10/2/14

Los detergentes




     ¿Alguien se acuerda del principio de los detergentes? Yo sí porque soy más vieja y me acuerdo perfectamente de cómo empezamos a usarlos en mi casa.

     Desde siempre se había lavado con jabón en pastillas, que se compraba o se hacía con los posos del aceite de oliva que quedaban en el fondo del recipiente donde se guardaba para todo el año o parte de él. Y así recuerdo un barreño grande de zinc en mitad de la cocina o en el patio, según época, donde se echaba la sosa cáustica disuelta en agua (momento en el que mi madre me hacía alejarme de allí) y el aceite, para empezar a dar vueltas y vueltas con una madera larga hasta que aquello iba espesando y se dejaba secar antes de cortarlo en trozos. Con estos trozos, el sistema de lavado era poner la ropa sobre la tabla de lavar de la pila, que para entonces ya no era de madera sino de la propia pila, y allí frotar con el jabón hasta que estuviera bien impregnada y libre de suciedad, para pasar luego a extenderla al sol en el patio o dejarla en remojo hasta el día siguiente si estaba nublado. Entonces, se volvía a restregar y se aclaraba –dos aclarados como mínimo- para proceder a tenderla a secar, si era posible también al sol. Esta tarea la llevaba a cabo la propia “chica para todo”, pero también había lavanderas especializadas que iban de casa en casa solo para eso.
  
     Hasta que un día alguien habló de unos polvos, que llamaban espumilla, en una traducción libérrima del catalán Pubilla, la marca del detergente, y que según decían servían para lo mismo pero con menos esfuerzo, cosa que no terminábamos de entender puesto que no se adaptaba al sistema tradicional de lavado y que las lavanderas profesionales rechazaron rotundamente porque, según ellas, la ropa no quedaba igual de limpia.

     Pero ¡oh, progreso de la técnica! llegaron las lavadoras eléctricas, que no eran automáticas todavía, aunque tenían un chisme que daba vueltas en el fondo o en un lateral y hasta una goma para llenarlas y otra para vaciarlas. Y entonces llegó el momento de la llamada espumilla porque allí ya no se podía restregar, sino que se echaban los polvos en la lavadora, se cargaba de agua y se ponía a funcionar con la ropa dentro. Con lo que se implantó el lavado mixto, lavado en la lavadora, luego reposo en un barreño hasta que al día siguiente la aclaraba la chica o la lavandera, un tanto enfadada porque su trabajo se había reducido de dos días a uno. Época que no duró mucho porque pronto aparecieron las lavadoras automáticas y, con ellas, los detergentes en envases tipo tambor que lavaban más blanco. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
         

22 comentarios:

  1. No recuerdo que en mi casa se hiciera jabón, pero si recuerdo eso de lavar restregando el jabón en la ropa y luego esta en la tabla y como se ponía la ropa "al verde" rociándola de vez en cuando de agua para que blanqueara. Estos lavados no sólo se hacían en la casa, también se iba al río, los ríos estaban limpios entonces, del que las niñas regresábamos mas mojadas que la ropa.
    Hay que reconocer que la lavadora fue uno de los mejores inventos para la casa pues según pasan los años esa labor se hacía mas pesada y ¿quién a estas alturas tiene fuerzas para lavar, por ejemplo, las sábanas a mano?

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    1. Aquí le llamábamos "solear" a tender la ropa al sol con jabón para que blanqueara y yo recuerdo la fuerza de esas lavanderas, que retorcían una sábana grande como si fuera un pañuelo. Y eran sábanas de algodón, no como las de ahora que son mucho más finas.

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  2. Me acuerdo perfectamente del famoso jabón, no así como se hacía. También recuerdo en Bailo (Huesca) cuando las mujeres iban al lavadero a frotar, restregar y aporrear la ropa. Y también recuerdo aunque era muy joven, un año de sequía en el pueblo que hubo que ir a lavar al río Aragón a 6 Km de Bailo y lo contamos gracias a mi padre, que llegó a coger a una de las mujeres del brazo para que saliéramos del cauce del río que iba muy bajo y antes de cinco minutos subió el agua un par de metros debido a una tormenta que había descargado en la parte alta y mi padre previó la riada. También recuerdo aquellas lavadoras y ahora recuerdo muchas de las reparaciones que he hecho a las modernas. Incluso ahora el detergente también lo hemos cambiado, en lugar de polvo es líquido, dice mi mujer que lava mejor y yo le digo que no obstruye los desagües.

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    1. Eso de lavar en el río o el lavadero no lo he conocido yo al vivir en ciudad, pero sí las restricciones de agua en la posguerra, los cortes y el tener que aprovechar para lavar las horas en que la daban. En mi casa había un depósito para esos casos, pero no daba como para un lavado, aparte de que estaba conectado a las tuberías del interior de la casa y la pila de lavar estaba en el patio.

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  3. Un buen repaso por el mundo del jabón. Yo no recuerdo tanto, lo del jabón lagarto si. Lo peor es que todos los anuncios de ahora "Nuevo" "Más blanco" iban dirigidos a las señoras:-) Me acuerdo que mostraban a la vecina tendiendo una sábanas crema y si lavabas con "Persil, o con Colón, no veas la diferencia.
    Un abrazo

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    1. El jabón Lagarto se podía decir que era el "fino", para la ropa delicada, pero el que se hacía o se compraba para lavar, era más simple, sin perfume ni colorantes. Como mucho, se le añadía al hacerlo un poco de "azulete" del mismo que también se echaba en el último aclarado de la ropa para darle un tono aun más blanco.

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  4. Esta historia me suena y mucho. Recuerdo cuando niño que en verano, cuando no había escuela, mi madre nos llevaba al río y jugábamos mientras ella restregaba junto a otro montón de mujeres del pueblo; luego vino ese proceso del que habla y del que también he sido testigo. ¡Qué viejos somos!
    Besos.

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    1. Recordar estas cosas es bueno para saber de donde venimos y que no todo tiempo pasado fue mejor. Yo recuerdo que, con la primera lavadora automática, me sentaba enfrente para verla funcionar, maravillada de que ella sola lo hiciera todo, pues en esa otra anterior trabajaba una más que la lavadora.

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  5. En una de las ferias de artesanía se fabricó el jabón de sosa y despieces del tocino a la antigua usanza, utilizando un antiquísimo caldero y la cajoneta que, antaño, se usaba para que reposara, se enfriara y solidificara la enorme pieza que luego sería cortada, con liza, en porciones más pequeñas. Todavía recuerdo el olor penetrante. La gente lo compraba como si cada pieza fuera una obra de arte; y es que muchas mujeres se acordaban de cuando lo hacían -o lo veían hacer- en su casa... Tu post me ha recordado aquel día, porque algunas de las señoras dieron una clase magistral sobre lavado, tablas, aclarados, azuletes, tendido sobre matojos y los dimes y diretes que iban y venían en el concurrido lavadero comunal.
    Cómo han cambiado los tiempos.

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    1. De hecho, en este momento se está haciendo mucho jabón artesanal y no tienes más que ver la cantidad de recetas y vídeos que hay en la Red, pero me parece a mí que es un poco más sofisticado que el de antes. Es más, aquí tenemos contenedores de recogida de aceite usado, que creo que se utiliza para eso.

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    2. No en el caso que te comento, donde las que llevaban la responsabilidad del Taller de Jabón eran señoras mayores que lo habían fabricado cuando eran más jóvenes. El jabón "moderno" al que te refieres no tiene el olor penetrante del genuino y su color es más igualado y claro.

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    3. Se ve que en algunos sitios duró más tiempo la fabricación de jabón casero, pues yo me considero señora mayor y, sin embargo, no lo fabriqué y no me atrevería a hacerlo ahora sin tener una receta a mano. Sí recuerdo perfectamente el momento en que se mezclaba la sosa con el agua, cuando aquello empezaba a hervir a borbotones, y que eso siempre se hacía en el patio, pero lo recuerdo como espectadora y sin que me permitieran acercarme por mi edad. Mis recuerdos activos ya se relacionan con la "espumilla" y la lavadora eléctrica, aunque todavía no automática.

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  6. ¿Alguien se acuerda de cuando los jombres empezaron a aprender a subir la tapa del water?, andiluego están ya descifrando el sistema de programas de una lavadora automática, y algunos son ya capaces de sacarle la raya a la camisa, y otros hasta han alcanzado el grado summun de saber por donde cae el clítoris....

    Como la madalena de Prous, el "(momento en el que mi madre me hacía alejarme de allí)", me trajo gratos y olorosos recuerdos.
    Un abrazo.

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    1. Confío en que los gratos y olorosos recuerdos se refieran al jabón y no a las costumbres masculinas reflejadas en el párrafo anterior.

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    2. Oiga, oiga, que hay hombres e inútiles de sexo masculino.

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    3. Que conste que inútiles de sexo femenino haberlas, haylas y en abundancia.

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  7. Ja Ja Ja
    Hoy algunos de aquellos duros jabones son artículos de lujo

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    1. Y pensar que cambiamos aquel lujo por la "espumilla".... Que, además, se vendía a granel, como casi todo en aquella época.

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  8. Son muchas las situaciones en las que la ropa no queda tan limpia, en las que se pierde algo de calidad, pero como nos ahorramos esfuerzo, seguimos ese camino. Ese inventar para trabajar menos es lo que hizo avanzar a la humanidad desde sus primeros días hasta hoy.

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    1. Pero también inventar para consumir más, para crear nuevas necesidades, ya que los detergentes trajeron consigo los suavizantes, cosa que el jabón no necesitaba. Por eso ahora hay recetas para hacer jabón líquido de lavadora y no necesita suavizante.

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    2. Siempre puedes volver a lavar en el río… Nadie te obliga a usar la lavadora.

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    3. Lo que me preguntaba en mi comentario anterior es por qué se ha dejado de usar el jabón, por qué no se ha desarrollado un jabón para lavadora con control de espuma. ¿Será que no se puede o que no interesa a los fabricantes porque entonces no compraríamos suavizantes? Nunca sabemos si utilizamos las cosas porque nos convienen a nosotros... o a otros.

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