7/7/20

Epidemias


Jonas Salk (Foto de Wikipedia)


      Hace meses, antes de la pandemia, vi algo por la calle que me impresionó. Delante de mí caminaba una inmigrante americana con una niña de unos 9 o 10 años, que en una de sus piernas mostraba las señales inequívocas de haber sufrido poliomielitis. Y digo que me impresionó, porque me pregunté donde habría crecido esa criatura para no tener acceso a la vacuna, que ha conseguido erradicar la enfermedad en la mayoría de los países.
      Recordé entonces mi infancia, cuando la polio afectaba a tantos niños, cuando era tan corriente verlos arrastrando aquellas piernas delgaditas y paralizadas. Y recordé el miedo que pasé cuando la niña de una vecina, a quien yo había tenido en brazos días antes, amaneció pataleando en su cuna con una sola pierna. Miedo que me lo pasé a solas, pues cuando mis padres me preguntaron alarmados si había estado con ella en esos días previos de la incubación, les dije que no para no asustarlos. Pero cómo me tocaba las piernas al despertarme para ver si las sentía, cómo comprobaba si podía moverlas… Y así hasta que fue pasando el tiempo y me tranquilicé. Hasta la próxima, claro, hasta que hubiera otro caso cerca. O muchos y se dijera que había epidemia de poliomielitis. 
      Pero es que llegaban los veranos y con ellos la tosferina. Menos grave que la polio, pero muy molesta y que también provocaba algunas muertes. Y volvían mis padres a decirme: "No te acerques a Fulanito, que tiene tosferina, no juegues con tus amigas de la calle tal, que hay allí varios casos". Y veías niños revolcándose con la tos, congestionados, rojos como un tomate, vomitando… A algunos los llevaban a la sierra porque se decía que con la altura mejoraban y se les quitaba antes, pero el caso es que seguían tosiendo todo el verano. Otra epidemia para la que no había vacuna ni tratamiento. 
      Y el sarampión, que pasé con 13 años, y las paperas con 17. Con novio y la cara hinchada… 
      Quiero decir con esto que en aquella época convivíamos con las epidemias, sabíamos que periódicamente llegaban y no se podía hacer nada, solo confiar en que no te tocara. 
      Como ahora, ni más ni menos.

16 comentarios:

  1. No existían las vacunas, ahora existen (excepto para los anti-vacunas). Para el virus que ataca ahora no hay vacuna todavía. Supongo que en el futuro dirán: "es que en ese tiempo no existía pero ahora sí"...

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    1. Habrá vacuna para este virus, pero estarán luchando contra otros...

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    2. ¿Qué es la vida sino una constante lucha?

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    3. Optimistas estamos últimamente...

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  2. El mundo no es uniforme y los avances médicos no están al alcance de todos los humanos. Tampoco cosas tan elementales como el agua potable para beber y asearse. Lo que aquí recibimos a través de la medicina pública hay países que no está al alcance económico de la mayoría de las personas. Así de triste.
    Un abrazo.

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    1. Sin ir más lejos, en la mayoría de los países de la rica Europa, la sanidad no es totalmente gratuita y, en esta pandemia, hay quien se ha encontrado con facturas de hospital que no puede pagar. ¿Sabemos lo que cuestan tres meses de UCI?

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  3. Llevamos conviviendo con virus y bacterias desde la primera célula viva y el propio cuerpo es capaz de generar mecanismos de defensa contra las intrusiones, además de la capacidad humana para estudiar, experimentar y crear vacunas que van creando barreras protectoras. Pero los virus van a seguir existiendo, fortaleciéndose y mutando; pensemos en el de la gripe, que es uno de los virus más insidiosos que muta continuamente lo que obliga a renovar constantemente las vacunas según una cepa u otra. La gripe, como la covid19, se ceba en aquellos organismos de frágil inmunidad, y son a esas personas a quienes se recomienda vacunarse cuando comienza la temporada gripal.

    El problema de la inmunización mediante vacunas es siempre el mismo: el acceso a las mismas. Hay quienes no tienen acceso ni a las vacunas más elementales, y es difícil que, a corto o largo plazo, lo tengan, y esa situación ayuda poco a la erradicación total de enfermedades. Por otra parte, si la covid19 no hubiera afectado de lleno a la llamada sociedad occidental y se hubiera limitado a cebarse en los lugares habitualmente deprimidos, quizás incluso ignoraríamos su existencia o, como mucho, conoceríamos, por algún medio, que en tal o cual país, una extraña gripe estaba asolando la población. Nada más.

    Lo que deberíamos extraer de esta pandemia es la importancia de un Sistema Sanitario Público efectivo, preparado y con medios humanos y materiales suficientes y capaces de enfrentarse a una alarma sanitaria como la que se ha producido. Ergo, hay que dotar la Sanidad Pública al máximo porque es nuestra garantía vital. Y, por otra parte, es necessrio y urgente destinar partidas generosas a la investigación científica de carácter público, porque en ella está la salvaguarda no en las multinacionales farmacéuticas que no buscan sino engordar los dividendos de su accionariado.

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    1. Vengo siguiendo algo que me ha intrigado desde que empezó la pandemia. Entonces pensamos todos que cuando llegara a África sería una masacre, pues los sistemas sanitarios de la mayoría de los países son muy endebles, pero mira lo que está ocurriendo, que se están defendiendo mejor que nosotros. ¿No será esto una advertencia de la Naturaleza, de Dios (o como queramos llamarlo) para decirnos que nosotros, el Primer Mundo, somos tan vulnerables como los demás?

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  4. Justamente esa reflexión hice días antes, diciéndole a mis hijos y nietos, que llevábamos un trozo de alcanfor colgando en el pecho para evitar el contagio, igual íbamos al colegio. Me escucharon asombrados, aunque considero que de otra manera pero esto es algo más grave. Y quedarán secuelas, ya sea a nivel pulmonar y también cognitivas. En fin, deseo que estés bien junto a los tuyos. Beso grandote

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    1. Las secuelas de la polio también eran graves y había niños que morian o quedaban ciegos de sarampión. Hasta la simple rubeola tenía consecuencias que ahora se evitan.

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  5. Es cierto, siempre hemos estado rodeados de virus, pero los antiguos eran más tontos, este último ha debido ir a escuela de pago y ha aprendido mucho, modernizándose para no ser detectado a tiempo.
    Llegará el día que sepamos combatirlo eficazmente.

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    1. Y, como ya he dicho más arriba, se habrá vencido este, pero se estará luchando contra otro.

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  6. El mundo mejora, y una de las pruebas es que cada vez hay más acceso a la sanidad en todo el planeta. Pero estamos muy lejos de llegar a la perfección, y todavía hay muchísimo por mejorar. La lucha contra los virus es continua, se libra desde que nació la primera célula y seguirá hasta el Juicio Final. Lo que ha cambiado es nuestra forma de vida, que ahora es mucho más global, hasta el punto de que los seis grados de separación han quedado obsoletos, y eso nos pone en riesgo al tiempo que facilita la investigación. Superaremos esta pandemia, pero vendrá otra; es ley de vida.

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    1. Quizá el problema está en que no todos los virus son nuestros enemigos, no se trata de librar una batalla contra ellos hasta que no quede ni uno, pues hay virus que son necesarios y yo creo que la ciencia terminará por descubrir un equilibrio entre unos y otros, lo mismo que en agricultura se ha aprendido a combatir las plagas con otras plagas.

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    2. Me haces dudar, pero ¿virus necesarios? No conozco ninguno. Bacterias, sí, ¿pero virus?

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    3. Yo soy de letras y de estas cosas no se nada, por lo que me limito a leer en fuentes que se supone fiables, preferentemente en papel, pero también digitales como esta. Ahora, desde el punto de vista filosófico e, incluso, creyente, estoy convencida de que no puede haber nada en el mundo, en la naturaleza, que esté ahí con el único objetivo de matarnos o hacernos daño. Si lo hace, es porque hemos hecho un mal uso de él. ¿Por qué este virus ha "saltado" al hombre? Pues los murciélagos conviven con él sin problemas. ¿Por qué lo de las vacas locas? Por no mencionar aquel brote en Alemania en 2011, que arruinó a los cultivadores de pepino de Granada, Almería y Málaga, porque los alemanes se empeñaron en que la bacteria estaba ahí, cuando luego resultó que la habían causado ellos al forzar la germinación de semillas para las ensaladas. Que a saber que falta hace comerse esos tallitos...

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