…A mí me ha salido ya la hoja roja en el librillo de papel de fumar.
Ella alzó los hombros aturdida:
-Como no se explique más claro…
Aún insistió el viejo:
-El día de mañana estos cuatro trastos serán para ti- y respiró fuerte.
Ella vaciló y, finalmente, tomó un vaso y lo apuró hasta el fondo. Al terminar, sus manos temblaban y en sus ojos obtusos se había hecho repentinamente la luz. Puesta en pie, miró dócilmente al viejo, que también se había levantado, y sus ojos se llenaron de agua. Dijo apenas con un hilo de voz:
-Como usted mande, señorito.
Descansa en paz, Miguel Delibes.
Muy curioso: esta mañana, apenas me he enterado de la muerte de Delibes en ideal.es, he insertado un comentario que hablaba de que la había salido ya la hoja roja...
ResponderEliminarLeí esta novela, en esta misma edición justamente, allá por los setenta. Aún era joven, pero llegué a entrever el mundo de la decrepìtud, la vejez y la muerte. Ahora veo más directamente el sentido de la novela.
Rigoletto
Supongo que todos nos hemos acordado hoy de este libro de Delibes.
ResponderEliminarMi intención era dejar unos días más el post de Gil Craviotto, pero la actualidad manda y Delibes se merecía un recuerdo en este día en que se nos va uno de los mejores escritores de los últimos tiempos.
Una gran pérdida, ciertamente.
ResponderEliminarDon Miguel merece que le dediquemos un sitio en nuestra memoria y mucho más.
R.I.P.
Bienvenida, Gala. Estás en tu casa y espero seguir viéndote por aquí.
ResponderEliminarAsí es, en Argentina la colección salió a la venta a través de la Biblioteca Básica Salvat, y allá en los estantes de la casa vieja está también este, que leí cuando adolescente.
ResponderEliminarTodo, o casi todo, me era ajeno y lejano. Aún así la buena prosa me hizo seguir leyendo hasta el final.
Hay libros que se apoderan de los lectores y éste fue uno de ellos.
El significado de muchas palabras me era ajeno - todavía hoy me sorprende el no poder pronunciar correctamente " vallisoletano" -, pero ahora vuelve a mi memoria la novela y todo parece distinto, cuando ya la jubilación es una realidad, cuando ya los años empiezan a pesarme, cuando empiezo a desinteresarme de lo que creía me interesaba.
Y para colmo, afuera, llueve.
Y para colmo, afuera, llueve..
ResponderEliminarEse final no puede ser más literario....
Pero yendo a lo práctico, aquellos libros que nacieron como una forma de difusión de la literatura, eran de una sola lectura o, como mucho, de dos, ya que se deshojaban como una margarita en Primavera.Pero cumplieron su objetivo de proporcionar buena lectura a muy bajo precio.
También, Senior Citizen, fue una colección que pretendió ser enciclopédica y abarcar distintas ramas del saber (con su código de colores) pues hubo títulos de literatura, pero también de arte, de tauromaquia, de leyes, humor gráfico... Fue algo que me sonó a nuevo.
ResponderEliminarRigoletto
Ahora que lo dice, recuerdo aquello. Sin embargo, creo que no tengo más tomos que estos de narrativa y alguno de poesía que tenían el mismo aspecto, como la Antología Poética de Antonio Machado.
ResponderEliminarPor problemas técnicos y además porque por aquí no llegaron los libros de Gil Graviotto no pude comentar en el post anterior.
ResponderEliminarPero de Don Miguel Delibes sí nos ha llegado su prolífica obra y mucho de su trabajo en la Real Academia Española. Su partida significa una pérdida importante para quienes hablamos este idioma.
Si bien su pasión por la caza se destacaba en casi todos sus escritos, su amor por la naturaleza en todas sus expresiones compensaba aquella ancestral inclinación de los hombres. Sólo basta leer “La tierra herida” para entender su pensamiento al respecto.
Pero sí, lo que me ha impactado más aquí, ha sido la imagen de ese libro de la entrañable colección Salvat. ¡Qué años aquellos en que estas ediciones al alcance de casi todos, llegaban a todas partes! Aún guardo varios de esos rústicos ejemplares en mi biblioteca y en el camino inevitable hacia esa “hoja roja” de vez en cuando los abro con nostalgia.
Por lo que yo he leído, la pasión por la caza de Delibes era más bien una pasión por el campo y la naturaleza, ya que no solía matar animales grandes "a los que pudiera verles los ojos". He conocido muchas personas que en las cacerías no le dan la menor importancia a volver sin una pieza, porque lo que les interesa es la salida al campo, el ambiente, la comida en común con los amigos, etc. De hecho, tengo un amigo que ha simultaneado la caza con el senderismo, terminando por optar por esto último.
ResponderEliminar.
ResponderEliminarYo no sabía de la muerte (o la existencia) del señor Delibes, pero me llenó de gracia ver en la portada del libro un nombre muy usual en mi biblioteca:
Salvat.
Verás, en mi pais son muy usuales. Tan usuales, que los encuentras en todas las librerías de viejo... Esa colección de Salvat en especial, o de la colección SepanCuantos de Porrua.
Son tan usuales, que un libro llega a costar menos de 15 pesos (o sea, menos que un euro). Es por esta razón que yo los compro muy seguido (soy amante del aroma de los libros viejos y, por lo tanto, de las librerías de viejo).
Por la colección Salvat yo he leído a Goethe, a Ortega y Gasset, y a tantos otros.
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Ayer vi llorar a las encinas, a los robles, álamos, olmos y carrizos mientras a lo lejos una perdiz imaginaria sobrevolaba el páramo castellano.
ResponderEliminarHein?: Si puedes, te aconsejo leer algo de Delibes. De él dice hoy Ana Mª Matute: "Utiliza un castellano magnífico, sin que llegue a resultar cargante. Fluye como lo hace el agua de un manantial".
ResponderEliminarCreo que no te será difícil encontrar obras suyas. Incluso hay muchas en bibliotecas virtuales.
Pablo: Los castellanos lo váis a echar de menos. Era un referente para vuestra tierra, pero lo seguirá siendo en sus obras.
Leía en un periódico digital (creo que era en Público) una especie de carta o escrito de Miguel Delibes, en donde decía que su muerte como escritor fue en mayo de 1998 y tras salir totalmente demacrado de una mesa de operaciones. La verdad es que, su lectura conmueve y pone los pelos como escarpias.
ResponderEliminarEsta noche volvieron a poner "Los santos inocentes" en La 1. Creo que ya la he visto en 10 ó 12 ocasiones. Y sigue emocionándome. Cada vez más.
Ya conocía esa declaración de Delibes sobre que su muerte como escritor se produjo en el 98, cuando lo operaron en la clínica La Luz y que aparece en sus "Obras completas". Con estas palabras se despedía de la literatura, lo que demuestra lo lúcido que fue este hombre hasta el final.
ResponderEliminarEstupenda obra de Delibes, acertadamente traída hoy como homenaje al escritor. Buena entrada Senior citizen.
ResponderEliminarNo tengo en mi biblioteca los libros leídos de este autor, y de otros muchos; eran épocas en que ni las ediciones económicas podía comprar,y los tomaba en préstamo en bibliotecas públicas.
ResponderEliminarNo he leído La hoja roja y quizás sea éste el momento de hacerlo.
Es un libro triste y duro, sobre todo para los que ya somos mayores, pero está maravillosamente escrito.
ResponderEliminarEs que Delibes es muy duro en general...
ResponderEliminarTienes razón, porque Los santos inocentes (sin ir más lejos) también tiene lo suyo.
ResponderEliminarDelibes es durísimo. En "Las ratas", se muestra a dos oponentes luchando por lo más mísero, la posibilidad de cazar ratas. Lo repugnante como supervivencia lleva al crimen. El ser humano ya no puede caer más bajo....
ResponderEliminarRigoletto
Nunca he querido leer "Las ratas". Eso ya me superaba.
ResponderEliminarNo leí "La hora roja", quizás ahora que retomo las lecturas sea buen momento para hacerlo.
ResponderEliminarY quizá también sea el momento de releerlo para mí.
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