Es un libro pequeñito, triste, poético y muy tierno. La autora de la traducción dice en el Prólogo que es la historia de un niño que una vez, un día, descubrió el dolor y se hizo adulto precozmente.
Yo os digo que me hizo llorar un verano de hace muchos, muchos años. Que me gustó y que os lo recomiendo.
Yo os digo que me hizo llorar un verano de hace muchos, muchos años. Que me gustó y que os lo recomiendo.
Décima edición. Editorial EL ATENEO Buenos Aires Octubre de 1976
Qué rabia tenerte tan distante geográficamente.
ResponderEliminarPero me tienes cerca virtualmente. Apróvechalo y nos beneficiaremos los dos.
ResponderEliminarDichosos los ojos que te leen, Fer.
Qué gusto volver a ver uno de los libros que robaba de la biblioteca de mis padres....es que ahora casi no tengo acceso a ellos (¿será porque nunca los devuelvo?).
ResponderEliminarEn el estante de abajo veo unos volúmenes amarillentos...¡qué intriga!
Estante de abajo: Amarillentos y grisáceos. Amarillo, Platero y yo; grises, los ya mencionados de Losada en el post anterior.
ResponderEliminarHooooooooooooooola, vengo en son de paz, jajajaja, claro que defiendo tu cipreses. me quedé enamorada de ellos en florencia y en tu albaicin son lo más, pero me dan miedo y fíjate si estoy un poco chiflada qe hablo con la sombra de mi ciprés que está enooooorme para hacerme amiga de él...
ResponderEliminarGracias por la sugerencia del libro.
Un besote grande
La tertulia no va a entender de que va lo de los cipreses cuando hablamos de naranjas y limas. Explico:
ResponderEliminarSi seguís el enlace de Mª Ángeles, encontraréis un blog muy bien diseñado y muy bien escrito. Y en este último post, un cierto menosprecio del ciprés y una defensa a ultranza por mi parte.
¿Aclarado?
Sin embargo, algunos tertulianos encontramos una notable relación entre la historía de Mauro de Vasconcelos y el mito griego de Cipariso (Ciprés para los romanos).
ResponderEliminarEl dolor producido por la muerte de alguien cercano, el "descubrimiento" de la muerte por parte de un niño y el doloroso paso hacia la madurez, están en el corazón de ambas historias.
¿Quien me iba a decir a mí que con un comentario casual en "Íntimo y personal" me estaba introduciendo en la Mitología griega?
ResponderEliminarSofocador es como Google: lo que él no sabe es que no existe.
También yo he llorado con este libro, aún en su relectura.
ResponderEliminarSi haz leído "Mi planta de naranja lima", no puedes dejar de leer "Vamos a calentar el sol", donde se cuentan las andanzas de la niñez de Zezé, y su entrada en la adolescencia.
Como puede leerse en la cotratapa del libro "Vasconcelos reinventa el lenguaje y el pensamiento adecuados, para hacerse entender por los niños y comunicarse emocionalmente con los adultos"
No leí la continuación porque me dijeron que se cumplía lo de que "segundas partes nunca fueron buenas" y no quise estropear el recuerdo de esta. Veré de hacerlo ahora.
ResponderEliminarEn lo que he reparado al releerla es que está escrita "en argentino", cosa que ya me resulta muy familiar por el contacto con los del otro lado del mar.
Es seguro que no será igual al primero,porque jamás se viven sentimientos tan profundos como los que provoca "Mi planta...." de igual forma.
ResponderEliminarPero es seguro que en el relato te remontarás a tu niñez.
¿Quién de nosotros no se sintió, en esa época,identificado con un personaje de la ficción, o tuvo al menos un amigo invisible...?
LLevo todo el verano sin visitarte, pero ahora ya estoy aquí.
ResponderEliminarMe he puesto a repasar todos los posts que no he leido y me he encontrado con éste que me ha traido a la memoria muchas cosas (que ya te comenté en su momento).
Recuerdo el post en que tú le recomendabas a Carlos,el Profe, este libro, y cómo él te contaba que no lo conocía pero que intentaría leerlo. Efectivamente lo compró y lo dejó en la pila de libros de su mesita de noche, esperando turno.
No le dio tiempo de leerlo. Pero yo sí que lo leí, después de su muerte, porque sabía que era uno de esos libros que había comprado con curiosidad y por consejo de una amiga.
Yo lo disfruté y sufrí con él. Creo que Carlos seguro te hubiera agradecido la recomendación de este gran libro, tierno y duro al mismo tiempo.
Muchos besos.
¡Hola, Yedra, bien venida!
ResponderEliminarRecordaba lo que me dices y lo tuve presente cuando subí este post. Lo que no sabía es que tú llegaras a leerlo. Me alegro de que te gustara.
Siempre hay un libro que recordamos con especial cariño aunque no haya sido el mejor de los que hayamos leído, pero quizás su temática era la adecuada en ese momento en que lo leímos.
ResponderEliminarEste libro me gustó mucho en su momento y también cuando lo releí para este post.
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