Dos señoras jóvenes se encuentran en la puerta del supermercado, una que sale y otra que entra.
-¿Ahora vienes?
-Ya ves que horas, pero he tenido que ir a casa de mi tía.
-¿Tu tía Paca? ¿Vive aun?
-Con una cadera recién puesta y noventa años, que no se a que espera para morirse.
-¿Ahora vienes?
-Ya ves que horas, pero he tenido que ir a casa de mi tía.
-¿Tu tía Paca? ¿Vive aun?
-Con una cadera recién puesta y noventa años, que no se a que espera para morirse.
Y luego no quieren que los viejos nos deprimamos…
...
A cuento de una entrada en Cartujerías
Ese post llevaba bastante tiempo guardado como borrador en la bitácora. Cada vez que lo releía me daba un no-sé-qué, algo de miramiento por si se podía malinterpretar mi postura personal, así que decidí echarme al monte... y le di al botón de publicar.
ResponderEliminarNo creo que se pueda confundir tu postura con la de esa gentuza, pero como dije en tu blog, lo realmente grave es que esas ideas están también en la gente de la calle. Ya ves esta señora y te aseguro que lo dijo tal cual, que no es una caricatura.
EliminarLo decía porque ese primer párrafo capturado no es precisamente alentador.
EliminarLa conversación que transcribes refleja esas sentencias bocachanclas que, de tan habituales, no resultan alarmantes. Quienes así se expresan ni han reflexionado sobre la burrada que sale de sus labios; si meditaran, serían conscientes de que las siguientes tías Pacas serán ellas mismas -si acaso llegan a esa edad-.
Sé que en algún comentario ya lo he dicho, pero no me resisto a volver a incluír el texto de una jota que, de niño, escuché muchas veces en boca de una cantadora, ya fallecida:
Eliminar"El castigo que merece
quien con su madre (o padre, tía, tío...) se ensaña
es que cuando tenga hijos
le salgan de su calaña".
Precisamente por lo habituales son alarmantes, pues reflejan una tendencia muy clara en la sociedad de apartar todo aquello que molesta, incomoda y no se ajusta al patrón dominante: persona joven y consumista. Los mayores consumimos poco en las tiendas, pero mucho para la sanidad o la hucha de las pensiones, así que tenemos en contra varios sectores. Por un lado los economistas, por otro el dios consumo y los que viven a su sombra, y finalmente el más cercano: los que se ven obligados a cuidar de los viejos por parentesco. Indudablemente, hay excepciones y todos conocemos personas mayores que están cuidadas con generosidad por sus hijos… pero también conocemos lo contrario. Sería bueno que se cumpliera siempre lo de la jota con estos últimos…
Eliminar...y también es una cuestión de vivencia personal. De educación. Quienes crecen en una familia donde a los abuelos se les respeta, atiende y mima, aprenden a valorar el esfuerzo y la generosidad de su padre y su madre y, cuando estos llegan a la vejez, repiten, por amor, el mismo esquema.
EliminarMi madre, que tiene esa sabiduría de los años, dice de una vecina que siempre se queja de las pocas visitas que le hacen sus hijos: “Cómo quiere que se desvivan por ella con el mal ejemplo que les dio con su suegra”.
EliminarNo te creas. Yo he visto muy de cerca a una señora que cuidó de su madre durante años en condiciones lamentables y sacrificándose por ella lo indecible y luego ella fue maltratada por hijos y nietos, que habían vivido lo anterior en su propia casa. El ejemplo les sirvió para hacer todo lo contrario. Por desgracia, no se cumple siempre lo de tu primer comentario ni tampoco lo que dice tu madre. En la vida no siempre recibe cada cual lo que merece...
EliminarEs para morirse de risa...
ResponderEliminarLo que se oye en el metro, en la cola del súper, en la peluquería! La gente no piensa lo que dice y si lo piensa, es que estamos un poco mochales!
Yo creo que es más bien para echarse a llorar. Lo oyes y te dan ganas de pedir perdón por estar viva y comprando en el super...
Eliminar- Yo Jubi, por la autoridad que me ha sido conferida, os declaro marido y mu... quería decir que para que la tía Paca se aproveche de la cadera nueva, se le conceden 20 años más de vida, que los disfrute y que procure no bailar twist o rock and roll por si acaso, no vaya a ser que la nueva y flamante cadera, tenga fecha de caducidad.
ResponderEliminarMe temo que la tía Paca se va a morir pronto, pero no de los años o de la cadera, sino de falta de cariño.
EliminarNo somos conscientes de cómo las palabras pervierten nuestras ideas y las pronunciamos sin darnos cuenta de su significado, restando importancia a algo que sí la tiene. La esperanza de vida ha subido tan rápido que no nos ha dado tiempo a adaptarnos, y de mayores nos encontramos con muchos años con problemas que no habíamos previsto. Yo me fijo mucho en los que me sacan diez, veinte años; es algo no de ahora, sino que he hecho toda mi vida, en una forma de prever lo que pueda pasarme si llego a esa edad. Es la única forma que conozco de adelantarse a los hechos.
ResponderEliminarComo ya hemos comentado otras veces, no todo es previsible. Se dice que "la vida da muchas vueltas"... y es verdad. ¿Como puede prever un matrimonio mayor que sus hijos van a morir antes que ellos y se van a encontrar solos en sus últimos días? ¿Y como puede imaginar un hombre joven, que está trabajando por su futuro, que una enfermedad o un accidente va a cambiar totalmente ese futuro? Yo tengo ya muchos años y he visto muchas situaciones que no eran en absoluto previsibles.
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