Esta tarde, en el Salón de Plenos del Excmo. Ayuntamiento de Granada y ante un numeroso público -entre el cual se encontraba esta humilde escribidora- ha sido presentada la reedición del libro de Francisco de Paula Valladar La invasión francesa en Granada 1810-1812, con un estudio biográfico preliminar obra de D. José Antonio Mesa Segura.
Presidió el acto D. Melchor Saiz-Pardo, Defensor del Ciudadano y presentó al señor Mesa D. Eduardo Roca, miembro del Comité encargado de la organización de este Bicentenario.
A continuación, D. José A. Mesa Segura pasó a hacer un recorrido por la figura de Valladar (1852-1924), periodista, escritor, investigador y director-editor de la revista de Artes y Letras La Alhambra. Y sobre todo, un enamorado de su ciudad, que nunca ha sido reconocido por esta en todo su valor.
Con este acto dan comienzo las conmemoraciones programadas con motivo de cumplirse los dos siglos (que ya es tiempo) de aquella invasión venida del otro lado de los Pirineos.
Nota: Dada la crisis coyuntural y la estrechez presupuestaria del Ayuntamiento, tampoco hubo canapés.
Presidió el acto D. Melchor Saiz-Pardo, Defensor del Ciudadano y presentó al señor Mesa D. Eduardo Roca, miembro del Comité encargado de la organización de este Bicentenario.
A continuación, D. José A. Mesa Segura pasó a hacer un recorrido por la figura de Valladar (1852-1924), periodista, escritor, investigador y director-editor de la revista de Artes y Letras La Alhambra. Y sobre todo, un enamorado de su ciudad, que nunca ha sido reconocido por esta en todo su valor.
Con este acto dan comienzo las conmemoraciones programadas con motivo de cumplirse los dos siglos (que ya es tiempo) de aquella invasión venida del otro lado de los Pirineos.
Nota: Dada la crisis coyuntural y la estrechez presupuestaria del Ayuntamiento, tampoco hubo canapés.
Hubo un tiempo en que yo diferenciaba dos tipos de canapés municipales (no aquí, sino en el pueblo del cinturón donde vivía entonces): de crisis (o de salchichoncillo perruno) y electorales (de casa Velázquez). Claro, que entonces le llamábamos crisis a cualquier cosa.
ResponderEliminarSaludos,
Rigoletto
Es que las crisis no son ya lo que eran...
ResponderEliminarUna presentación sin canapés es como un jardín sin flores. La ventaja es que, al no haberlos, acude menos gente y se está mas holgado... pero no es lo mismo.
ResponderEliminarLo malo es que no hay una advertencia previa y alguien, frustrado, puede prender fuego a los tapices.
ResponderEliminarY sería una pena, porque al lado está el pendón de los Reyes Católicos. (Y que conste que no me estoy refiriendo a ningún político)
¡Ja Ja Ja!
ResponderEliminar¿Pero acaso la cultura también pasa por el estómago?
Pues no, señor Sofocador. En este caso no ha sido así, ya que se presentó un interesante libro sin más aportación por el Ayuntamiento que las luces de unas arañas que asesinaron mis fotos, obligándome a cortar la cabeza al más alto representante de nuestro país.
ResponderEliminarSofocador, La cultura pasa por el estómago:
ResponderEliminar- Somos lo que comemos (un médico dixit)
- Los ejércitos marchan sobre sus estómagos.(Un militar dixit)
- Primo mangiare e doppo filosofare (un filósofo hambriento dixit).
Ahora, si la presentación es buena, mejor si hay canapés. Si la presentación es mala, mejor si hay canapés: la conversación puede ser desviada del tema y sostenerse sobre los canapés.
Señor "protagonisto" del acto: Para el próximo libro deberá ajustar mejor las condiciones con el Ayuntamiento, ya que aquí la clientela ha optado unánimemente por las presentaciones con canapés.
ResponderEliminarLo más importante es que esas conmemoraciones sirvan para que todos (la sociedad granadina, en su conjunto) conozcamos qué ocurrió y cómo se desarrollaron aquellos hechos y a primeros del siglo XIX. Tanto lo bueno como lo malo.
ResponderEliminarY es que, después de aquella invasión napoleónica, nos llegó otra invasión incluso más tirana y más sangrienta con "el Deseado". Más bien, fue un auténtico prócer del terror, e indeseable.
Invasión que se llevó por delante, entre otros muchos, a nuestra Marianita Pineda, de la cual tenemos que hablar otro día.
ResponderEliminarInvasión que fue efectiva pues apuntó justo donde debía: Fíjense cuantas veces usamos aquí (en este españolísimo blog) la muy francesa palabra canapé.
ResponderEliminarPor otra parte, no se si será que estamos por aquí en Argentina, tan adaptados a la crisis permanente, que no hemos notado que en las presentaciones y actos culturales nunca hay "bocaditos".
El afrancesamiento no es del todo efectivo ya que la palabra canapé la usamos en plan de broma, un poco como ridiculizándola. Lo habitual es decir que se ha servido "una copa de vino español", lo cual incluye nuestras tradicionales tapas.(*)
ResponderEliminar(*) Un pincho de tortilla o unas lonchitas de jamón serrano no tienen nada que ver con un canapé.
Y en parte gracias a la invasión napoleónica, acabamos contagiados del liberalismo naciente, que posteriormente haría que no se aceptará el absolutismo del "Deseado" (tenía guasa el sobrenombre).
ResponderEliminarSobre los canapés, aquí hay verdaderos expertos en presentaciones y actos que se rigen por la calidad y abundancia del coctel. Están muy valorados los del Instituto Cervantes y los de la Casa de Galicia. jejeje
Tanta guasa como llamar Reina Virgen a Isabel I de Inglaterra simplemente porque no se casó....
ResponderEliminarNo estoy yo muy segura de que haya que celebrar ninguna invasión, pero en fin, parece que a los políticos les encanta.
ResponderEliminarBueno, no fue exactamente celebración, sino conmemoración, que es distinto, pero creo que a algunos les hubiera gustado que fuera lo primero.
Eliminar