Ayer, en el supermercado, vi como una señora introducía entre su ropa un envase de embutido loncheado. Su precio: poco más de un euro. La seguí, tomó una barra de pan y pasó por caja abonándola. Luego desapareció rápidamente camino de la calle.
Yo continué llenando mi carro, pero con el desasosiego de haber presenciado algo que no era un juego, ni un trastorno mental, ni siquiera un delito, sino una tragedia doméstica, cotidiana.
Y hoy encuentro en el periódico esta información de Miguel Allende.
Sobran las palabras. No hay nada que añadir.
Yo continué llenando mi carro, pero con el desasosiego de haber presenciado algo que no era un juego, ni un trastorno mental, ni siquiera un delito, sino una tragedia doméstica, cotidiana.
Y hoy encuentro en el periódico esta información de Miguel Allende.
Sobran las palabras. No hay nada que añadir.
Qué desastre tan grande, esto de la crisis. Porque hay gran parte de culpa colectiva, de derrochar cuando venían vacas gordas, pero hay quien siempre ha ido justito y ahora va ahogadísimo.
ResponderEliminarQuizá Uds. no estén tan tristemente acostumbrados a estas cosas como por aquí en Argentina, que venimos de crisis en crisis desde hace más de 30 años.
ResponderEliminarY pese a que se supone que somos un país exportador de alimentos, hay mucha gente que está la está pasando muy mal.
El caso que yo presencié y los que mencionan en el reportaje son realmente lamentables, pues la mayoría de las veces se trata de pobres "vergonzantes", que sienten reparo en pedir asistencia en los servicios sociales o en las instituciones como Cáritas que, al menos, no los dejarían pasar hambre.
ResponderEliminarLos asaltos a supermercados, en Argentina, son hechos reales y hay documentación desde
ResponderEliminar1989 (quizá antes).
"Nota de Perspectiva Ciudadana"
Y aprovechando que los de verdad necesitados robaban alimentos, otros cargaban los carritos con televisores o equipos de aire acondicionado.
Es difícil decir que estamos ...acostumbrados.
Que no podemos diferenciar un pobre de verdad de un vivillo que aprovecha este caos para hacer "la suya" sin pensar más.
Totalmente de acuerdo con tu conclusión: una auténtica tragedia.
ResponderEliminarSiempre he dicho que, hurtar (que no es lo mismo que "robar")y para poder comer no es delito. Obviamente, siempre habrá que intentar seguir otro tipo de cauces para no llegar a todo esto.
En todo caso, también hay que decir que más del 50 % de los hurtos en supermercados son como consecuencia de las malas actividades de algunos de sus empleados y los desechos (caducidades o roturas que se hacen pasar por simples "hurtos") de las mercaderías existentes.
El Gobierno (todos los Gobiernos -municipal, autonómico, estatal...) tienen que moverse bastante MÁS, para evitar estas miserias y estas gravísimas tragedias.
Saludos.
Hola a todos, soy el autor de la fotografía, lo primero dar las gracias por poner la fuente de la información, por desgracias no es muy habitual y lo segundo es que cuando me comentaron la noticia me puse a pensar que foto hacer, y se me ocurrió la que definitivamente se publicó, nunca pensé que tendría que ilustrar una noticia así, pero lamentablemente dejará de ser noticia al hacerse habitual, chao.
ResponderEliminarNo tienes que dar las gracias,Ramón L. Pérez, pues es lo que corresponde. Si hubiera sabido que tenías blog, te hubiera pedido permiso para utilizar algo que es de tu propiedad. Por tanto, soy yo la que te da las gracias por haber completado mi post.
ResponderEliminarUf! Más no, por favor!
ResponderEliminarRigoletto
Que ilusa... En un principio pensé que se refería a la crisis.
ResponderEliminarPero no se extrañe, señor Rigoletto, una tiene derecho a promocionar su trabajo.
Coincido con la definición de "pobres vergonzantes" y me parece injustificable ¿se avergüenzan por pedir y no lo hacen por robar?
ResponderEliminarLos otros, que Nfer llama vivillos, para mi siempre fueron ladrones.
Senior, esto también ocurría en tiempos de bonanza. Hay gente que padece de cleptomanía; y hay gente necesitada en cualquier época, aunque bien es verdad que esa necesidad se ha visto incrementada ahora por la crisis.
ResponderEliminarLos servicios sociales se ven desbordados, y el resto de ciudadanos solemos mirar para otro lado ante la duda de si los que piden en la calle para comer lo harán por necesidad o porque alguna mafia les empuja a ello.
Pablo: Siempre ha habido -y habrá- personas que hacen del pedir su "profesión" y cuando se les ofrece trabajo no lo quieren. Pero a esos los conocemos todos en los barrios y a nadie engañan.
ResponderEliminarnirene: En cierto modo entiendo el proceder de esos pobres vergonzantes. En una sociedad de consumo en la que tener se confunde con ser, para alguien que ha tenido una buena posición es humillante que los amigos y hasta familiares conozcan que está pasando necesidad.
Y en ese aspecto, le doy la razón a NaaN. Hace años frecuentaba las mismas tiendas que yo una casada joven y con hijos que, a temporadas, compraba lo mejor, lo más caro, lo que se podía considerar de lujo, y en otras épocas se llevaba de la carnicería deshechos alegando que eran "para el perrillo". Un día vi como la carnicera se volvía de espaldas y le metía en la bolsa unos trozos de pollo. Cuando se fue, viendo que me había dado cuenta, me explicó el caso. El marido de aquella chica tenía un trabajo inestable, ganaba mucho, pero luego se quedaba en paro durante muchos meses. ¿Por qué no guardaba de los meses buenos para los malos? Pues porque hubieran perdido su estatus.
Desgraciadamente no hay nada que decir, como bien dices. Es una tragedía y lo peor es que estas situaciones de pobrera real, de falta de recursos, todas las penurias que afectan al común de los ciudadanos, no merece la mínima atención de nuestros poderes gubernamentales, opsición y demás instituciones, a los quew únicamente parece preocuparles el saneamiento de la banca, las pérdidas de los empresarios, sean de la construccción, de la induatris automovilística, etc.
ResponderEliminarEl bienestar de los ciudadanos y la gente de calle no merece valoración alguna, y mucho menos medidas para solventar la situación.
Perdón, pero me enciendo por momentos.
Estupenda y denunciadora entrada.
Ya sabemos que tanto al gobierno como a la oposición lo que le importa son los votos, y muchas de esas personas que están pasando apuros no votan. Como muy bien ha dicho Pablo Saldaña, tal vez el colectivo que está sufriendo más esta crisis es el de los inmigrantes, muchos de los cuales están regresando a sus países igual que vinieron o peor, ya que quizá dejaron aquí una casa a medio pagar comprada con su trabajo de años.
ResponderEliminarMuy acertado este post, refleja la diaria situación de muchas familias, más de las que creemos y más de las que quisiéramos, espero.
ResponderEliminarLeídos los comentarios, poco me queda que añadir. Somos variados y hay de todo. Algunos, los menos, se acostumbraron a gastar más de lo que tenían, porque había créditos, tarjetas y un sueldo que llegaba todos los meses... Amén de una gran presión de todos los medios publicitarios para crearnos necesidades materiales cada vez más innecesarias. El mercado de producción.
Ahora la situación es otra.
"Creerse de un determinado status", quizá este sea el error. ¿Necesitamos realmente pertenecer a un determinado status? ¿Somos más importantes por ello como personas? Humm!
Quizá sea esa la lección que deberíamos aprender todos de esta crisis: que no somos más por tener más dinero o llevar una vida de lujos.
ResponderEliminarLlevamos tiempo ya sumergidos en la crisis y los robos o hurtos o como se les quiera llamar siguen realizándose, pero no nos engañemos, no todos son producidos por el hambre y la necesidad.
ResponderEliminarPor supuesto que no, que hay ladrones de "vocación", pero también hay personas como la señora del post que roban por necesidad, pues el mismo riesgo corría ocultando un envase de jamón ibérico que el de ese embutido barato, pero se llevó solo lo mínimo para hacer unos bocadillos.
Eliminar