Con motivo de una desgraciada experiencia, no hace mucho descubrí algo en lo que no había reparado. Y es que cuando reenvías un correo puedes alterar su texto introduciendo lo que te parezca y poniendo en boca del autor/a lo que él/ella no ha dicho. Lo cual es bastante peligroso, pues se presta a muchos equívocos e, incluso, a auténticos delitos.
Pienso, por tanto, que los usuarios deberíamos hacer lo posible para que los servidores blindaran los correos en el momento de reenviar, cosa que podría ser optativa o por defecto.
Tal vez esto que digo no sea ninguna novedad y esté más que debatido, pero en un vistazo rápido en Google he encontrado poca cosa en ese sentido. Sólo la constatación del problema, pero ninguna solución.
Pienso, por tanto, que los usuarios deberíamos hacer lo posible para que los servidores blindaran los correos en el momento de reenviar, cosa que podría ser optativa o por defecto.
Tal vez esto que digo no sea ninguna novedad y esté más que debatido, pero en un vistazo rápido en Google he encontrado poca cosa en ese sentido. Sólo la constatación del problema, pero ninguna solución.
Yo tampoco lo sabía, ya que nunca reenvío un correo. He buscado soluciones en internet y no las he encontrado, al contrario, me he enterado de que en el reenvío se puede modificar TODO, desde el cuerpo del mensaje, el adjunto, y ¡oh maravilla! la dirección del que envió el mensaje original.
ResponderEliminarHe hecho varias pruebas reenviándome un correo a mi nombre a varias direcciones que tengo y del mensaje original no quedaba nada.
Concuerdo, es bastante peligroso.
ResponderEliminarunjubilado: Se puede modificar todo, pero sigue siendo algo que escribió otra persona y que se supone que tú has reenvíado tal cual estaba.
ResponderEliminarHéctor: Digo si es peligroso... He podido experimentarlo.
ResponderEliminarHay demasiadas cosas mal hechas en internet. Por ejemplo WordPres te permite modificar un comentario que ha hecho otra persona. Acabo de hacer la misma prueba con blogger y solo te permite SPAM, SUPRIMIR y SUPRIMIR CONTENIDO. Esto lo veo normal, pero si en mi blog alguien dice que "Esta entrada es una porquería" yo lo puedo modificar diciendo lo que se me ocurra, considero que es un error garrafal que puede poner en boca de otra persona, aquello que no ha dicho (Nunca he modificado un texto)
ResponderEliminarEso sí que es grave también, pues así como un correo es privado, un comentario es público y queda testimonio de que tú has dicho una cosa que no has dicho.
ResponderEliminarEn Blogger ni siquiera puedes alterar el comentario que haces como autor del blog, solo puedes suprimirlo y volverlo a escribir, como me ha ocurrido en mi anterior respuesta a Héctor, que he tenido que suprimirlo para añadir la segunda frase.
No tenía ni idea de que se pudiera hacer algo así y después de leer los comentarios de Unjubilado no sólo me quedo asombrada si no que también preocupada porque si alguien con mala fe, y la persona que hace algo así la tiene, modifica un correo, puede hacer muchísimo daño no sólo a la persona que escribió el correo original que se reenvía si no también a la persona que lo recibe adulterado.
ResponderEliminarDices que sufriste esa mala experiencia, pues lo siento porque tuviste que pasarlo verdaderamente mal.
Visto lo visto, creo que sería muy sensato que cuando alguien recibe un correo con un texto que no espera de la persona que se supone lo escribió, antes de tomar ninguna decisión debería de ponerse en contacto con esa persona e intentar aclarar las cosas y digo esto porque deberíamos de pensar que a cualquiera nos puede pasar algo así y supongo que a nadie le agradaría.
Un abrazo
Lo que se debería hacer, por desgracia no es siempre lo que se hace, pues aquí entra en juego la palabra confianza, decidir en quien se confía más, si en la persona que reenvía el correo adulterado o en quien se supone que lo ha escrito.
ResponderEliminarDe todas formas, si aumentas la portada de esa novela que me ha servido de imagen, verás que dice: Siempre debemos esperar lo inesperado. De esta forma, cuando ocurre, no nos sorprende tanto. Esta es una lección que deberíamos aprender y así nos ahorraríamos muchos disgustos en la vida.
No solamente se debería hacer lo que propones, también comprobar previamente que la dirección de correo del remitente sea válida. Se evitarián los comentarios ofensivos y los anónimos.
ResponderEliminarEsa frase que citas "Siempre debemos esperar lo inesperado. De esta forma, cuando ocurre, no nos sorprende tanto es muy cierta, pero el que no nos sorprenda no quiere decir que no nos duela, y duele y mucho cuando una persona en la que confías ciegamente acepta como bueno un correo adulterado sin intentar aclarar el asunto antes de emitir un juicio rápido y una sentencia injusta.
ResponderEliminarAl menos a mi me sucedió algo parecido, no con un correo pero si con algo que dijeron que yo dije y no era cierto.
Me gustaría que lo que te haya podido pasar se arreglara por el bien tuyo y el de la otra persona.
Un saludo
Pablo Saldaña: Supongo que tú te refieres a los comentarios en los blogs, pero respecto a los correos ¿no crees que esto de blindar los correos entraría en las competencias de la Agencia de Protección de Datos?
ResponderEliminarQuizá esa frase implica que no debemos confiar ciegamente en nadie para no vernos luego defraudados.
ResponderEliminarEs que hemos dejado en el olvido al viejo correo de los sellos demasiado pronto.
ResponderEliminarTODO lo que se hace en la red de redes es muy susceptible. (Es como una persona que intermedia entre todos nosotros y pasa los mensajes como quiere)
Para estar por aqui, es lo primero que se debe saber.
El viejo correo de los sellos tenía unos sobres que se podían abrir con vapor e introducir en ellos lo que se quisiera y la literatura está llena de historias de ese tipo. Pero en todos los medios y en todos los tiempos es necesario un código de conducta externo, para defenderse de quien no lleva ese código de conducta en su interior.
ResponderEliminarPues no tenía ni idea, así que te agradezco el aviso, aunque si debo señalar que generalmente soy muy poco aficionado a abrir correos que no espero, vamos que soy desconfiado por naturaleza, pero efectivamente llegan correos de conocidos que vienen reenviados.
ResponderEliminarEs que puede ser alguien muy amigo el que te reenvíe un correo de alguien muy amigo también... pero con bomba de racimo adjunta.
ResponderEliminarEstá claro que lo principal en todo esto se encuentra en la honestidad y honradez de quien te mande el reenvío. Antes de y después de, pues cada cual con su conciencia.
ResponderEliminarEn todo caso, aunque se eliminen los correos electrónicos, éstos quedan grabados en la red, y al menos durante un período de seis meses.
Está claro que lo principal en todo esto se encuentra en la honestidad y honradez de quien te mande el reenvío. Antes de y después de, pues cada cual con su conciencia.
ResponderEliminarEn todo caso, aunque se eliminen los correos electrónicos, éstos quedan grabados en la red, y al menos durante un período de seis meses.
Pues ya debe de estar la Red sobresaturada de tantos correos como le metemos....
ResponderEliminarYo, cuando sospecho de una dirección de e-mail, envío un correo para comprobar su autenticidad. En el 99% de los casos ha resultado falsa.
ResponderEliminarA mí no me suelen llegar correos cuyas direcciones no conozca, excepto los que van directos a spam.
ResponderEliminarYa, pero piensa en la cantidad de emails de trabajo que nos intercambiamos.
ResponderEliminarMuchas veces no queremos pasar la misma información que recibimos. Si estuviese blindado tendríamos que volver a rescribirlo entero, quitando o cambiando algunas partes, con la pérdida de tiempo consiguiente.
Lo esencial es que cada uno se haga responsable del correo que envía y no se crea lo que le han enviado en nombre de otros.
Y lo que es más importante copiar en oculto cuando haya más de una dirección y borrar la dirección del que te lo envió.
Un abrazo.
Por eso apunto que podría ser opcional, pero de todas formas creo que valdría la pena molestarse un poco con tal de evitar los problemas que puede causar el uso malintencionado de los reenvíos.
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