Hace años, en un momento muy duro de mi vida y al hacer unas gestiones importantes, tropecé con un director de un banco que, abusando de las prerrogativas de su cargo, intentó hacerme pasar por el aro en lo que a él le convenía, saltándose a la torera todas las leyes habidas y por haber. Le envié un abogado y ante él reconoció sin arrugarse que yo tenía razón y que lo que estaba haciendo era ilegal, pero que esta señora se me ha subido a las barbas y a mí no me hace eso una mujer. Así, con un par. Y lo invitó a presentar una denuncia en el Juzgado, sabiendo que eso no me convenía pues el problema se alargaría durante años.
Estando en estas, mi abogado se accidentó y yo quedé sola ante el peligro. Un día, durante una tensa discusión en su aparatoso despacho de director, miré por debajo de la mesa que nos separaba y calculé la trayectoria que tenía que dar a mi pie para alcanzar el sensible objetivo que tenía enfrente. Pero no lo hice, sino que me informé por una amiga de una amiga de una amiga, de la dirección personal del Director General del banco y le escribí exponiéndole el caso y amenazándole con una denuncia al Banco de España.
Días después todo se había solucionado e, incluso, estuvo en mi casa el director de zona, al que solo le faltó ponerse de rodillas. No ejercí la violencia física, pero si lo hubiera hecho, ¿estaría justificada?
Esto viene a propósito de que muchas veces nos indignamos por la violencia que se ejerce a las primeras de cambio, pero habría que preguntarse si no se pone a las personas o a los colectivos en un disparadero donde no hay otra opción.
Nota: La imagen de arriba corresponde al despacho de un director de banco del s.XIX. Cualquier parecido con el que menciono es pura coincidencia.
(...) al despacho de un director de banco del s.XIX (...) Imagen, copiada de la cadena SER de la muestra del "BBVA: que se exhibió en la Plaza Circular de Bilbao.
ResponderEliminarDar una patada así de sopetón es una violencia calculada, pero lo hubieras dejado "esmeril" para toda su vida y pobre director de banco, pero supiste buscarle las vueltas para que no te llevaran a la cárcel y mandar a paseo al mencionado machista.
La cosas hay que saber hacerlas con diplomacia, por la vía diplomática y contando cien antes de dar la patada.
Yo no se si conté hasta cien o que el tipo aquel se levantó de su asiento y perdí la oportunidad, pues era bastante más alto que yo.
EliminarLa violencia nunca debería de ser la solución, pero como tu bien dices a veces se pone en el disparadero a las personas hasta el punto de que llegan a perder toda sensatez y optan por esta solución.
ResponderEliminarPreguntas si estaría justificada esa violencia física contra el director del banco, creo que si, pero optaste por lo mejor, dirigirte a sus superiores para que fueran ellos los encargados de bajarle los humos y estoy segura de que lo hicieron y eso posiblemente le haya dolido mas que la patada que tu le hubieras podido dar de llegar con tu pierna al otro lado de la mesa.
Quizá estamos empleando mal la palabra, pues violencia es también lo que él estaba ejerciendo sobre mí. Y no siempre es peor la violencia física que otros tipos de violencia que ejerce el fuerte contra el débil.
EliminarSi, pero tu preguntaste si a nuestro juicio si hubieras empleado la violencia física creíamos que era justificada, de ahí a que nos refiramos a ella y no a otra que también lo es.
EliminarPero es que una violencia puede ser provocada por la otra y entonces no es que se pierde la sensatez, sino que se actúa en legítima defensa.
EliminarLa violencia siempre hace perder la sensatez a la persona que la recibe y eso quizás es la que la obliga a utilizar también la violencia.
EliminarDigamos entonces que es un círculo vicioso, cuyo culpable es quien lo inicia.
EliminarPor supuesto.
EliminarCuando hay un abuso ostensible de parte del que tiene la sartén por el mango, aunque no se quierea ejercer violencia alguna a veces se salta. Depende de lo que se tense la cuerda.
ResponderEliminarAunque yo nunca justifico violencia alguna, si entiendo que se de.
Un abrazo
Insisto en que hay muchos tipos de violencia y que los fuertes se aprovechan de la mansedumbre de los débiles, de lo que llamamos sensatez y quizá solo sea impotencia.
EliminarComo al final, lo mejor es atenerse a los resultado, creo que hizo lo mejor... Ahora bien, si se hubiera tratado de darle a el tal individuo lo que se merece y quedarse usted en paz con el universo, estoy seguro que incluso tirando de patada en tan sensible objetivo, se hubiera quedado corta. Salud!
ResponderEliminarMuchas veces después me he preguntado que hubiera hecho en el caso de que sus jefes no me hubieran dado la razón. Es más, me lo pregunto en este momento, cuando me encuentro en una situación bastante parecida, que es lo que me ha hecho recordar este post, escrito ya hace tiempo.
EliminarDe cualquier modo, me parece que hay que tener muy pocos recursos para echar mano de ese tipo de defensas, que no es otra cosa para quien lo hace. Inseguridad, complejos y un largo etcétera de taras que desembocan en comportamientos como ese... Inconcebible que siga ocurriendo y, muchas veces, entre gentes que se consideran con niveles culturales medios o superiores...
EliminarSiempre he dicho que uno de los reductos más machistas que perviven es el despacho de un director de banco. Parece como si lo diera el cargo…
EliminarInteresante el relato y la pregunta. Señalo que surgió efecto la queja al superior, pero eso no siempre ocurre. Ahí se solucionó el problema. Enhorabuena.
ResponderEliminar¡Cuántas veces las mujeres -y algunos hombres- hacen sus quejas donde corresponde, especialmente en los casos de violencia familiar, y nadie l@s escucha. Y termina en un crimen, o los hijos padecen la brutalidad.
Tu hiciste lo correcto, te felicito! Yo también hubiera tenido ganas de darle un puntapié...y algo más!!
Lo triste es que casi todos los días en T.V. anuncian casos de violencia que acaban con la vida de inocentes..
Abrazos afectuosos.
PD: Estoy teniendo problemas con Google, recién cuando quise comentar en "un jubilado" fue necesario remover mi blogspot del espacio. Y entonces funcionó.
En este blog hemos hablado muchas veces de la violencia que llaman “de género” y esto entra dentro de eso, pues aunque no corra la sangre, nos lo hace pasar muy mal. Un amigo abogado reconocía que él tenía que ir muchas veces al banco a solucionar asuntos que su esposa no podía solucionar. Es decir, que el trato no era el mismo, aunque su esposa era una profesional incluso de mayor nivel que él, no un ama de casa que se supone no entiende de esas cosas.
EliminarTu resolución me parece admirable y precisamente el camino que tenías que tomar. Si hubieras optado por la violencia te habrías equivocado y el final habría sido muy otro: la violencia engendra violencia.
ResponderEliminarPero a ese tipo le hubieran venido bien las dos cosas, primero lo uno y luego lo otro.
EliminarSerá que voy para viejo y cada vez aguanto menos tonterías, porque la violencia física me va pareciendo más y más razonable. ¿Es grave, doctora?
ResponderEliminarLo que es grave es que cuando vas para viejo no te dejen más que ese recurso...
EliminarCon la expresión "a mí no me hace eso una mujer" se retrataba el gallito encorbatado. Y no seré yo quien convenga si hiciste mal o bien no encajándole la puntera del zapato allí donde ese individuo parace que portaba el cerebro... Pero, fíjate, que si hubieras escrito que, efectivamente, le golpeaste la moral, pues mira, a lo mejor se le hubiera avivado el entendimiento.
ResponderEliminarEl gallito encorbatado, además, se dirigía a sus empleadas llamándolas "querida" y fue entonces, cuando llamó así a la que entró en el despacho a llevar unos papeles, cuando pensé: Como a mí me diga eso, le arreo... Y miré por debajo de la mesa.
EliminarEncima, baboso.
EliminarBaboso y cursi. O sea....
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