El 18 de Julio de 1936, sábado, en Granada hay total normalidad, aunque circulan rumores alarmantes sobre un levantamiento militar en Ceuta y Melilla y la sublevación de Franco en Canarias. Empieza a haber problemas de comunicación y el periódico sale con solo 8 páginas.
19 de Julio. Domingo. La rebelión salta a la Península, aunque en Granada el Comandante Militar Campíns se mantiene fiel a la República.
20 de Julio. Como lunes, IDEAL no se publica, pero se sabe que Campíns no ha podido resistir las presiones de los oficiales a su mando y ha sido detenido.
21 de Julio, martes. Se declara el estado de guerra. Aparece publicado el último bando de Campins y junto a él los nombramientos de los militares sublevados que van ocupando los puestos de mando de la ciudad.
22 de Julio, miércoles. La rebelión ha triunfado en Granada y parte de España. Comienza una tragedia de tres años que condujo a una larga travesía del desierto durante otros cuarenta.
Muy buena tu aportación, resumen y enfoque. Las dos entradas referentes al inicio de la guerra civil son prácticas y elocuentes. Hasta pronto, me quedo cavilando. Besos
ResponderEliminarSupongo que en cada ciudad el principio de la guerra fue diferente.
ResponderEliminarGracias por avisarme de la repetición del post. Lo subí tarde anoche y no me di cuenta de la habitual faena de Blogger.
De una forma sencilla diste entrada a un tiempo difícil y triste para nuestro país.
ResponderEliminarMuy interesante la prensa de la época que aumentando las fotos se puede leer bastante bien.
Lo bueno sería que se aprendiera de todo esto para que no volviera a suceder.
Una de las cosas que más echo de menos de mis abuelas son los miles de historias de la guerra.
ResponderEliminarComo dices, en cada lugar se vivió diferente. Gracias por compartir la vivencia de tu lugar...
Y, como ya ha dicho Leodegundia, a ver si hemos aprendido.
Leodegundia: Cuando compré a IDEAL los DVD de las portadas del periódico no me imaginaba que iba a poder utilizarlas en un blog. Los compré porque me resulta interesante ver lo que se publicó en su momento de cada acontecimiento o lo que sucedió en Granada el día que nací.Las portadas de estos días se han publicado ya muchas veces, pero hay otras más desconocidas que también son interesantes. Además, hay periódicos que ya tienen hemeroteca digital, pero IDEAL todavía no la tiene más que de épocas más recientes.
ResponderEliminarNaaN: Me contaban mis padres que al terminar la guerra se puso de moda llevar en la solapa una especie de pegatina que decía: Por favor, no me cuente su caso. Y es que todo el mundo quería contar sus desgracias de aquellos tres años y la gente lo que deseaba era olvidar aquel tiempo de horror del que nadie salió bien parado.
ResponderEliminarAl parecer 75 años no son suficientes para analizar con detalle y sin pasiones los hechos de la guerra civil, una calamidad que ojalá nunca más se repita.
ResponderEliminarDicen que para superar una guerra civil hace falta una generación, pero yo creo que eso está ya cerca de cumplirse y, sin embargo, las heridas siguen aun muy abiertas.
ResponderEliminarLa guerra, odiosa como todas, está ahí, en los libtros de historia. A mí meinteresa la gestión de la victoria, el franquismo, cuya sombra aún sigue si9endo alargada.
ResponderEliminarTambién es alargada la sombra de la guerra, pues no todo está en los libros de Historia. Está también la historia personal de muchas familias cuyas consecuencias aun siguen vivas en sus descendientes.
ResponderEliminarSiempre al día de aniversarios, aunque este no sea para celebrarlo y sí para recordar y tener presente... Habéis comentado sobre si se ha aprendido de esta terrible guerra (todas lo son, ¡claro!). Creo que sí, en cierto modo, pero no están cerradas las heridas, algunas fueron demasiado profundas y la cicatrización no ha finalizado.
ResponderEliminarGracias, Senior, por servirnos de "eterna memoria". Escueta y brillante tu exposición.
Preciosa tu ciudad, por la que he paseado hace poco y contemplado desde el Albaicín mientras escuchaba el maravilloso rasgar de una guitarra y la estupenda voz de un gitano en la plaza de San Nicolás. No pude evitar acordarme de ti y lo que me hubiese gustado verte a través de las ramas de un macasar.
Un abrazo fuerte.
Me alegro, Mafalda, de que el no verte por aquí ni en tu blog se deba a que andas viajando y si es por mi tierra, aun mejor. Y mira, en el Albaicín hay muchos macasares escondidos tras las tapias de los cármenes....
ResponderEliminarEstimada amiga preciosa entrada la tuya, de nuevo aquí estoy, y aqui encuentro la paz Que busco, Aquí te encuentro a tí y tu Sabiduría llena de luz y amor la fuerza poderosa que nos da vida. Gracias!
ResponderEliminarDesde mi Jaén natal un abrazo
Gracias por tu visita y por tus palabras, Miguel. Siempre serás bien recibido en este blog.
ResponderEliminarHay que mantener presente el pasado para evitar que no se repita, pero también hay que saber avanzar. No debemos mantener abiertas las heridas, porque no cicatrizarán nunca.
ResponderEliminarFue una época terrible de nuestra historia pero pienso que el presente y el futuro son más importantes.
Un abrazo.
Lo malo es que, como he dicho más arriba, hay personas que aun sufren las consecuencias de aquello.
ResponderEliminarHace unos cuantos años, en el periódico IDEAL cruzaron cartas y artículos dos granadinos, un notario y un escritor, que habían pasado por la experiencia de perder a su padre asesinado en la guerra, el escritor por los "nacionales" en Granada y el notario por los "rojos" en Málaga donde también era notario.
Ambos crecieron sin padre, ambos vieron llorar a sus madres, el escritor hablaba de su infancia llena de necesidades y el notario decía que la suya también lo estuvo, por lo que él estudió con becas. Y ahí estaba la diferencia: el escritor no tuvo becas porque era huérfano de un "rojo" y llevó ese baldón durante mucho tiempo. Para los de un bando la pesadilla terminó en el 39, para los del otro, continuó durante muchos años. La guerra está ya lejos, pero los 40 años de dictadura no.
En detalle bonito es que este cruce de artículos terminó citándose a comer juntos.
Nunca te fíes de las apariencias, Senior; puedo aparentar no estar pero sí estoy. Ya te dije en otra ocasión que yo te sigo aunque no comente (a veces gusto del silencio)y además, leo todos los comentarios que te hacen y que respondes. En mi blog es verdad que no estoy porque me gusta representar el papel que tú denominaste tan bien de "ojos del Guadiana".
ResponderEliminarY ojalá que mi "no verme" fuese por estar viajando continuamente, ¡jajaja!, pero no puedo permitirme tal cosa con los tiempos que corren. Tan solo escapaditas a la tierra en la que aprendí muchas cosas y en la que mi hija vio la luz por primera vez; y una visita a Granada porque tiene mucho que ver y yo no la pude disfrutar antes; también porque tú nos hablas mucho de tu preciosa ciudad y es como un homenaje a tu dedicación.
Pues creo que ya está dicho todo lo que tu comentario me sugirió. Ya ves que paso del silencio a la verborrea con mucha facilidad.Discúlpame.
Un abrazo grande grande.
Nada que disculpar. Me encantan los comentarios largos.
ResponderEliminar¿Has ido alguna vez por mis fotos en Flickr? Quizá te guste el álbum que hay ahora. Las fotos no son muy buenas porque ni la cámara ni la fotógrafa dan para más, pero el momento y el sitio sí es para recordar.
Cada día lo tengo más claro, en caso de haber nacido o vivido durante aquella época tan trágica de nuestra historia, me hubiese marchado de España. Sin lugar a dudas.
ResponderEliminarParticipar en la guerra, aunque te asista la razón ideológica y moral, las balas, las bombas y los crímenes te la quitarán.
Ayer vi una entrevista al padre del presidente de Perú, Ollanta Humala, quien se jactaba porque sus hijos se habían metido a la milicia para así, alcanzar "antes" el poder.
Ojalá, nuestro querido y siempre recordado amigo Ernesto, hubiese podido hablar sobre este tema tan histórico.
Un abrazo.
No fue tan fácil escaparse de la guerra. España se dividió rápidamente en dos zonas absolutamente separadas y era muy difícil pasar de una a otra. Hubo personas a las que les sorprendió en un pueblo de vacaciones y no pudieron regresar a su casa en tres años.
ResponderEliminarY yo también me acuerdo de Ernesto siempre que toco un tema histórico y echo de menos los comentarios que él hubiera podido hacer.