Hace días, en un blog al que llegué por casualidad, una mujer de 50 años contaba como en la cafetería en la que ella tomaba café descafeinado con sacarina y leche desnatada, una anciana entre 70 y 80 años, tomaba café café, con azúcar azúcar y leche leche.
Pensé comentar, pero el post era ya antiguo y el blog parecía poco atendido, por lo que pasé de largo, pero me dieron ganas de decirle que cuando una llega a esa edad considera que ya ha vivido lo que tenía que vivir, que el resto es propina, y que no vale la pena andar hecha la puñeta y tomando porquerías para prolongar un poco más nuestra residencia en la tierra.
Que dijo el poeta.
Pensé comentar, pero el post era ya antiguo y el blog parecía poco atendido, por lo que pasé de largo, pero me dieron ganas de decirle que cuando una llega a esa edad considera que ya ha vivido lo que tenía que vivir, que el resto es propina, y que no vale la pena andar hecha la puñeta y tomando porquerías para prolongar un poco más nuestra residencia en la tierra.
Que dijo el poeta.
Di que sí. Ya suficiente bien os portasteis toda la vida.
ResponderEliminarA lo que me refiero es a que yo me puedo privar de las cosas que me hacen daño inmediatamente, pues si se que el café con cafeína me pone nerviosa, sería tonta si lo tomara, pero muy distinto es lo que te puede perjudicar a muy largo plazo. Primero, porque el plazo ya no es muy largo y, en segundo lugar, porque los que tenemos años hemos podido ver como las cosas van cambiando, como lo que antes era malo, ahora es bueno y viceversa.
ResponderEliminarYo recuerdo cuando el aceite de oliva crudo era muy dañino y cuando beber mucha agua engordaba. Ahora el aceite es la panacea contra todas las enfermedades y tienes que beberte un pantano para estar sana y delgada.
Si y no. Por un lado toda la razón al decir que ni lo malo hoy era malo ayer y viceversa y que el tiempo es corto para andar midiendo absolutamente todo. Pero hay un peligro muy grande en el pensar ¿para qué?...total...
ResponderEliminarSe que tu reflexión es medida, pero personalmente conozco quien por esa regla de tres de "para lo que me queda" se mata poco a poco y la familia se resiente..
Es difícil envejecer...ser adolescente...vivir en suma. Un beso
Pues unos buenos tejeringos, calenticos y recién salidos de la sartén, con un buen café con leche, es de lo mejor que le puede a uno/a pasar en todo el día. Y en toda la semana.
ResponderEliminarAún recuerdo cuando vivía en Madrid, como los churros (allí les llaman porras) eran muy gruesos, bastante aceitosos y encima los ponían fríos. Y yo me decía, "estos no saben lo que bien que desayunamos en Graná".
Y como tú bien dices, si te hace daño, pues te abstienes. Pero si el daño es una vez al año, o al mes, pues a disfrutar.
Ya lo dijo mi abuelo: "Haz lo que hacen los médicos y los curas, no lo que dicen"
ResponderEliminarSí y no también, Tere-Incisos, pues ¿no nos estamos matando poco a poco desde que nacemos?
ResponderEliminarOff topic: Leodegundia y yo estamos buscando tu blog por tierra, mar y aire. ¿Es que ha cambiado de URL o ha desaparecido? Hasta te he enviado un mensaje por Facebook, que era el único medio que tenía.
Ya sabes, Toni, que ahora lo que está de moda es el pa amb tomàquet catalán.... pero sin saber hacerlo, pues en vez de frotarle el tomate le echan una cucharada de tomate en conserva y ponen el pan asquerosamente mojado y frío.
ResponderEliminarPablo Saldaña: Sobre todo si los médicos y los curas dicen hoy una cosa y mañana otra...
ResponderEliminar¡Válgame Dios! ¿Quién pone una cucharada de tomate en conserva? Hay que coger un tomate maduro por la mitad y restregarlo por el pan. Luego algo de sal y aceite. Preparado de otro modo, los catalanes no respondemos de ello.
ResponderEliminarTere, mi padre es diabético desde los 38 años. El padre de su mejor amigo era diabético, y murió a los 80-y-muchos; con una pierna amputada, y casi ciego (ambas cosas debido a la diabetes). El buen hombre no probó un postre ni una rebanada de pan ni una copa de vino en un montón de años, quizás desde la juventud. Sólo comía verduritas, pollo a la plancha... incluso por Navidad. Un modelo de persona que se cuida.
Mi padre ahora tiene 51 años. Nos resentiremos cuando muera, tenga más o menos años. Pero la idea de vivir 30 años más, por lo menos, sin probar nada que no sea "comida de enfermo", le hace enfermar aún más. Prefiere, los domingos, tomar un flan después de la comida, que puede ser una paella o un asado u otra cosa poco "de régimen".
Es decir, entre vivir hasta los 65 cuidándose lo justo y permitiéndose algún lujo o hasta los 85 cuidándose en extremo y siendo infeliz... para mí la respuesta está clara. Aunque no llegue a "muy viejo", que a los años que llegue por lo menos llegue contento.
Hasta cierto punto sí que esa anciana tiene razón, pero es conveniente cuidarse no por alargar la vida en años, sino porque los años que nos toque vivir sean lo menos agitados posibles.
ResponderEliminarNaaN: Es lo que a mí me pasa en otro orden de cosas. Se que hay que caminar porque es bueno para todo, pero soy incapaz de andar por andar, con el reloj en la mano contando los minutos que aun me quedan para completar el tiempo. Eso me deprime muchísimo y, como estimo más mi mente que mi cintura o mi colesterol, solo camino cuando voy a alguna parte, cuando tengo una meta o algo que hacer en el destino.
ResponderEliminarFrancisco Espada: Los años que nos toque vivir van a ser agitados en achaques hagamos lo que hagamos. Ya lo son, así que ¿para que empeorarlos más con tantas prohibiciones?
ResponderEliminar¡Ah! Y esa anciana que habla en el post es una servidora....
¡Caramba para que tertulia tan animada dio un café con churros!
ResponderEliminarMi opinión dado que ya estoy en una cierta edad de cuidarse es que todo con moderación es bueno, pues privarse de todo o consentir en todo como extremos que son pueden hacer daño.
:-) Comida sana, un poco de ejercicio, agua sin anegar el estómago, es bueno, pero un rico postre de vez en cuando también.
Claro, Leodegundia, como que son cosas que nos afectan a todos, jóvenes y viejos. Pero, como ha dicho Naan, hay que cuidarse lo justo... o menos de lo justo, diría yo.
ResponderEliminarEn cuanto a los churros (como me gusta la palabra tejeringos, tan nuestra, que ha usado Toni) esos de la foto eran malísimos. Los tomé una mañana temprano en una especie de merendero al salir del parque, a donde había ido a caminar con el pretexto de hacer fotos y por eso llevaba la cámara.
Nueva dirección de blog,(cambio de servidor) en cuanto todo funcione mando datos. gracias por acordarte de mi. Beso
ResponderEliminarEstaremos a la espera, Tere.
ResponderEliminarComo dice Leodegundia,todos los extremos son malos.
ResponderEliminarEn la tercera edad como le llaman lo importante es vivir bien y eso significa que a veces debemos privarnos de lo que nos daña, pero también implica que podemos darnos unos permisos cada tanto.
Sí, pero como digo más arriba, privanos de lo que nos daña a corto plazo, pero no a largo.
ResponderEliminarLa industria del miedo siempre ha vendido, ya sea religión, política o salud. A costa de las alarmas se venden libros de dietas, revistas con consejos, etc.
ResponderEliminarA tus años, las cosas con moderación, alargan la vida. Si disfrutas uno o dos cafés al día, te protegen contra el infarto. La cucharada de azúcar en el café no te va a subir el colesterol.
El estrés de tenerle miedo a las cosas probablemente mate más rápido que unas gotas de brandy, un purito o un buen café con deleite.
Como dice mi padre (cosecha del 27), ya se me pasó la fecha de caducidad, que me quiten ahora lo bailao. Y a pesar de sus problemas de corazón no le han quitado el purito de la cena, las gotas de whisky en el café tras la comida o la botellita de sidra, cosecha propia, a repartir entre el vermut y la merienda. El médico es de la opinión que cambiarle la vida a sus años probablemente sea fatal.
El problema de las recomendaciones de los médicos es que muchas veces son contradictorias, pues si consultas a un cardiólogo te dirá que debes tomar un whisky al día, pero si lo haces con un especialista de digestivo, puede decirte que, en una mujer, una cerveza diaria durante 20 años conduce irremediablemente a la cirrosis, como le oí a un médico en una conferencia. ¿Con cual te quedas? Pues con ninguno, pues como digo en el post, quizá no te interese prolongar tu vida al precio de andar siempre pendiente de lo que tomas y obsesionada por tu salud.
ResponderEliminarHe visto mucha gente grande en mi vida, es que a mí me fascina la gente grande. Me gusta hablar con ellos, anotar lo que me cuentan, reescribir sus historias... De todos aquellos que amé y se han ido hay dos que me marcaron la existencia: mi abuela española y mi tío abuelo. Los dos vivieron la vida tomando su copita de vino tinto, él fumaba un cigarrillo que me robaba cuando nos veíamos, comían a gusto y con deleite y, sobretodo, tenían sus vidas llenas de recuerdos para contar, porque sus vidas habían sido vividas intensamente. No eran de esas personans que su tema de conversación es "la enfermedad". Uno puede estar enfermo, pero SER un enfermo es una decisión.
ResponderEliminarClaro que si tienes diabetes debes cuidarte, y así tantas cosas... pero este texto, creo, apunta a que privarse por las dudas es darle demasiado espacio a las dudas, justamente.
Vamos gente, salvo caso de necesidad mayor, a comerse un churro, tomarse un buen café, beberse un jerez y disfrutar de la sensación que nos dejan esos placeres. La vida merece ser eso, también.
Gracias, por tu comentario en mi blog. Te sigo, con mucho gusto!
Yo siempre digo que bastante tienes con padecer la enfermedad para, encima, tener que estar hablando de ella y así no olvidarla nunca.
ResponderEliminarPues estoy de acuerdo con usted, más allá del caso concreto –a la edad de esa señora un café con leche y azucar no tiene porqué ser malo para ella si se encuentra bien- conviene tomarse la vida con sentido común al llegar a la vejez, bueno en toda edad conviene hacerlo, y hacer con moderación, si no nos perjudica, lo que nos gusta, sin obsesionarse hasta el punto de convertir la vida en un suplicio. Un saludo.
ResponderEliminarYo creo que lo que hay que tener claro al llegar a cierta edad es que la vida se va y no vas a poder retenerla con dietas y abstenciones. Distinto es, como dije al principio, que ciertas cosas tengan un perjuicio inmediato.
ResponderEliminar¡Qué ilusión! Café con leche y unos churros o porras, además en mi caso, al menos de momento tengo que engordar un poco. Me han sacado anemia y me tienen que hacer un montón de pruebas, ya veremos que dieta me ponen.
ResponderEliminarMi madre con 96 años come de todo, hace una dieta normal en la residencia donde se encuentra, y todo le parece bueno, come relativamente poco, pero como ella dice al estar siempre sentada en una silla de ruedas no necesita más.
Pues mira que suerte tienes, que te puedes hartar de todo lo que te guste sin miedo a los kilos. Que esa es otra, la de sacrificios que se hacen para estar delgados/as.
ResponderEliminarPues mi nueva dirección es:
ResponderEliminarhttp://www.tereincisos.wordpres.com
hasta la vista!
Tere: No funciona el enlace, pues tanto el del nombre como el que has puesto conduce a WordPress y no a tu blog.
ResponderEliminarPues resulta que el mismo día que dejé mi anterior comentario, mi mujer y yo estuvimos desayunando café con leche y churros. El sabor me dura toda la semana.
ResponderEliminarY respecto al pan con tomate, pues resulta que es una de mis "tostadas" favoritas, pero recuerdo que mi abuelo (desde que yo era pequeño), tomaba una rebanada de hogaza, le ponía encima unas rodajas muy finas de tomate con un poco sal y aceite de oliva, y se las tomaba a media mañana.
Yo las prefiero sin tomate, pues no me encaja mucho con el café, por lo que las tomo con aceite y azúcar como en mi infancia, cuando el aceite era tan amargo que necesitaba ese añadido.
ResponderEliminarBueno, yo siempre fui así. Excepto hace un año en el que tuve que adaptarme al sabor de la sacarina y aprender un montón de hidratos de carbono por lo que dice María Paula, una D. I (a mis años) insulinodependiente. Así y todo lo llevo entre bien y fenomenal y como casi de todo (pasteles, por ejemplo no).
ResponderEliminarUn abrazo, gracias por tus palabras, amiga. Necesitaba un distanciamiento, vamos a ver si esta gripe es pasajera. ;-)
Lo tuyo entra dentro de las excepciones de las que hablo: de las cosas que hacen daño inmediatamente y es lógico abstenerse.
ResponderEliminarEse tipo de gripe supongo que la sufrimos todos los blogueros periódicamente y contra ella no hay más remedio que el tirar p'alante. Espero que la tuya pase pronto y veamos una convalecencia muy productiva.
Estoy de acuerdo contigo. A mi abuelo le dijeron que fumase su dos cigarrillos diarios, que con ochenta y pico que tenía entonces poco daño podían hacerle.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y yo conozco un señor con 96 que ha fumado en pipa toda su vida y sigue fumando. ¿Habrá algún médico que se lo prohiba?
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