...pues todo se me olvida si tengo que aprender a recordarte. Remueve y conmueve. Lo escuchaba y me parecía ver a Almudena Grandes escuchándolo. Fascinada ella. Gran poeta este hombre. En su boca se vive el poema.
Con los años, ha aprendido a leer su poesía, pues la primera vez que lo oí no me gustó como lo hacía. Era muy joven cuando la leyó en un pequeño círculo de no más de 15 o 20 personas y, ya digo, salí pensando que su poesía me gustaba más leída que recitada por él. Ahora este poema me gusta mucho de las dos formas, pues sabiendo por lo que ha pasado y lo que hay detrás de esas palabras, impresiona oírlo.
Recitar no es sencillo y es, también, un aprendizaje porque no se trata de una lectura más y, a la vez, ha de ser sutil; recitar sin que se note excesivamente que lo estás haciendo. Ahí reside la dificultad.
Ya sabes que aunque de joven he leído mucho, han sido libros de aventuras, de ciencia ficción, de intriga, pocas poesías y poca literatura, excepto las que por obligación nos hacían leer en el colegio, sin embargo esta me ha resultado muy amable, muy amigable, muy entendible.
Pero esto llega... Y más si eres granadina, pues el hijo de Chiqui Montero no ha perdido su acento de Granada, a pesar de llevar muchos años en Madrid.
El macasar (Chimonanthus fragans o praecox) es un arbusto procedente de China y Japón, que alcanza una altura de dos a tres metros y que tiene la peculiaridad de que, en pleno invierno, de sus ramas desnudas y leñosas brotan las flores. Unas flores pequeñas, pero con un olor intenso, penetrante y, a la vez, delicado. La historia de Granada está muy ligada a esta planta, que se menciona en poemas árabes. Actualmente es difícil verla, pues sólo se encuentra en algunos jardines antiguos y, sobre todo, en los cármenes y jardines privados. Aquellos que llamó Soto de Rojas “Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos”.
Sólo la poesía es capaz de expresar lo que de otro modo sería inexpresable...
ResponderEliminarUn abrazo!
La buena poesía, pues se lee algunas veces cada cosa... Abrazos para ti.
Eliminar...pues todo se me olvida si tengo que aprender a recordarte.
ResponderEliminarRemueve y conmueve. Lo escuchaba y me parecía ver a Almudena Grandes escuchándolo. Fascinada ella.
Gran poeta este hombre. En su boca se vive el poema.
Con los años, ha aprendido a leer su poesía, pues la primera vez que lo oí no me gustó como lo hacía. Era muy joven cuando la leyó en un pequeño círculo de no más de 15 o 20 personas y, ya digo, salí pensando que su poesía me gustaba más leída que recitada por él. Ahora este poema me gusta mucho de las dos formas, pues sabiendo por lo que ha pasado y lo que hay detrás de esas palabras, impresiona oírlo.
EliminarRecitar no es sencillo y es, también, un aprendizaje porque no se trata de una lectura más y, a la vez, ha de ser sutil; recitar sin que se note excesivamente que lo estás haciendo. Ahí reside la dificultad.
EliminarNo, no es sencillo. Sobre todo en el verso libre, en donde la "música" está en las pausas, sin la ayuda de la consonancia o la asonancia.
EliminarYa sabes que aunque de joven he leído mucho, han sido libros de aventuras, de ciencia ficción, de intriga, pocas poesías y poca literatura, excepto las que por obligación nos hacían leer en el colegio, sin embargo esta me ha resultado muy amable, muy amigable, muy entendible.
ResponderEliminarGarcía Montero milita en lo que llaman "poesía de la experiencia" y su lenguaje es siempre asequible, por más que sea poético cien por cien.
EliminarUna maravilla, y eso que, como sabes, no soy muy fan de la poesía en general.
ResponderEliminarPero esto llega... Y más si eres granadina, pues el hijo de Chiqui Montero no ha perdido su acento de Granada, a pesar de llevar muchos años en Madrid.
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