Hoy hace 180 años que Mariana Pineda murió ajusticiada a garrote vil por su adhesión a una causa en la que creía. No voy a escribir la historia, ni tampoco una biografía suya porque ya otros lo han hecho mucho mejor que yo podría hacerlo y porque en este blog trato de evitar los posts largos. Solamente quiero dejar mi recuerdo para una mujer valiente y desgraciada, con las últimas palabras que pone en su boca García Lorca en el drama Mariana Pineda
¡Amor, amor, amor, y eternas soledades!
Los versos finales son el más bello (y triste quizá) epilógo para ese aniversario.
ResponderEliminarA estas palabras añade Lorca:
ResponderEliminar(Un campaneo vivo y solemne invade las escena, y un coro de niños empieza, lejano, el romance. MARIANA se va, saliendo lentamente, apoyada en SOR CARMEN. Todas las demás MONJAS están arrodilladas. Una luz maravillosa y delirante invade la escena. Al fondo, los NIÑOS cantan)
¡Oh, que día tan triste en Granada,
que a las piedras hacía llorar,
al ver que Marianita se muere
en cadalso por no declarar!
(No cesa el campaneo)
Telón lento.
No todos se ponen de acuerdo en la medida de implicación de Mariana en la causa, pero fuera la que fuera, creo que pagó los platos rotos de no poder apresar a otros personajes mas implicados e importantes y ya se sabe, si no se pesca a uno grande al menos hay que hacer escarmiento con uno más pequeño y en esta ocasión le tocó a ella.
ResponderEliminarSeguramente no se llegará a saber nunca hasta que punto estaba implicada ni los motivos que la llevaron a ello, si fue por ideología, por fidelidad a ciertas personas, o por amor, como elige Lorca en su obra.
ResponderEliminarMuy agradecido por su referencia y enlace.
ResponderEliminarUn saludo,
AG
Era de justicia, pues su post no puede estar más completo y documentado.
ResponderEliminarUna entrada tan sencilla como emotiva.
ResponderEliminarMariana es un símbolo de lo que significa la libertad.
Libertad que, aún queda bastante lejos de ser conquistada por la mayoría de las personas.
Y es que, para que la democracia sea considerada libertad, no solo hay que festejar el día de la votación (que también), sino el cumplimiento y el respeto de los derechos de toda la ciudadanía a la que representan.
Y está claro, cuando llegan al poder, la mayoría de los "poderosos" se olvida tanto de Mariana Pineda, como de los votantes. Y de todos, o casi todos, en general.
Los poderosos han silenciado a veces a Mariana Pineda, pero el pueblo de Granada la ha tenido siempre presente, ya que solo cinco años después de su muerte se desenterraron sus restos para ser llevados a la catedral y se erigió el monumento por suscripción popular.
ResponderEliminarDos cosas para agradecer: El habernos hecho conocer esta historia que no llega por aquí y el presentarme el blog de Granados... ¡También, con ese apellido...!
ResponderEliminarA Alberto Granados lo conocimos hace tiempo en este blog como Rigoletto, pero mejor no enlazo para no remover viejas historias.
ResponderEliminarHabía escuchado la canción popular,
ResponderEliminar"Oh, que día tan triste en Granada..."
Pero no sabía a quién se refería, gracias a tu post ya conozco parte de la información.
Saludos
Es una canción popular que se cantaba en Granada desde esa época y que Lorca recoge en su obra, como hizo con otras muchas canciones populares.
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