17/9/24

Visitas turísticas

 


      En el Patronato de la Alhambra se está estudiando lo que llaman un Plan Director, que replantee las visitas al monumento y establezca nuevos itinerarios, pues tal como está y a pesar de restringirse el número de visitantes, hay momentos en que está masificada y eso daña un monumento tan delicado e, incluso, perjudica a los visitantes, que ven gente en lugar de belleza.

       Ante esto, lo primero que me viene a la memoria es la cantidad de veces que he pensado lo bueno que sería poder distinguir las personas que van porque disfrutan con ello de las que solo buscan la foto ante la Fuente de los Leones para decir: he estado ahí. Y, de esta forma, facilitarlo a los primeros y ponérselo difícil a estos últimos. Difícil y caro, si es preciso.

      Una amiga, cuando se jubiló de una profesión relacionada con las Artes y las Letras, se afilió de voluntaria en la cárcel y su misión era acompañar como guía a grupos de reclusos en visitas a monumentos y museos de la ciudad, dándoles unas sencillas explicaciones sobre lo que estaban viendo. Me contaba entonces que encontró en estos grupos personas nacidas y vividas aquí que no solo no conocían la Alhambra, sino que ni siquiera habían entrado nunca en la Catedral, Capilla Real, Casa de los Tiros, Corral del Carbón...y demás etcéteras. Vio también que había algunos que se habían apuntado a esas visitas para salir unas horas de su encierro, pero que otros se quedaban extasiados ante lo que estaban viendo y costaba arrancarlos de allí. Recuerdo que me emocionó aquello y pensé que estas personas de vidas complicadas merecerían estar en libertad y entrar gratis a todos esos monumentos.

      Curiosamente, unos días después, coincidí con esta amiga y su grupito de reclusos en un museo, me sumé al grupo y disfruté lo más grande compartiendo con ellos la visita y ayudando a la guía en sus explicaciones.

 

9 comentarios:

  1. Ignoraba que a las personas encarceladas se las llevara de ruta cultural. ¿Esas actividades extracarcelarias se llevan a cabo solo en Granada o en todas las ciudades con centros penitenciarios?

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    1. Ignoro si esas visitas culturales se hacen en otras ciudades. Es más, tampoco sé si aquí se siguen haciendo o aquello fue idea de un director concreto en nuestra prisión de Albolote. Lo único que sé es que existe esta asociación, aunque no detalla sus actividades.

      https://granadasocial.org/listado-voluntariado/avopri-i-asociacion-de-voluntarios-de-prisiones/

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    2. Luego miro el enlace. Gracias.

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  2. Eso de limitar es una tentación poderosa que me asalta a menudo, por ejemplo cuando veo gente comiendo pipas en la playa o enterrando las colillas en la arena, cosa que se soluciona con una multa que en España no está bien vista por gran parte de la población.

    Pero luego pienso que no somos quién para decidir quién va y quién no, por mucho que pensemos tener la razón. Créeme, te entiendo...

    El turismo masificado es un problema a nivel global de difícil solución. Quizás cuando llegue el mundo virtual, esos que solo buscan la foto se queden en casa, pero simplemente somos demasiados humanos en este planeta. Y lo del turismo lo podemos extender a otros ámbitos de la vida.

    Había una chica en Madrid, en mi universidad, cuya primera vez fuera de la ciudad fue para ir a la universidad. ¿Te imaginas? Por desgracia, la falta de interés, junto con los ajustados medios, provocan situaciones como ésta. Y es una lástima.

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    1. Como tú dices, no somos quienes para decir quién entra a un sitio o visita un monumento, pero sí podemos exigir que se limiten las visitas de forma que se pueda vigilar mejor al que se lleva un "recuerdo" de un mosaico de la Alhambra o deja el recuerdo de sus iniciales en una pared. En una ocasión y para hacer una foto en el Corral del Carbón, apoyé el codo levemente en un pilar de piedra y el vigilante me llamó la atención, cosa que me pareció justa, pues no debería haberlo hecho, ya que no es lo mismo apoyarte en un semáforo para no mover la cámara, que en un pilar del siglo XIV.

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  3. La foto que uno se hace en un lugar que visitas también es para tener un recuerdo en el futuro y rememorar algún momento bonito, yo suelo ser de los que hacen muchas fotos, me gusta la fotografia y he realizado distintos cursos, lo que si digo es que cuando preparo un viaje, me documento sobre lo que veré y de lo que comeré, es verdad que he escuchado en el otro extremo del mundo decir "como la tortilla de patatas de España no hay nada" esto no es viajar, esto es perder el tiempo y el dinero, la cultura de hace abriendo mucho los ojos y fijándote en cada uno de los rincones de la ciudad, del país que visitas y de las personas que en ella viven. Una de las cosas que más se aprenden de los viajes es visitando sus mercados, una de las cosas si siempre tengo en cuenta.
    Saludos

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    1. Por supuesto que a todos nos gusta hacer fotos cuando viajamos y yo las he hecho hasta 'turisteando" por mi propia ciudad, como se puede ver en esa imagen de arriba. Y es precisamente en esas visitas a nuestros monumentos cuando he visto cosas que me han dejado con la boca abierta y me han llevado a pensar que hay un turismo, el que llaman de masas, que no nos interesa, pues lo único que hacen es degradar monumentos y lugares que estamos obligados a conservar para las futuras generaciones.
      Hace unos años, leí una reseña de esas de Google, en la que un visitante de la Alhambra se quejaba de la desilusión que se llevó al ver que los palacios no estaban amueblados, que estaba "desnuda" decía. ¿Merece esa persona ocupar un puesto en el número restringido de visitantes?

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  4. Este agosto, una influencer de esas con medio millón de seguidores visitó el Parque Nacional de Ordesa acompañada de dos amigos y dos perros rottweiler. Ordesa es un paraje Patrimonio de la UNESCO y reserva de la biosfera con unas reglas visibles en carteles donde se prohibe bañarse en las pozas y cascadas y llevar animales de compañía sueltos y sin bozal, en caso de tratarse de perros peligrosos.
    La tal influencer subió un vídeo a Instagram en la que tanto ella como sus amigos como los rottweiler (sueltos y sin bozal) se bañaban en las pozas, en las cascadas... El vídeo fue visto por el Seprona y vecinos de la zona que la recriminaron amén de denunciarla por saltarse las normas. Cómo se puso la doña... Que encima —respondía— que hacía publicidad de Ordesa (que hay que ser bien lerda para creer que gracias a su vídeo se sabrá que Ordesa existe)... Que con el dinero que se había dejado en el pueblo y en el hotel (como si por eso tuviera cancha libre para pasarse las normas por los tirantes de la camiseta)... Y bla, bla, bla.

    Tanto se calentó la cosa que le llovieron insultos a cascoporro y se armó un pifostio de órdago, porque hay quienes aprovechan lo que sea para demostrar que de educación van escasos. Resumiendo, que a turistas como la influencer (que advirtió que, si vuelve, actuará igual) más vale perderlos que encontrarlos.

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    1. Pues eso, que al turista, aunque sea de cercanías, habría que exigirle sacarse un carnet que acreditara un mínimo de cultura, otro de educación, cuarto y mitad de sensatez... y dos dedos de frente. De esta forma, no haría falta vigilantes y ese dinero se podría emplear en bonos gratis para quien reúna esos requisitos pero no tenga medios económicos.

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