Nuestra vida es una sucesión de pequeñas decisiones que luego tienen grandes consecuencias, pero que en el momento de tomarlas no lo sabemos, no calculamos a donde nos pueden llevar.
Hace un par de meses dejé este comentario en el sitio de una bloguera que me había visitado por primera vez. Yo suelo comentar a bote pronto, sin meditarlo demasiado, por lo que salí rápidamente y volví a mis ocupaciones.
Sin embargo, horas después, regresé y copié el comentario porque me di cuenta de que había expresado una experiencia vital y muy presente en mí ahora por diversas circunstancias.
En la recta final de mi vida he llegado a la conclusión de que pocas veces a lo largo de ella he tomado grandes decisiones, pocas veces he elegido entre dos caminos distintos. Pero esos caminos estaban ahí aunque yo no los viera, estaban esperándome tras una simple vereda, tras un pequeño seto que yo aparté al caminar pensando que era algo circunstancial, sin importancia.
Hace un par de meses dejé este comentario en el sitio de una bloguera que me había visitado por primera vez. Yo suelo comentar a bote pronto, sin meditarlo demasiado, por lo que salí rápidamente y volví a mis ocupaciones.
Sin embargo, horas después, regresé y copié el comentario porque me di cuenta de que había expresado una experiencia vital y muy presente en mí ahora por diversas circunstancias.
En la recta final de mi vida he llegado a la conclusión de que pocas veces a lo largo de ella he tomado grandes decisiones, pocas veces he elegido entre dos caminos distintos. Pero esos caminos estaban ahí aunque yo no los viera, estaban esperándome tras una simple vereda, tras un pequeño seto que yo aparté al caminar pensando que era algo circunstancial, sin importancia.
* * *
El no saber que pasará mañana es lo que muchas veces nos impide decidir cambiar de ruta.
ResponderEliminarNo creo que exista un tiempo para hacerlo; es necesario juntar el coraje para tomar el camino desconocido (y por ello temido) y marchar por él, sin importar que en el que venías transitando casi haz cumplido todas las etapas.
Me siento halagada que hayas usado una de mis fotos para tu blog.
El no tomar una gran decisión no quiere decir que no se opte por un camino u otro, sino que la elección se hace muchas veces sin ser muy consciente de ello y mediante pequeñas decisiones.
ResponderEliminarEstoy totalmente contigo en que son las pequeñas decisiones que tomamos sin prestarle mucha atención las que en realidad marcan nuestras vidas.
ResponderEliminarEste artículo me hizo recordar unos libros que leíamos mi sobrina y yo y que después de cada capítulo te hacían una pregunta y dependiendo de lo que contestaras, la historia, en la que tu eras protagonista, tomaba distintas rutas. Recuerdo que en una ocasión no seguimos el mismo camino a pesar de leer el mismo libro y yo acabé feliz y mi sobrina en la hoguera. Y así es en la vida real, dependiendo de las decisiones que tomes en cada momento te encontrarás con un final u otro.
Te felicito por este estupendo artículo y a Niere por su foto que es preciosa y que refleja a la perfección el tema que expones hoy.
La historia de la literatura, el teatro o el cine está llena de obras con dos finales partiendo de un hecho circunstancial, de una opción sin importancia, pero lo que parece ficción es real en la vida.
ResponderEliminarHay quienes piensan que la filosofía "sólo" es un pensamiento cuasi-metafórico de la vida. Pero la realidad, es todo lo contrario. La filosofía, es la vida.
ResponderEliminarLa vida nos hace pensar sobre lo que hemos hecho y hemos dejado de hacer. Los caminos de la vida los encontramos en el día a día, si bien, los senderos de nuestras decisiones pueden brillarnos desde la lejanía, y cegarnos en su cercanía.
Muy buena y reflexiva entrada. Aunque discreparé: no creo que estés en la recta final de nada.
Saludos.
Totalmente de acuerdo sobre lo que dice Toni Sagrel sobre la vida y lo de la recta final... ¿Tú crees que tu vida es recta? Más bien creo que no hacemos más que espirales, y no demasiado amplias unas vueltas de las otras. Como tú dices, decisiones casi inadvertidas que van conformando distintos senderos, pues a veces, más pareciera que ni caminos son.
ResponderEliminarAl menos pensamos sobre ello, algo es algo.
Un pequeño aparte, la mimosa ha florecido, está preciosa. Te pondré una foto para que la veas.
Un abrazo.
Perdón, se me olvidó poner el nombre en el comentario anterior.
ResponderEliminarPues si no os gusta lo de la recta final podemos hablar de la curva final, pero sería absurdo a mi edad pensar en principios....
ResponderEliminarMafalda: Para mí no era necesaria la aclaración, pues al mencionar la mimosa ya sabía quien eras. Iré a verla en cuanto la subas.
ResponderEliminarSenior:
ResponderEliminarTe he dedicado las fotos en un post. Espero que te gusten.
Un abrazo.
¡Que rapidez! Muchas gracias.
ResponderEliminarEl universo es un lugar lleno de caminos que se bifurcan y tan misteriosamente dispuestos, que aún cuando creemos haber elegido el nuestro, solo cumplimos con rellenar la pequeña parte que nos toca.
ResponderEliminar¿Realmente elegimos nuestro camino, Sofocador?
ResponderEliminarEl azar, las circunstancias, el momento... quizá nos distraigan a la hora de tomar decisiones, pero de nada sirve mirar por el retrovisor y, con la pespectiva que da la experiencia, juzgar si nuestra decisión fue acertada o equivocada.
ResponderEliminarPor supuesto que en la vida no podemos deshacer lo que hicimos, aparte de que sabemos en nuestro fuero interno que si se repitieran las circunstancias nuestra decisión, grande o pequeña, volvería a ser la misma.
ResponderEliminarEl miércoles hay un taller de poesía en la residencia que se encuentra mi madre, el otro día leí una prestada y fui bastante aplaudido.
ResponderEliminarEn esta ocasión mi madre me dijo "prepara una poesía y la lees en mi nombre".
Mira por donde la poesía escogida es "Yo voy soñando caminos" de Antonio Machado.
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
- La tarde cayendo está -
Quizá tú equivocaste tu camino y deberías haberte dedicado a rapsoda...
ResponderEliminarJajaja! Muy bueno lo de rapsoda referido a unjubilado. Buen toque de humos, Senior. Me parece un buen oficio el de rapsoda, entre otras cosas porque me suele gustar más la poesía leída por otros que por los propios autores. Habrá que preguntarle a unjubilado si le hubiese gustado. Por lo de pronto, la poesía escogida es fantástica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues mira, Mafalda, en eso difiero. A mí me gusta más la poesía leída por su autor/a por muy mal que lo haga. Sólo quien ha escrito un poema sabe donde tiene que poner las pausas y la entonación que había en su oído cuando lo estaba escribiendo.
ResponderEliminarSe me ocurre que parte de esa incertidumbre es lo que hace la vida interesante. Nunca sabemos lo que nos espera detrás de la próxima curva.
ResponderEliminar¿Derecha o izquierda? Nunca sabremos cuál es mejor, pero quiero pensar que algo sí tiene que ver el que meditemos antes de elegir.
Un abrazo.
Si no sabemos lo que hay detrás de la curva, a donde nos conduce ese camino, ¿como podemos meditar la elección?
ResponderEliminarCierto, totalmente cierto. Sé de sobra que cuando sea anciana sólo me arrepnetiré de no haber tomado decisiones.
ResponderEliminarQué duro me ha resultado leer este escrito.
Un saludo (vengo del blog de Mafalda)
Una gran verdad, a veces tomamos decisiones que nos parecen lógicas y tiempo después podemos pensar qué habría sido de nuestra vida si se hubiera tomado otra...Beso
ResponderEliminarNo tiene por qué ser duro, Angelusa. Una va viviendo y hace siempre lo que cree mejor... o lo que puede, y si al final de la vida resulta que se equivocó, no lo lamenta demasiado porque sabe que no tenía otra opción en aquel momento.
ResponderEliminarBienvenida a esta casa.
Teresa: Un amigo mío que quedó inválido en un accidente decía que el pretérito imperfecto del verbo haber no debería conjugarse nunca, ya que de nada sirve decir: si no hubiera hecho esto o si hubiera hecho lo otro, cuando el pasado no puede cambiarse.
ResponderEliminarSi entras en esta dirección: http://www.youtube.com/watch?v=nTXtl1v8EMY,
ResponderEliminarescucharás un video de youtube a propósito de tu post anterior (ompañías telefónicas). Se titula: La venganza del usuario.
Está genial.
Espero que te guste.
¡Qué razón tenía tu amigo, Senior! No debería conjugarse. No hay vuelta atrás, solo queda asumir y resolver lo mejor posible.
ResponderEliminarMi amigo sabía de que hablaba, pues él nunca podría volver atrás y no emprender el viaje que le dejó inválido.
ResponderEliminarEn cuanto al vídeo, lo conocía, pero he vuelto a reírme con él. Deberíamos hacer todos eso.