27/4/24

El adiós

 


      El 22 de marzo, Viernes de Dolores para más señas, se me fue otro amigo entrañable, Francisco Gil Craviotto, y he necesitado dejar pasar el tiempo para poder hablar de él. Para recordar cuando le dediqué la primera entrada, cuando le pedí permiso para publicar un artículo suyo, cuando lloramos juntos la pérdida de Nono Carrillo y la de José Antonio Mesa. Ahora ha tocado despedirlo a él y arrastro el dolor de no haber podido hacerlo por circunstancias personales.

      Con él se va el pasado, se cierra el círculo de todos aquellos que, hace muchos, muchos años, éramos jóvenes y teníamos la vida por delante. Todos se han ido. Queda la soledad, queda -Manuel Alcántara dixit- no tener a quien decir: ¿Te acuerdas?

      Descansa en paz, Paco. Allá donde estés florecerán los almendros en los días azules de la infancia.

 

10 comentarios:

  1. Se habrá juntado con todos los periodistas que trabajaron en el Ideal y en el Patria, entre ellos seguro que se encontrará mi padre, que descanse en paz.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que sí, seguro que están comentando que el Patria ahora es un museo, pero el Ideal sigue ahí contra viento y marea.

      Eliminar
    2. Conocí el Ideal y sus máquinas (linotipias de plomo) cuando estaba en la calle San Juan de Dios antes de irse al polígono de Asegra, eso mi padre no lo vió, falleció unos meses antes de jubilarse.

      Eliminar
    3. Que pena que tu padre no llegara a disfrutar de una jubilación que se había ganado seguramente con muchos años de trabajo.

      Eliminar
  2. Lo conocí por ti y me lo hiciste tan próximo que me apena la despedida, quizás porque esas campanas que doblan lo hacen, no solo por quienes parten sino por quienes permanecen, huérfanos de presencias enriquecedoras, y arrastran su duelo de un ausente a otro, recordando (otros) tiempos.

    Mis condolencias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sabes que son muy mayores (todos los de esa época lo somos), sabes que si no te vas tú, tendrás que ver como se van ellos, pero es duro, es como si el mundo en el que viviste fuera desapareciendo poco a poco.

      Eliminar
  3. Mis condolencias a ese sentir tuyo que sale de lo recóndito del alma. D.E.P.

    ResponderEliminar
  4. Hay pérdidas que se pueden recuperar o compensar y hay otras que son para siempre e irremplazables. Supongo que la vida es así y que con los años la ilusión por conocer gente nueva desaparece. Me cuesta entenderlo, la verdad, pero imagino que a mí me pasará lo mismo. Solo nos queda vivir lo que resta de la mejor manera posible. ¡Ánimo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es que perdamos la ilusión por conocer gente nueva, sino que no tenemos ocasión. Nuestras vidas se limitan hasta en eso. Es más, tampoco la sociedad actual favorece en ese aspecto y no solo para las personas mayores, sino para todo el mundo. Por ejemplo, yo he tenido buenas amistades en esta casa donde vivo ya cerca de 50 años, pero también han ido muriendo y los vecinos que han llegado son de otra forma, son parejas jóvenes que si te saludan al cruzarse en el portal ya es un triunfo. Y, repito, no es por la diferencia de edad, sino porque viven al margen de los vecinos, como si estuvieran solos en el edificio. No asisten a las Juntas de la Comunidad, no se relacionan con nadie, se puede morir el vecino de la puerta de al lado y aunque se avise en el portal, no aparecen por el entierro.

      Eliminar