6/2/24

Una noche de febrero




      Esta noche, tal vez a causa de la conversación con un amigo, he recordado un hecho de mi vida perdido en el tiempo. Me he visto sentada en esa butaquita baja que hay junto a mi cama, llorando a lágrima viva porque un señor de Murcia me había plantado pocos meses antes de la boda, con el ajuar y hasta los cubiertos comprados. Y he visto a mi padre al lado, agachado o de rodillas, a mi altura, hablándome, consolándome y diciéndome que mi vida no acababa allí, que era joven y podría volver a enamorarme. Pero yo lloraba y lloraba, y no se el tiempo que estuvimos así... ni si mi padre tendría agujetas por la postura al día siguiente.

      Muchas veces a lo largo de mi vida, he recordado aquello y he pensado que la relación padre-hija es única, que todos los hombres que son padres deben cuidarla porque no van a tener otra relación mejor en su vida. Y que no van a ser para nadie lo que son para sus hijas.

...

Dedicado a mi padre, que esta noche, a las 4:30, hará treinta años que besé su mano y le dije adiós.



15 comentarios:

  1. Están siempre en nuestra memoria.
    Y en nuestro corazón
    Un beso!

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  2. Unos padres (mi hermano y cuñada) se trasladan a Escocia porque un hijo ha roto con su pareja, viaje de ida sin vuelta, no saben volverán, durarán hasta que el chaval se componga.
    Saludos

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    1. Y ese hijo, cuando pasen los años y aunque sus padres ya no estén, los recordará como yo estoy recordando a los míos. Para todos nosotros es decisivo saber que hemos sido lo más importante para nuestros padres, que hemos sido el centro de su vida.

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  3. Anónimo6/2/24 20:34

    Una hija es especial...
    Y tu padre, sin duda, también.
    Besos.

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    1. Sí que lo era... Y, como he dicho más arriba, estoy segura de que fui lo más importante para él. Es la única seguridad que tengo a estas alturas de la vida.

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  4. Bisílaba7/2/24 08:01

    Blogger debe haber enviado a spam un comentario que te dejé aquí ayer…

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    1. Efectivamente, tu comentario estaba en spam. Blogger está cada vez más fastidioso y hay veces que no me deja comentar en mi propio blog.

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  5. Queramos o no siempre los tenemos presentes. También recuerdo a los míos de vez en cuando, especialmente a mi madre que murió en mis brazos, mi padre falleció en el Clínico, yo estaba en la Escuela de Telefonía en un curso.

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    1. En mi caso, sí quiero tenerlos presentes. Todos los días y a todas horas...

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  6. Es una relación muy especial de la que se debería hablar más a menudo, pues no todo van a ser malas noticias. Hay que ponderar lo bueno y haces muy bien en recordarle con tanto cariño.

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    1. Siempre se ha dicho que los hijos se parecen a sus madres y las hijas a los padres, por lo que la relación con ellos suele reflejar esto. Yo me parecía, en el carácter, mucho a mi padre y, conforme he ido envejeciendo, cada día me parezco más.

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  7. Los padres (y las madres) siempre se echan de menos, sobre todo, cuando valoramos esas charlas que servían de cobijo y guías. Ellos (y ellas) se van pero siguen viviendo en ese hueco de la ausencia donde se eternizan los recuerdos.

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    1. Sobre todo, cuando nadie ha llenado luego el hueco que ellos dejaron, porque no hemos vuelto a ser para nadie tan importantes como lo fuimos para ellos.

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  8. MI padre era también alguien muy especial para mi, sobre todo recordaré siempre su consuelo cuando me separé muy jovencita. -- Esta es tu casa, dijo, puedes volver con nosotros cuando quieras. No volví, pero le agradecí su ofrecimiento en ese momento y siempre. Mi madre, es otra historia. Me culpaba de haberme separado, y .... Mejor no seguir.
    Casi me haces llorar con tus recuerdos, amiga.

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    1. Parto de la base de que ser padre o madre no debe ser nada fácil, por eso digo siempre, a la hora de opinar sobre estos temas, que no he sido madre, pero he sido hija y, como tal, creo que la relación con los hijos es la más importante que se puede tener en la vida. Por supuesto que el amor es importante, pero una pareja perdida se puede sustituir con otra, tú lo sabes bien, mientras un hijo que se pierde o se aleja no tiene sustitución posible. Y nuestros padres tuvieron eso bien claro y actuaron en consecuencia.

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