Foto de Alfredo Aguilar en IDEAL
Hace años, un amigo que tenía entonces a sus hijos entrando en la adolescencia, me dijo abrumado:
Quizá esto es lo que puede ocurrir si los deseos y exigencias del movimiento 15-M se cumplen: que tendríamos una democracia perfecta, una sociedad envidiable, una economía realmente justa, pero ¿seríamos competitivos? ¿nuestro país podría relacionarse en igualdad de condiciones con los otros países?
Perdonen ustedes, pero los años me han hecho escéptica.
Desde que nacieron, he procurado inculcar a mis hijos los valores que yo creo importantes, pero ahora me doy cuenta de que los he educado para ser desgraciados, pues esos valores no son los que priman en el mundo actual ni los que van a ayudarles a progresar en la sociedad en que vivimos.
Quizá esto es lo que puede ocurrir si los deseos y exigencias del movimiento 15-M se cumplen: que tendríamos una democracia perfecta, una sociedad envidiable, una economía realmente justa, pero ¿seríamos competitivos? ¿nuestro país podría relacionarse en igualdad de condiciones con los otros países?
Perdonen ustedes, pero los años me han hecho escéptica.
Cuando los valores están bien fundamentados, creo que es mejor ir medio pasando que vivir en la opulencia a costa del hígado ajeno: el fin no justifica los medios.
ResponderEliminarIndudablemente en el terreno personal, pero eso trasladado a un país... no se que te diga.
ResponderEliminarLas dudas a las que te refieres son las mias también. la juventud debe ser entusiasta, pero luego viene Juan con las rebajas de edad y experiencia...beso
ResponderEliminarCreer en la utopía es magnífico, pero también dicen que lo mejor es enemigo de lo bueno.
ResponderEliminarNi la democracia perfecta existe, ni la sociedad envidiable que alcance a todos, ni por supuesto una economía realmente justa. Y esto es así porque la gente exige pero no da, porque la gente cambia su opinión sobre lo que es justo o no dependiendo de en que nivel social se encuentre en cada momento y la economía nunca les parecerá justa porque unos siempre querrán que los que tienen mucho repartan con ellos y los que tienen mucho siempre dirán que los que no lo tienen que trabajen y se molesten como hicieron ellos.
ResponderEliminarSi la gente no es perfecta ¿cómo podemos pedir perfección?
Quizá es mucho pedir que estos jóvenes se den cuenta de la imposibilidad de muchas de sus reivindicaciones, pues tendría que cambiar todo el mundo para poder cambiar nosotros.
ResponderEliminarPedir a jóvenes utópicos que se conviertan antes de tiempo en maduros escépticos me parece pedir peras al olmo. La juventud ha tirado alto desde hace miles de años. Forma parte de la vida, del propio desarrollo humano.
ResponderEliminarTienes razón, pero precisamente por tratarse de jóvenes es por lo que desde el principio me ha llamado la atención que se hablase tanto de dinero. Es decir, cumplen los presupuestos en un sentido, pero no en otros. O quizá sea que los jóvenes son ahora distintos de como fuimos nosotros.
ResponderEliminar¿Pero es que somos competitivos en algo, salvo en sol y gastronomía? Uno se paséa por las principales calles de las ciudades españolas y sólo ve tiendas de ropa franquiciadas -la mayoría extranjeras-, puntos de venta de telefonía móvil, donde ninguno de los teléfonos es fabricado enb España. Lo ismo sucede con los automóviles, fabricados aquí, sí, pero con patente extranjera. ¿Qué nos queda? ¿Ládrillo y agricultura?
ResponderEliminarHombre, no exageres, que me ganas en pesimismo....
ResponderEliminarTengo tres hijos, la mayor después de trabajar en media docena de sitios está muy bien situada, pero ahora, siempre con el móvil a cuestas incluso los fines de semana.
ResponderEliminarEl mediano tiene su pequeña propia empresa, es el que me aloja mi blog, le deben bastante dinero los clientes, incluso hacienda le tiene que devolver unos 1000 euros de facturas de estamentos públicos sin haber cobrado todavía nada y ya ha tenido que ingresar el IVA.
El pequeño de momento, vive su vida y aunque esta indignado contra todo y contra todos, dinero que cobra dinero que se gasta en sus caprichos.
Por supuesto los cinco estamos indignados.
Pues menos mal que el pequeño se gasta su dinero, pues también podría gastarse el tuyo....
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