. La distancia ya no se mide lo mismo. El joven no sabe lo triste que es ir renunciando a pequeños sueños (los grandes quedaron muy atrás), intuir que aplazar ya es renunciar. Por supuesto que no ignoras que él también tiene pequeños -o grandes- sueños por cumplir, pero él puede aplazar, tiene tiempo por delante. Ese tiempo que a ti te falta. Ese tiempo…

8 comentarios:

  1. El 24 de mayo de 2009, escribías un artículo titulado Una habitación propia, allí hablabas de Virginia Woolf, sobre la diferencia de espacio ocupado por el hombre y la mujer, a la vez incluías el poema "Los obstáculos" de Concha Lagos.
    En definitiva "QUÉ TRISTE ES LLEGAR A VIEJO" (fragmento de Ana Lilia Trunidad Campos)
    Hoy meditaba y pensaba en lo triste que es llegar a viejo
    cuando sentado me quedé mirando hacia la nada
    al ver los pasajes en mi memoria como una película...
    Mis hijos crecieron forjando sus metas
    subiendo peldaños hasta realizar sus sueños
    formando cada uno su propia familia...

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    1. De esa entrada he tomado el verso de Concha Lagos, pues me resultaba más fácil que buscarla en el libro de donde copié el poema, pero no lo he enlazado sabiendo que buscadores natos como tú la encontraríais.

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  2. Pues sí,da rabia cuando cada paso es irremediablemente cansado y las articulaciones se resienten hasta del esfuerzo mínimo; da rabia que el tiempo trote y los meses parezcan dudar tan poco; da rabia todo lo pospuesto y hasta algunas opciones tomadas y que nunca pudieron hacerse reversibles... Pero también está ese baúl de recuerdos rebosante de vivencias, experiencias, seres amados que te amaron... Y cada instante presente; porque, por fin, el presente tiene sentido y puede valorarse; porque puedes vivir el hoy, el momento, el ahora mismo de una música, de una palabra, de una sonrisa; porque sigues siendo la dueña de tu presente, de acomodarlo a tu situación o hasta de desesperate. Pero, por encima de limitaciones... Carpe diem!

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    1. Lo peor es lo del título de esta entrada: no poder aplazar. Saber que es ahora… o nunca. Porque eso es perder la esperanza. Y sin esperanza es difícil vivir. Vivimos de esperanzas casi siempre, de pequeñas o grandes esperanzas, esperanza de un mundo mejor o de una vida personal mejor. Pero el horizonte está cada vez más cerca y el tiempo nos lleva cada vez más deprisa hacia él.

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  3. Mucha tristeza o tal vez desolación por esta etapa que transitamos. Hay altibajos, a veces se aplaza, a veces se posterga, a veces se consigue. Es duro enfrentarse a ello, pero la adaptación es parte de la vida y la aceptación más aún aunque muy difícil. Serenidad sería la palabra para enfrentar situaciones o anhelos postergados. Un abrazo mirando al horizonte, allí nos encontraremos todos. Beso cariñoso

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    1. El otro día, leí un estudio que se había hecho encuestando a una buena cantidad de personas mayores, para ver su orden de valores y preferencias, aquellas cosas de su vida a las que daban más importancia. Y lo que estaba en primer lugar, a mucha distancia de lo demás, era el contacto con sus familiares cercanos. Por tanto, la persona que carece de esos familiares cercanos, se encuentra en desventaja a la hora de enfrentarse a esta recta final de la vida.

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  4. Antes de los cuarenta ni siquiera se piensa en ello, mucho menos se comprende. A partir de los 45-50 uno empieza a atisbar lo que se le viene encima, sobre todo si cuenta con personas mayores que le vayan advirtiendo, pero todavía no creemos que sea algo que nos pueda pasar a nosotros. Es con el primer contratiempo físico, cuando lo sufrimos en nuestras propias carnes, cuando sí nos hacemos conscientes. Y para entonces ya es tarde.

    Yo lo sé. En mi caso, no es que pretenda obviar la realidad, solo digo que cuando me duelan los huesos, cuando me duela todo, la queja no me curará. Intento ser positivo, lo cual es fácil cuando no tengo graves contratiempos. Ya veremos qué pasa cuando me toque de verdad, quizás entonces también me queje, pero me parece que seguiré buscando el lado amable de la vida hasta el final porque esa es mi forma de ser.

    Y el tiempo no vuelve, independientemente de la edad que tengas. Lo que no has hecho a los veinte no lo harás a lo treinta, y así sucesivamente. Podrás coger otros trenes, pero los que marcharon no volverán. Lo ideal es darse cuenta lo antes posible, para no desperdiciar las oportunidades.

    Ánimo, valor y al toro.

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    1. Yo no diría que lo de arriba es una queja. Te puedes quejar de los impuestos o de los políticos, porque eso puede llevar a que los impuestos sean más justos o los políticos más honrados. Pero quejarte de ser viejo no te lleva a ninguna parte, no vas a volver a los 20 años y, además, en muchos casos, tampoco querrías hacerlo. Lo que se hace a estas alturas es desear haber llegado a esta etapa en otras condiciones. Y eso, a pesar de que tú pienses que está en nuestra mano, yo te aseguro que no, que no somos tan dueños de nuestra vida como creemos. Por supuesto que no niego la libertad, el hecho de que ciertas decisiones tomadas en la juventud, producen sus efectos en la vejez, pero no todo es así, es más, me atrevería a decir que lo más importante no depende de nuestras decisiones, no está en nuestras manos. Al menos, esa es mi experiencia.

      Y esto remite a mi comentario anterior, como se puede apreciar claramente.

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