Por Septiembre se llenaba de olor a nardos la huerta de enfrente de la casa antigua. Más tarde llegaría el color morado de los crisantemos, pero por entonces era el olor de los nardos el que llegaba en oleadas hasta hacerse mareante en las aun calurosas noches de un verano que acaba.
Sin embargo, mi abuelo torcía el gesto y decía: malo, ya están aquí los nardos. Y es que mi abuelo padecía asma bronquial y sabía que los nardos anunciaban la llegada del invierno y con él su época mala de toses y fatigas. Hasta que en uno de esos inviernos una simple gripe se lo llevó en pocos días.
Por eso ahora, cuando me llega olor a nardos me acuerdo de aquel hombre grueso, sonriente y cariñoso con la única nieta que conoció y a la que fue regalando las cosas que había guardado de su primera esposa, muerta tan joven.
Sin embargo, mi abuelo torcía el gesto y decía: malo, ya están aquí los nardos. Y es que mi abuelo padecía asma bronquial y sabía que los nardos anunciaban la llegada del invierno y con él su época mala de toses y fatigas. Hasta que en uno de esos inviernos una simple gripe se lo llevó en pocos días.
Por eso ahora, cuando me llega olor a nardos me acuerdo de aquel hombre grueso, sonriente y cariñoso con la única nieta que conoció y a la que fue regalando las cosas que había guardado de su primera esposa, muerta tan joven.
Ese aroma penetrante es muy dificil de olvidar. Sobre todo si lo asocias a alguien que amabas.
ResponderEliminarGuardo la imagen de esas flores adornando la tumba de mi padre, desde que yo tenía cuatro años.
Veo que para ti el recuerdo que te traen los nardos es más doloroso que para mí. Lo siento enormemente.
ResponderEliminarEl olor de los nardos me resulta empalagoso y llega a cansarme, pero en tu caso celebro que lo asocies a tu abuelo.
ResponderEliminarYo tampoco lo aguanto cerca. Para este post pensé comprar unas varas y hacerles una foto, pero desistí porque sé que no las aguanto en la casa. Distinto era eso que describo: una huerta enfrente sembrada de nardos y el olor llegando mezclado quizá con el de los galanes de noche, que también es fuerte con ganas.
ResponderEliminarTristes recuerdos, lo siento. Yo de mis cuatro abuelos, conocí según me dicen a la madre de mi padre, pero como tenía tres años, no recuerdo nada de ella.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Se pueden explicar estas sensaciones?
ResponderEliminarLiterariamente seguro que si
unjubilado: Para mí no son tristes estos recuerdos, pues aunque conocí a dos abuelos y una abuela, el cariño que recibí de este abuelo se ha quedado conmigo para siempre.
ResponderEliminarSofocador: Esta asociación al recuerdo de una persona a través del olor de las flores es más complicada, pero hay otra más simple por su propio olor personal, que puede estar ayudado por el perfume que use o por el after shave en el caso de un hombre. Eso tampoco se olvida y pueden pasar muchos años o toda la vida experimentando como cada vez que nos llega ese olor se nos hace presente la persona que lo llevaba.
ResponderEliminarEs curioso ver lo que puede representar para cada persona algo como un aroma, para algunos ese aroma sería algo maravilloso,para tu abuelo era el anuncio de malos momentos para su salud.
ResponderEliminarMe encantó la forma en que relatas ese recuerdo de tu abuelo. Un artículo entrañable.
Buen fin de semana.
Gracias, Leodegundia. Buen fin de semana para ti también y feliz excursión. Ya nos contarás...
ResponderEliminarCuando leí tu post y el comentario de Sofocador solo lo asocié como tu abuelo, con malos recuerdos.
ResponderEliminarPero al entrar hoy nuevamente, y leer los otros comentarios, vino a mi mente que no solo el perfume de las flores me trae recuerdos, y en este caso buenos: la vainilla me transporta a mi infancia y hasta puedo sentir el sabor de los helados caseros de mi tía Fabia.
Marcel Proust relató como nadie esos recuerdos que nos llegan asociados a olores o sabores. Gracias, nirene, por la visita.
ResponderEliminarPensé que las flores eran un anuncio de la primavera, de días más calidos y largos, pero ya veo que no, que también pueden augurar lo contrario.
ResponderEliminarAdemás de los nardos hay muchas flores de otoño, cuando sabemos que se acerca el invierno, pero los nardos son quizá los únicos que tienen ese olor tan característico y tan fuerte. La mayoría de las flores que se venden ahora en la tiendas no sé por qué han perdido el olor, pero los nardos lo conservan.
ResponderEliminarLos olores aproximan recuerdos al tiempo que acercan sensaciones. Ayer, uno de los parques de mi ciudad, donde hay un lugar reservado a las plantas autóctonas, desprendía un olor a romero que embriagaba.Rápidamente, la imagen de mi pueblo se hizo presente.
ResponderEliminarCreo que tu Saldaña está presente con o sin romero....
ResponderEliminarSon los abuelos, y abuelas (sobre todo) quienes más nos enseñan durante la niñez, y más huella nos dejan a lo largo de la vida.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado septiembre y el otoño, sobre todo por la suavidad de las temperaturas, si bien, la falta de luz es un motivo triste y de tristeza (aunque la llamen melancolía).
Buen recuerdo de tu abuelo.
A Granada le va el otoño, le van los amarillos de los árboles y hasta esa melancolía o tristeza de la poca luz.
ResponderEliminarSiento que me transformo en una escolar con el "cabás" (te veo consultando el DRAE,jajaja, o pidiéndome información) camino de la escuela en cuando huelo a hierba recién cortada.
ResponderEliminarMi mundo infantil está repleto de olores evocadores.
¡Qué bueno que el olor de los nardos te devuelva doblado el cariño de tu abuelo!
Un abrazo grande, Senior.
No he tenido que consultar el DRAE porque conocía cabás, como maleta de viaje y como cartera del colegio, aunque la mía no fue de ese tipo.
ResponderEliminarGracias por la visita, Mafalda.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA mi me gustan las varas de nardos por su elegancia y sencillez, y el olor se pierde por toda la casa. No es tan fuerte porque, como tu dices, hay sitio.
ResponderEliminarMe gusta lo que has escrito sobre tus recuerdos asociados a estas flores. Es verdad que los olores evocan mas recuerdos a veces que las imágenes. Precioso el recuerdo de tu abuelo, aunque sea triste.
Un saludo casi otoñal ya